El Congreso de EEUU sigue exigiendo retirarse de Irak
El Congreso de EEUU sigue manteniéndose firme ante el presidente George Bush y la Cámara de Representantes aprobó un proyecto de ley por el que las tropas enviadas a Irak deberán retirarse a partir de octubre. Bush también se mantiene firme y anunció que vetará esta ley, pero aún debe encontrar una forma para seguir financiando el despliegue militar.
GARA |
La Cámara de Representantes desafió el miércoles la amenaza de veto del presidente George Bush y aprobó un proyecto de ley que ordena el comienzo de la retirada de las tropas estadounidenses de Irak a partir de octubre de este año.
En virtud de ese proyecto, la retirada de alrededor de 150.000 efectivos estadounidenses debería concluir en marzo del próximo año.
La iniciativa, que fue debatida en la madrugada de ayer por el Senado, fue aprobada por 218 votos a favor y 208 en contra, pese a las advertencias del jefe de las fuerzas de EEUU en Irak, el general David Petraeus, quien señaló que una medida de ese tipo sumirá al país árabe en el caos.
El proyecto prevé una asignación extraordinaria de 124.000 millones de dólares (90.904 millones de euros) para financiar las operaciones de las tropas en Irak.
El presidente Bush ha advertido que vetará cualquier proyecto que establezca plazos para la permanencia de las tropas estadounidenses en el país árabe.
Según el legislador demócrata John Murtha, uno de los más férreos críticos de la guerra, la aprobación del proyecto supone un llamamiento para que la Casa Blanca rinda cuentas por los errores cometidos en el conflicto armado.
Murtha fue el último orador demócrata en el debate que precedió a la votación y que reflejó la intensa división que ha provocado la guerra en el espectro político estadounidense.
Poco antes, el también demócrata James McGovern dijo: «Este terrible capítulo de nuestra historia debe terminar. ¡Basta!».
«Nuestras tropas están involucradas en una guerra civil sin un enemigo claro y sin una estrategia clara para el éxito», afirmó, por su parte, el líder de la mayoría demócrata, Steny Hower.
Sin embargo, el republicano Jerry Lewis advirtió de que la decisión «será vista por Al Qaeda como el día en el que la Cámara tiró la toalla».
También el Senado
Fuentes legislativas manifestaron que se espera que la medida también haya sido aprobada esta madrugada por estrecho margen en el Senado, para ser enviada después para la promul- gación del presidente George W. Bush.
El debate y la aprobación del proyecto también constituye el mayor enfrentamiento entre el Congreso, que controla los fondos para el conflicto, y la Casa Blanca, que tiene la autoridad constitucional para el manejo de la guerra.
El presidente Bush ha reiterado una y otra vez que vetará el proyecto y esa advertencia fue repetida el miércoles por la portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, quien lamentó «la muy trágica situación en Irak», pero afirmó que una retirada militar «crearía un vacío de poder» en el país árabe.
La única posibilidad de superar el veto presidencial sería que los detractores del conflicto en el Congreso de Estados Unidos pudieran conseguir más de dos tercios de los votos de los legisladores.
Según fuentes del Congresonorteamericano, esa posibilidad es virtualmente inexistente debido a la escasa mayoría que los demócratas tienen en ambas cámaras legislativas.
En un intento por neutralizar la marea de oposición a la guerra, el general Petraeus se reunió el miércoles con los legisladores a puerta cerrada para informarles sobre la situación en Irak.
Fuentes legislativas indicaron que, en ese encuentro, el militar indicó que ésta ha mejorado y repitió su advertencia de que una retirada estadounidense provocaría el caos en Irak.
Posteriormente, en una reunión con periodistas, Petraeus señaló que las «asesinatos sectarios» han disminuido en Irak y que el progreso en la provincia de Al Anbar «ha sido increíble».
También manifestó que el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, «está haciendo todo lo posible por conducir el país».
Al menos nueve soldados iraquíes murieron ayer como consecuencia de un atentado suicida con coche bomba en un puesto de control del Ejército en Jalis, en el norte de Irak, mientras que tres guardias de seguridad fallecieron en otro ataque suicida contra una oficina del Partido Democrático del Kurdistán (PDK) en Zumar, a 70 kilómetros al oeste de Mosul.
Por otra parte, otros seis civiles y un soldado murieron y otras 18 personas resultaron heridas en un atentado con un puesto de control de la Policía cerca de Baquba.
Asimismo, cinco insurgentes fallecieron y 77 fueron detenidos en varias operaciones militares.
El teniente coronel William Steele ha sido acusado de «ayudar al enemigo» en Irak mediante la facilitación de teléfonos móviles no controlados, según anunció el Ejército de EEUU en un comunicado.
El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, prepara la «remodelación inminente» de su gabinete y podría anunciarla en menos de tres días, según ha asegurado un parlamentario perteneciente a la coalición gubernamental.
En una entrevista con el diario iraquí «Al Sabah», Hassan al Suneid, dijo que Al Maliki «abrirá consultas sobre los cambios en su Gobierno cuando vuelva a Bagdad desde Muscat», la capital de Omán.
Seis ministros pertenecientes al grupo del chií Muqtada al Sadr dimitieron hace diez días por la resistencia de Al Maliki a establecer un calendario para la retirada de las tropas extranjeras en su país.
El Bloque Sadr es uno de los partidos más importantes que componen la Alianza Unida Iraquí (AUI), a la que también pertenece Al Suneid.
GARA