Manía les ha entrado con repetir lo de los contaminados y las listas contaminadas, parece mentira que seres humanos puedan tener tan cortas entendederas y repitan como auténticos loros enjaulados en su propia ignorancia lo que les dictan los amos dueños de los cacahuetes adorados.

Tendrán que ser un poco más respetuosos con la adjudicada titulación que, por ejemplo, ya es más que asumida por personas como yo. Sí, soy un supuesto contaminado y contaminante y a mucha honra, pero claro yo observando desde mi más absoluta ignorancia a esos loritos tan poco autónomos, los veo muy jodidos y en un estado lastimoso.

Puesto que si la razón es que hay muchos miles de personas que desean una opción, ¿ddónde está el problema? Si los contaminados viven a gusto con su supuesta contaminación y los que son más listos y sanotes no se quieren contaminar, insisto ¿dónde esta su preocupación? Sobra decir que, buscando en distintos medios, lo que realmente parece contaminado son sus opiniones que, lejos de la originalidad, se repiten más que el ajo.

Me huelo que en la continua calificación a la disidencia en semejantes términos víricos-infecciosos subyace la falta de inteligencia para que en igualdad de condiciones se trabaje por un futuro que nos pertenece tanto a los contaminados como a los sanotes loritos.

Pero el asunto ya preocupa cuando de la multitud de medios y supuestos profesionales del periodismo patriotero español, autodenominados intelectuales, los pacifistas de cómic tipo Mortadelo y Filemón, los políticos de la monarquía naranjera más hermosa y preciosa, libre y grande del mundo universal... apenas se oyen voces discordantes con la teorías de que todo disidente es infecto-peligroso.

No me cabe duda de que al paso que van los citados intérpretes de la nueva democracia recibirán algún premio por sus capacidades investigadoras en la salud, puesto que han descubierto que hay en este pequeño país nuestro miles de nuevos casos de algo que les asusta, supuestas ideologías disidentes que ponen en entredicho sus usos y abusos desde el poder, corrupciones legalizadas desde hace tanto tiempo que se ven como normales, y sobre todo, temen que pese a todo tipo de represión aún haya gente dispuesta a seguir contaminada y seguir contaminando.

En definitiva, hablar en los años que corren en términos tan infantiles es una muestra de la falta de madurez de todos los que se arrogan no pertenecer a un colectivo tan vivo. Igual es que mi condición de persona supuestamente contaminada por otro virus no me impide aún razonar, puesto que a nosotros también se nos tenía tanto miedo que incluso hablaban de entornos más o menos contaminados como algo dañino. La igno- rancia es atrevida.