El líder de la centrista UDF, François Bayrou, rechazó ayer dar ninguna indicación concreta a sus votantes con vistas a la segunda vuelta de las presidenciales francesas y criticó por igual a los dos aspirantes, el conservador Nicolas Sarkozy (UMP) y la socialdemócrata Ségolène Royal (PS).

En una comparecencia para evaluar los resultados de la primera ronda, que tuvo lugar el pasado domingo, Bayrou dijo que «no habrá vuelta atrás» en su decisión de no dar consignas y añadió que los casi siete millones de votantes que tuvo en la primera vuelta «son conscientes de la situación de crisis que vive Francia» y tendrán libertad para el sufragio el 6 de mayo.

Aunque no se posicionó por ninguno de los dos candidatos de la segunda vuelta, Bayrou fue mucho más crítico con Sarkozy que con Royal.

Sarkozy, como Berlusconi

De Sarkozy dijo que tiene connivencias con poderes económicos y periodísticos y agravará la separación entre los franceses, mientras que de Royal criticó que proponga al Estado como único factor para resolver los problemas.

Sobre su propia actitud para el 6 de mayo, Bayrou aseguró que «en este momento todavía no sé lo que haré, porque las dos opciones en liza presentan inconvenientes».

Concretó que Sarkozy «tiene gusto por la intimidación y puede concentrar el poder como nadie antes», aparte de que ve «un riesgo en su manera de ejercer el poder, que incluye el control de la prensa».

En este sentido, Bayrou comparó a Sarkozy con el ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi.

Sobre Royal reconoció que «está más atenta a cuestiones como la mejora de la democracia y la reconstrucción del tejido social», pero aseguró que su programa electoral es negativo porque «va en contra del equilibrio necesario a nivel político, económico y social».

El político centrista admitió que ha recibido varias llamadas tanto del candidato conservador como de la socialdemócrata, pero destacó que se ha negado a responderlas.

«No practico el mercadeo político», afirmó Bayrou, antes de añadir que podría cambiar la idea sobre su voto personal después de ver el debate televisivo que el 2 de mayo mantendrán Sarkozy y Royal en función de lo que propongan a los franceses.

No obstante, dejó claro que «no aceptará la sumisión» a uno de los grandes partidos, «que no van a reparar la situación y se corre el riesgo de agravarla» y apuntó que «es absolutamente imposible» que pudiera aceptar un puesto en el próximo Gobierno. Royal ofreció el martes a la UDF la posibilidad de incluir ministros de esta formación en su eventual Gobierno si éste apoyaba un «pacto presidencial» con la candidata del PS.

Nuevo partido de centro

Bayrou anunció la creación de una nueva formación centro que se presentará a las elecciones legislativas de junio y añadió que una de las conclusiones de la primera vuelta de las presidenciales es que en el Estado francés «ya hay tres fuerzas, no sólo dos. Hay una fuerza en la derecha, otro en la izquierda y una tercera en el centro, lo que constituye una inmensa esperanza».

Esa formación podría llamarse Partido Democrático, si los militantes de la actual fuerza centrista, la UDF, aceptan su propuesta. «Francia tiene una gran necesidad de renovación», añadió Bayrou, que subrayó la necesidad de actuar «con el equilibrio de un corredor que avanza con paso seguro».

Bayrou, que ha pasado del 6,8% de los votos en 2002 al 18,5% del pasado domingo, pintó un panorama sombrío de la situación en el Estado francés, caracterizado, a su juicio, por «una democracia enferma, un tejido social roto y la falta de crecimiento».

En este sentido, señaló que su nuevo partido «deber servir de contrapeso» frente a los dos grandes -UMP y PS- y confirmó que será candidato en las elecciones legislativas de junio.

«Este nuevo partido presentará candidatos a todas las elecciones del futuro, comenzando por las legislativas de junio, para representar a los franceses que quieren una política nueva, independiente y libre», insistió el líder centrista.

Por otra parte, Bayrou aceptó el reto de un debate público lanzado por la candidata del PS. «Ségolène Royal ha propuesto un debate público y abierto conmigo. Acepto un debate de estas características, por ejemplo, en la televisión. Nicolas Sarkozy no me ha propuesto ningún debate de este tipo, pero si lo hiciera, lo aceptaría», señaló.

El portavoz del PS, Julien Dray, respondió casi inmediatamente que «las cosas avanzan» en relación a la celebración de este debate, que, según aclaró, tendría como objetivo «buscar los puntos de convergencia entre la izquierda y el centro».

La propia Royal ofreció a Bayrou participar con ella en un foro de la prensa regional nada más escuchar que estaba dispuesto a debatir con ella.

Sarkozy manifestó, antes de la comparecencia de Bayrou, que «no esperaba nada de nada» del líder de la UDF, al tiempo que denunció «el mercadeo» que, según el candidato de la UMP, existe entre el centro y la socialdemocracia.

Crítica a Royal desde la LCR

Entre tantas loas a la búsqueda del espacio de centro, el ex líder de la trotskista LCR Alain Krivine alertó a Royal de que «ésta es una idea muy mala».

«¿Cómo puede movilizar a las gentes de izquierda para vencer a Sarkozy y comenzar aliándose con quien ha sido su cómplice durante los años en los que ha estado en el Gobierno? Corre el riesgo de desmovilizar a una parte de la izquierda», señaló en una entrevista en la emisora radiofónica RTL.