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Walter Luyten, ex senador flamenco, recibe un homenaje en Gernika

Gernika Batzordea homenajeó ayer al veterano luchador y ex senador flamenco, Walter Luyten, en el contexto del 70º aniversario del bombardeo fascista contra la población civil. Al hilo del bombardeo, el Ejecutivo de Lakua hizo una declaración en la que sostiene que «el Gobierno y el Parlamento español tienen toda la legitimidad democrática para condenar la dictadura franquista y para pedir perdón por todos los crímenes cometidos en nombre de España".

Kepa PETRALANDA |

Walter Luyten, octogenario ex senador flamenco y luchador solidario con la causa de Euskal Herria manifestó ayer en Gernika su voluntad y esperanza de conocer antes de morir «a un `rebelde' convertido en presidente de la República de Euskal Herria, durante el homenaje tributado por Gernika Batzordea, en el contexto de los actos organizados en la villa foral en el 70º aniversario del bombardeo.

Luyten participó en una charla celebrada en Lizeo Antzokia, en la que compartió mesa con Arnaldo Otegi y José Luis Alvarez Txillardegi. Tras la intervención de éste, durante la que acercó la figura del veterano luchador flamenco «al que conocí hace 35 años durante la huelga de hambre que desarrollamos en la catedral de Baiona», el propio Luyten intercaló neerdanlés y francés, junto a expresiones en euskara y castellano para enlazar una amena charla durante la que relató que ha sido detenido tres veces en su vida con motivo de su relación y solidaridad con la lucha de Euskal Herria por su aurodeterminación.

El ex senador flamenco realizó un recorrido cronólógico, en el que no faltaron alusiones a la histórica plaza de los Vizcainos sita en Brujas, la represión desatada por el Duque de Alba en Flandes durante el siglo XVI, la petición de libertad para el lehendakari José Antonio Agirre cuando estuvo preso en Bélgica o la solidaridad de muchos flamencos con los vascos mostrada durante la Guerra Civil.

Luyten fue detenido por los gendarmes en 1972, durante la huelga de hambre que los refugiados políticos vascos realizaron la catedral de Baiona y en 1975 por la Guardia Civil, por enarbolar una ikurriña junto a la iglesia de Santa María, durante el Aberri Eguna que aquel año se celebró en Gernika. En su país fue asimismo arrestado en la década de los 80, en relación con una carta que remitió al embajador español.

Arnaldo Otegi, quien comenzó su intervención bromeando con la posibilidad de que su compañero de mesa fuera nuevamente detenido, en el contexto de la actual situación política en Euskal Herria, contextualizó el bombardeo de Gernika en «la persecución, cárcel, seguimientos, muerte que los vascos hemos conocido durante los dos últimos siglos». qae

Historia de lucha y sufrimiento

Manifestó Otegi que la historia de Euskal Herria «es una historia de lucha y sufrimiento y por ello seguimos en pie como pueblo», antes de añadir que «las recetas del pasado no sirven» para resolver el conflicto y que habrá proceso «porque así lo quiere este pueblo».

El Gobierno de Lakua, por su parte, realizó ayer una declaración institucional en la que se manifiesta que «el actual Gobierno y el Parlamento español son herederos de aquel gobierno legítimo de la República, truncado por el alzamiento de Franco. Tienen, por tanto, toda la legitimidad democrática para condenar la dictadura franquista y para pedir perdón por todos los crímenes cometidos en nombre de España. Un gesto y un reconocimiento que se nos debe a Gernika y a Euskadi y, también, a la propia sociedad española».

En el citado texto se recuerda que mañana se cumple el 70º aniversario del bombardeo de Gernika, en el que «los aviones de la Legión Condor a las órdenes de Franco, sembraron de muerte y destrucción Gernika y, por si eso fuera poco, quisieron arrasar moralmente Gernika y Euskadi, por medio de la mentira. Los mismos que lanzaron las bombas y la metralla sobre Gernika, nos bombardearon con mentiras. Fue una acción contra la población civil, a sangre y fuego se buscó aterrorizar, los motivos del bombardeo fueron de índole ejemplarizante y experimental, contra Gernika y el pueblo vasco por su resistencia al fascismo».

La declaración recuerda que «hace 10 años, Roman Herzog, presidente de Alemania, máximo dignatario de un Estado democrático que no tiene nada que ver con el pasado nazi, a través de su embajador, asumió en Gernika la memoria de lo sucedido. `Yo quiero asumir ese pasado y reconocer expresamente la culpa de los aviones alemanes involucrados', dijo al tiempo que ofrecía su `mano abierta en ruego de reconciliación', en un reconocimiento» sin parangón en el Estado español.

Ibarretxe recibe a los alcaldes invitados

Luyten fue detenido en 1972, en una huelga de hambre de refugiados en Baiona; en 1975 por la Guardia Civil tras mostrar una ikurriña en el Aberri Eguna de Gernika; también en su país por solidarizarse con Euskal Herria.

El lehendakari, Juan José Ibarretxe, recibirá hoy a los alcaldes participantes en los actos del 70º aniversario del bombardeo de Gernika organizadas por el Ayuntamiento de la villa. Será la antesala de los actos que se celebrarán mañana, cuando alcaldes de Hiroshima, Volgogrado, Hamburgo, Dresde, Coventry, Varsovia y Auschwitz, entre otros y representantes políticos vascos, participarán en la lectura de la declaración ``Gernika por la paz''.

La Asociación Republicana Irunesa Nicolás Guerendiain hace votos por «recuperar la memoria histórica, ya que un pueblo ha de saber quiénes son y de dónde vienen los que quieren seguir gobernando, por mucho que traten de vestirse de ropajes democráticos. Ha de saber quiénes son y por qué lucharon y murieron aquellos combatientes por la libertad, la democracia y la justicia. El dolor de las victimas merece reconocimiento público y político, e incluso judicial. Fue un crimen contra la humanidad, que según las leyes internacionales no prescribe nunca, y sin ningún animo de revancha pero si de elemental sentido de la justicia, así debría ser sentenciado». K.P.

De Gernika al Cinturón de Hierro; tras la caída de Bilbo el PNV buscó el Pacto de Santoña

Eibar, Markina, Durango... Flechas Negras italianos y regulares avanzaron y ocuparon Gernika el 29 de abril de 1937, tres días después del bombardeo. José Antonio Aguirre, presidente del Gobierno autónomo y consejero de Defensa, asumió el mando de todas las fuerzas el 5 de mayo, rompiéndose los últimos lazos que unían al Ejército de Euzkadi con el del Norte. El 6 de mayo se inició la evacuación de la población civil: 29.400 personas marcharon al Estado francés y 1.745 serían evacuados a la URSS. La lucha en estas fechas fue encarnizada; el día 8, el ejército faccioso conquistó Sollube, el 11, Bizkargi y el 29, Peña Lemona.

Los golpistas tenían el denominado Cinturón de Hierro a la vista. Era una línea defensiva estática, conformada por bunkers y trincheras fortificadas, formando anillos, destinado a la defensa de la capital vizcaina, siguiendo las instrucciones del general Alberto de Montaud y Noguerol. Como concepción militar, respondía a la estrategia de defensa estática procedente del alto mando francés en la Primera Guerra Mundial.

El general Luis Gámir Ulibarri, futuro jefe del Ejército de Euzkadi, diría que bajo el punto de vista táctico «el examen de la obra de fortificación es desconsolador». El trazado, dijo, no se había supeditado «a la obtención de buenos observatorios y planes de fuego que hicieran posible las barreras de los combinados de infantería y artillería en los tiros de detención; ni efectuado organizaciones en los puntos precisos para evitar espacios desenfilados y ángulos muertos donde la infantería asaltante pudiera reorganizarse a cubierto... Era perfectamente visible desde los observatorios enemigos, dada la constitución topográfica de Bilbao... El enemigo, desde el monte Bizkargi dominaba la obra a distancia inferior a 3.000 metros». Los encargados del diseño hicieron posible su fracaso. Murga y Anglada fueron fusilados tras ser descubiertos intentando entregar planos a agentes rebeldes y el monárquico Goicoechea consiguió pasar las líneas, llevándose los planos del entramado defensivo, que entregó a los atacantes. Por Gaztelumendi, donde sólo había una línea de defensa, tuvo lugar la ofensiva definitiva. El 19 de junio de 1937 Bilbo cayó en manos de las tropas franquistas.

A lo largo de agosto, dirigentes del PNV, con Juan Ajuriagerra a la cabeza, intentaron un acuerdo con mandos militares italianos. Al parecer, hubo otro intento de mediación que provenía del Vaticano. Diferentes autores concluyen que, tanto en un caso como en otro, se realizaron sin conocimiento del Gobierno de Aguirre, aunque el propio lehendakari manifestó aquellos días que «los elementos nacionalistas, desde la caída de Bilbao, sufrieron en todo su ser la sensación de que ya para ellos todo estaba perdido. Los demás partidos tenían una continuidad política en los demás territorios. Ellos, no».

El 23 de agosto unidades vascas desobedecieron las órdenes de Gámir de desplazamiento hacia Asturias. El plazo acordado para la rendición era el 24 de agosto a medianoche, en virtud del Pacto de Santoña; se iban a evacuar dirigentes políticos y funcionarios, así como a los oficiales que lo deseasen, pero finalmente. Finalmente se impusieron las condiciones más duras dictadas por Franco. K.P.