Los rojillos se enfrentan al partido más trascendental en su corta trayectoria europea
Chaparrón antes de volver a Glasgow
Natxo MATXIN | SEVILLA
Por el efecto del cambio climático o porque ocurre «cuando vienen los del norte», una lluvia torrencial recibió a la expedición rojilla a su llegada a Sevilla. Una inclemencia meteorológica que se puede interpretar de dos maneras contrapuestas, bien porque puede suponer un mal presagio o bien porque podría beneficiar a un equipo más físico como es el navarro.
La realidad es que la abundante caída del líquido elemento en la capital hispalense desató las alarmas en el seno sevillista, que se dedicó a plañidear en torno al estado del césped del Sánchez Pizjuán.
Ajeno a esta circunstancia, Osasuna se agarra a la magnífica trayectoria que viene protagonizando fuera de casa en la Copa de la UEFA para creer en sus posibilidades de hacerse un hueco en la primera final europea de la historia del club de la Plaza del Castillo. Un auténtico éxito teniendo en cuenta que el bagaje europeo de la escuadra rojilla hasta ahora había sido sólo de doce encuentros en dos diferentes participaciones.
Los pupilos de Ziganda sólo han perdido en uno de los seis encuentros que han disputado hasta ahora en el torneo continental lejos de El Sadar -ante el Lens, por 3-1- y apenas han encajado un gol en los cuatro últimos que han jugado lejos de Iruñea, concretamente el que sufrieron en los últimos minutos en Ibrox Park.
Tan serios como en la ida
Todo le hará falta al plantel rojillo si quiere salir sano y salvo de la encerrona que le aguarda en el Sánchez Pizjuán para la jornada de hoy -el estadio sevillista registrará un llenazo- y contrarrestar el enorme potencial ofensivo que atesora su rival.
De hecho, será necesario que realicen un encuentro tan serio y concentrado como fue el de la ida para que los navarros tengan opciones de viajar otra vez a Glasgow, en ese caso de cara a luchar por el título. El Sevilla sufrió lo indecible en El Sadar -pese a ello salió vivo- y será muy complicado que la historia se vuelva a repetir en su campo y rodeado de su público.
Claro que a ilusión no le va a ganar el cuadro hispalense a los rojillos, a quienes el ir superando las diferentes eliminatorias ante enemigos deportivos teóricamente superiores en cuanto a presupuesto económico les ha ido convenciendo de que pueden dar la sorpresa en el torneo menor europeo, si es que no lo han hecho ya plantándose en semifinales.
En Sevilla están preocupados no sólo por la nefasta estadística que vienen padeciendo en los enfrentamientos a doble partido con Osasuna -los rojillos empataron en el Sánchez Pizjuán las dos veces que se adelantaron por 1-0 en el encuentro de ida-, sino porque la escuadra navarra le tiene tomada la medida a la forma de jugar de los de Juande.
Cortocircuitar la entrada por los carriles de los andaluces y saber imponerse en la parcela central serán dos de las tareas en las que más ahínco deberán poner los rojillos si pretenden estar de nuevo en Glasgow.
No es casualidad que Ziganda se haya estado devanando los sesos -aunque aseguró ayer que ya lo tiene claro- por poner en liza al que considere mejor once para afrontar ese cometido, con la duda de si alinear uno o dos delanteros. No se sabrá hasta minutos antes del choque.
Las dudas de su rival en el banquillo se centran en Dragutinovic y Jesús Navas, aquejados de una gripe y un pisotón, respectivamente. De no jugar el canterano, Alves adelantaría su posición al carril derecho.
Con una expectación fuera de lo habitual -la importancia de la eliminatoria así lo justifica-, José Angel Ziganda y Patxi Puñal comparecieron ante un enorme contingente de medios de comunicación. El técnico rojillo, que avanzó no tener apenas dudas en el once inicial, resaltó que su equipo «va a dejarse el alma en el campo y jugar con la misma predisposición que en la ida».
«Pese al 1-0 de Pamplona, la eliminatoria sigue estando al cincuenta por ciento, pero lo que tengo claro es que si el contrario es mejor, nos tocará sufrir. Nuestro objetivo es que tengan que sudar sangre para superarnos y la idea es que tenemos que intentar hacer un gol», amplió.
Para el de Larraintzar el anunciado clima hostil que se va a encontrar en el Sánchez Pizjuán será un factor más «para el que no hemos hecho una preparación específica porque nos vamos a tomar el partido como otros que hemos jugado en ambientes similares, caso de Glasgow o Leverkusen».
El Cuco comentó que le gustaría ver a un Sevilla como el de hace una semana, «pero me temo que eso no va a ser así. Es un conjunto al que es muy difícil verle jugar mal, que ha reservado a sus mejores jugadores para la ocasión y que sé como aprieta y empuja, pero veremos quién se lleva el gato al agua, porque nosotros también somos un bloque muy sólido».
«Para contrarrestar su juego debemos hacer un partido muy completo, no sólo en lo físico, sino también en lo psicológico. En Pamplona supimos muy bien leer el partido y aquí deberemos ser también fríos en el campo», explicó.
Patxi Puñal, capitán de Osasuna y un futbolista que ha conocido sinsabores y sacrificios en esto del fútbol, reconoció que hoy será «el día soñado, un partido que vamos a tener la suerte y el mérito de jugarlo, y con muchas ganas de que llegue cuanto antes».
El uhartearra, que indicó que el plantel rojillo «está tranquilo porque no nos coge de nuevos, ya que llevamos varios encuentros en Europa», remarcó que el Sevilla «nos respeta bastante porque sabe que en un descuido se le puede ir la eliminatoria».
En cuanto al choque en sí y el calentamiento previo de declaraciones, el centrocampista destacó que «será caliente y tenso, pero no por eso, sino por la importancia de la eliminatoria y lo apretado del resultado de ida».
N.M.
Bien como excusa para justificar con antelación un posible mal resultado, bien como manera de desviar la atención, el preparador sevillista, Juande Ramos, centró parte de su alocución en el estado del terreno de juego tras las lluvias acontecidas en la mañana de ayer. «El campo está impracticable, no rueda el balón y hay mucho barro, así que mañana (por hoy) estará, en el mejor de los casos, muy pesado, algo que nos perjudica jugando como local», advirtió.
Una circunstancia con la que ni Ziganda ni Puñal quisieron polemizar -la rueda de prensa de los portavoces rojillos se celebró por la tarde, mientras que la Juande Ramos fue a última hora de la mañana-, ya que los primeros coincidieron en que las características en las que se encuentre el Sánchez Pizjuán «serán igual para ambos conjuntos».
Pese al supuesto mal estado del césped y paradójicamente, el preparador del conjunto hispalense aventuró que el choque será un «espectáculo apasionante», en el que «si Osasuna es capaz de repetir la ida será un rival durísimo, pero también el Sevilla tiene sus argumentos».
Entre ellos, el apoyo que recibirá de las abarrotadas gradas del estadio sevillista, en lo que espera sea una noche mágica. En su opinión, el aliento de la hinchada «tiene un valor incalculable, sobre todo para nosotros que cuando jugamos de locales empujan mucho y bien, es una de las grandes bazas que tenemos que jugar... Si algo significa el factor campo es que tenemos una afición y un público que se entrega a tope con el equipo».
«Gracias a Dios que ha cambiado el ambiente. Osasuna nos superó quizá porque pensamos que ya estábamos en Glasgow, que sin trabajar ni esforzamos íbamos a pasar. Hicieron ocasiones para haber obtenido una mayor renta y hemos tenido que sufrir un palo para espabilar. Lo mejor es que venimos con un resultado remontable porque pudimos quedar ya fuera en la ida», reconoció.
«Espero que no sea demasiado tarde, porque hay que ser consciente de que ganar a un rival de las semifinales de la Copa de la UEFA por 2-0 es algo durísimo y se tendrá que sudar tinta china para conseguirlo», insistió.
Juande Ramos también se refirió a la intensidad extra que tendrá Osasuna al encontrarse por primera vez ante una oportunidad histórica. «Esas sensaciones las vivimos nosotros el año pasado ante el Schalke y es normal que crezca su motivación, porque es una ocasión única para ellos», describió.
N.M.
Los responsables de la UEFA impidieron que Osasuna pudiera entrenarse, tal y como estaba previsto en principio, en el Sánchez Pizjuán, debido a su estado por las lluvias acaecidas. Los jugadores osasunistas tuvieron que llevar a cabo su sesión vespertina -comenzó a las 18.30- en las instalaciones de la Ciudad Deportiva del Sevilla, más alejadas de su lugar de concentración.
Un total de once jugadores, entre las dos escuadras, podrían perderse la final si ven una tarjeta amarilla durante el transcurso del choque. Entre los rojillos, los apercibidos de sanción son cinco: Raúl García, Valdo, Josetxo, Webó y Javier Flaño. En el caso del Sevilla, los amenazados son Jesús Navas, Luis Fabiano, Poulsen, Escudé, Martí y Aitor Ocio.
El Ayuntamiento de Iruñea va a instalar una pantalla gigante en la Plaza del Castillo para que los seguidores rojillos puedan seguir en directo las evoluciones de su equipo en el partido de vuelta de las semifinales de la Copa de la UEFA. La iniciativa no es nueva, ya que ya se realizó con motivo del final de la Copa de hace dos años y en el partido del ascenso ante el Recre, con un sobresaliente éxito de participación por parte de la hinchada.
Con el objetivo de hacer valer la suculenta renta del encuentro de ida, el Espanyol de Ernesto Valverde visita el Weserstadion (20.45) para enfrentarse al tercer clasificado de la Bundesliga, el Werder Bremen, que lo tiene muy difícil para superar el 3-0 de Montjuïc. Sin embargo, los periquitos, en cuyo pensamiento planea la adversa remontada de la final de la Copa de la UEFA de la temporada 1987/88, tratarán de dejar finiquitada la eliminatoria por la vía rápida.
