Donostia ofrece un recorrido por la fotografía de Isabel Muñoz
Donostia ofrece un extenso recorrido por la mirada humanista de la fotógrafa Isabel Muñoz, a través de 250 imágenes expuestas en la sala Kubo. Forman parte de una obra construida durante 17 años con el cuerpo humano y su expresividad como eje.
GARA | DONOSTIA
La exposición, que se inauguró ayer y que permanecerá abierta en la Sala Kubo del Kursaal hasta el 24 de junio, reúne fotografías de diferentes épocas obtenidas por Isabel Muñoz en sus numerosos viajes a través del mundo, en los que ha logrado extraer «la parte más positiva de los momentos más oscuros» de las personas.
La artista ha traído a Donostia una retrospectiva de su obra, que abarca gran parte de su recorrido artístico. En la actualidad, protagoniza en Madrid una exposición sobre las pandillas de «maras» de El Salvador, de las que la Sala Kubo muestra también varias instantáneas.
«Me gusta hablar del ser humano, de la dignidad del ser humano, de los sentimientos», explica Muñoz, quien asegura que utiliza el cuerpo como pretexto para referirse «a esas cosas».
Imágenes del mundo
En la muestra inaugurada ayer se pueden contemplar fotografías sobre el terremoto de Bam (Irán), series sobre los monjes Shaolin, la tribu Surma de Etiopía, contorsionistas chinos y obras relacionadas con danzas como el tango, la capoeira o el ballet.
Uno de los espacios acoge una importante colección de imágenes de las «naranjeras» camboyanas, muchachas a las que se obliga a ejercer la prostitución y a las que la ONG AFSIP, que dirige Somaly Mam, trata de salvar de este destino.
Muñoz no puede ocultar la implicación y pasión que imprime en su trabajo al relatar las historias, con sus nombres, de muchas de las niñas que posaron para ella, la mayoría de las cuales «sonríen con la boca pero su corazón no va a sonreír nunca», dice emocionada.
La fotógrafa barcelonesa confiesa que piensa mucho sus fotos antes de hacerlas, pero que en ocasiones elige los temas y en otras son éstos los que la «eligen» a ella, como ocurrió con la serie sobre las «naranjeras» camboyanas.
Uno de sus temas preferidos es la danza, una disciplina por la que reconoce sentir pasión.
Con el mismo entusiasmo explica los procesos que aplica para lograr las grandes e imponentes impresiones de sus obras, para las que utiliza diferentes técnicas como el tiraje de platino o el papel de albúmina, que ella misma ejecuta en su laboratorio de Madrid.
Aunque se declara amante de los métodos tradicionales, Isabel Muñoz comenta que no renuncia a ningún avance tecnológico, por lo que aplica también procesos digitales tanto en la impresión como en la obtención de las fotografías, que capta tanto en digital como en analógico.