Tras cinco meses de complicada tramitación y de una sesión parlamentaria igualmente convulsa, la Asamblea Legislativa de México DF aprobó este martes la ley que despenaliza el aborto en las doce primeras semanas de gestación. La nueva norma salió adelante con los votos a favor del izquierdista PRD, del PRI (centro-derecha) y de la Coalición Socialdemócrata. A los legisladores católicos de todos esos partidos se dirigió ayer el Arzobispado Primado de México para recordarles que, en cumplimiento del Código de Derecho Canónico de 1983, quedan automáticamente excomulgados.

Con dicha sanción, la Iglesia Católica mexicana pone broche a la larga lista de intromisiones que ha protagonizado a lo largo de la tramitación legislativa. Olvidando que México es, al menos sobre el papel, una república laica en la que rige la separación entre Iglesia y Estado, la jerarquía católica ha sometido a todo tipo de presiones a través del ultraderechista PAN.

Se estima que en México se producen cada año más de medio millón de abortos. Resulta del todo imposible dar cifras de las mujeres que mueren al intentar interrumpir el embarazo. De ahí la importancia de una ley que, aunque sólo rija en la capital, marca un avance cara a la conquista de los derechos reproductivos por las mujeres mexicanas .