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PRESIDENCIALES FRANCESAS

Los partidos franceses preparan ya las elecciones legislativas de junio

Nada más terminar el recuento de las elecciones presidenciales, los partidos franceses comenzaron a preparar las legislativas de junio. El objetivo de la UMP es lograr la mayoría absoluta, el del resto, impedirlo.

GARA | PARÍS

La batalla por las elecciones legislativas del 10 y 17 de junio comienza a partir de hoy en Francia, al día siguiente de que el conservador Nicolas Sarkozy haya sido elegido como el sexto presidente de la V República.

Aún con la resaca de las Presidenciales, la victoriosa UMP y el derrotado PS, que Ségolène Royal había representado en la lucha por el Elíseo, se han puesto manos a la obra para confirmar su supremacía, en el primer caso, o tomarse la revancha, en el segundo, en junio.

También se han activado las maquinarias electorales del líder centrista François Bayrou, quien lanzará el próximo jueves su nueva formación, el Movimiento Demócrata (MD), y de los múltiples partidos situados en ambos extremos ideológicos.

Según un sondeo de CSA-Cisco divulgado tras la victoria de Sarkozy, los conservadores parten como favoritos en la batalla por las legislativas, con el 37% de las intenciones de voto, frente al 33% que cosechan los candidatos socialdemócratas que apoyaron a Royal en las presidenciales.

El 15% iría al centro de Bayrou, el 8% al ultraderechista Frente Nacional (FN), el 5% a los comunistas, izquierda y a los Verdes, y un 4% a los soberanistas de derechas -escindidos del FN- y a los defensores del «ruralismo», como CPNT, según la misma encuesta.

Sarkozy, que se ha tomado unos días de retiro en el Mediterráneo hasta el próximo día 16, cuando asumirá las funciones de jefe de Estado, ha dicho que se implicará «fuertemente en la batalla por las legislativas», determinantes para poder desarrollar su proyecto presidencial.

El comité político de la UMP se reunió ayer para elaborar un «pacto presidencial» con el que el partido irá a los comicios y que deberán firmar los candidatos que defiendan sus colores, incluidos los centristas y personalidades socialdemócratas que se sumen al mismo.

Mañana está previsto que se reúna la comisión de investiduras de la UMP para dar los últimos retoques a sus candidaturas y abordar la sucesión de Sarkozy al frente del partido.

El objetivo, al menos, es renovar la mayoría absoluta que la UMP tiene ahora en la Asamblea Nacional, con 365 de los 577 diputados.

En su estrategia de comerle el terreno al centro, la UMP ha decidido no presentar contrincantes a los diputados de la UDF de Bayrou que quieren conservar su escaño y han apoyado a Sarkozy, pero con compromisos de lealtad muy estrictos.

Veintidós de los 29 diputados de la UDF se alinearon durante la campaña presidencial con Sarkozy, quien va a crear un «polo» centrista en la UMP para acoger a los prófugos de Bayrou, que anunció públicamente que no votó a Sarkozy y debatió en televisión cuando la aspirante del PS buscaba atraerse el voto centrista.

Mar revuelto en el PS

La derrota de Royal ha lanzado ya la batalla por las legislativas y el riesgo de caer en la tentación de un ajuste de cuentas en el PS, algo que el primer secretario del partido y compañero sentimental de la vencida, François Hollande, ha advertido de que no consentirá.

La dirección del PS se reunió ayer para analizar los resultados de los comicios del domingo y Hollande admitió que «habrá que tomar decisiones», pero sin entrar en las críticas internas.

Los más críticos han sido los dos rivales de Royal en las primarias para designar al candidato para la carrera al Elíseo, Dominique Strauss-Kahn y Laurent Fabius.

Otras voces, como la del jefe del grupo del PS en la Asamblea Nacional, Jean-Marc Ayrault, invocan a la unidad para que «la llama de la renovación que se ha encendido no se apague», mientras que otros abogan abiertamente por un pacto con los centristas de Bayrou para frenar a la UMP.

Falta por saber quién conducirá esa renovación de la izquierda, tras la clara intención manifestada por Royal de ser ella.

Para Bayrou, la situación se presenta delicada y supone todo un reto para seguir existiendo en el paisaje político francés.

Pese al 18,57% de votos obtenidos en la primera vuelta de las Presidenciales, su margen de maniobra es muy estrecho por esa fuga de diputados hacia la UMP, y para mantener un grupo propio en la Asamblea Nacional deberá seducir al electorado socialdemócrata.

Su intención es presentar candidatos en las 577 circunscripciones y, según el diario «Les Echos», estaría negociando en secreto con el PS desistimientos mutuos en la segunda vuelta de las Legislativas.

En cuanto a los ultraderechistas, la falta de proporcionalidad les deja muy pocas opciones para las Legislativas, aunque Marine Le Pen, la hija del líder del FN, podría tener una oportunidad si se presenta en Pas-de-Calais.

El PCF se juega la supervivencia de su grupo parlamentario tras el rotundo fracaso en las presidenciales. Los Verdes tampoco lo tienen fácil y la izquierda podría intentar su entrada en la Asamblea Nacional en torno a Olivier Besancenot (LCR), quien cosechó un 4,08% en las presidenciales, encabezando a una pléyade de candidatos.

FILLON

François Fillon, autor de una reforma de las pensiones criticada duramente por los sectores más desfavorecidos por los recortes que introducía durante el Gobierno de Raffarin, será el nuevo primer ministro.

REAcciones

La prensa internacional destaca que el Estado francés inicia «una nueva era»

Los medios de comunicación internacionales destacaron que la victoria de Nicolas Sarkozy en las elecciones presidenciales abre un nuevo escenario en el Estado francés.

Los principales diarios de EEUU ofrecieron ayer su portada a las elecciones francesas, con más datos que comentarios. «The Wall Street Journal», referente de los poderes financieros, saludaba la victoria de Sarkozy, destacando que «puede escribir una página para la historia y diseñar un nuevo papel para Francia en el mundo para satisfacer el ansia de cambio de sus compatriotas».

«Sarkozy aporta energía, juventud y audacia al Elíseo», añadía «The Wall Street Journal».

Para «The Washington Post», mientras, «no habrá que esperar mucho para ver a Sarkozy desmantelar inmediatamente la política exterior de Chirac, que concebía a Europa como un contrapoder frente a Estados Unidos».

A ojos del diario económico alemán «Handelsblatt», «Francia ha optado por un cambio radical. Después de doce años bajo el mandato de Jacques Chirac, el más débil de los presidentes de la Quinta República, de nuevo un hombre fuerte llega al Elíseo».

En Gran Bretaña, «The Guardian» (centroizquierda) ahondaba en la misma línea, subrayando que «los franceses han juzgado, sin equívocos, que el remedio a doce años de deriva era un fuerte viraje a la derecha».

«Se trata del cambio político más importante desde hace una generación», titulaba «The Times» (centroderecha), que invitaba a los franceses a apoyar «la versión gala del thatcherismo».

El diario italiano «La Republica» (centroizquierda) destaca que el vencedor en el Estado francés ha sido «la derecha pragmática» y añade que «la llegada al poder de una nueva generación hace que los viejos esquemas se tambaleen».

Según «La Stampa» (derecha), «Nicolas Sarkozy ha conducido a buen puerto una larga y coherente batalla de ideas, desarrollada desde hace años en el interior de su movimiento político para eliminar el pesado liderazgo de Jacques Chirac y renovar la derecha francesa».

En cuanto a «Corriere della sera» (derecha), piensa que «Sarkozy ha devuelto su fiereza a un pueblo gruñón. Los franceses también se han entusiasmado por una solución femenina, más tranquilizadora y sólida, pero han preferido la cultura del resultado».

Los medios israelíes mostraban su esperanza en que la elección de Sarkozy suponga el «inicio de una nueva era en las relaciones franco-israelíes», como destaca el popular diario «Yediot Aharonot». «Los orígenes judíos del próximo presidente católico francés crean grande esperanzas en Jerusalén», añadía este diario, que destacaba que «está dispuesto a hacer frente al desafío nuclear».

En Senegal, el diario gubernamental «Le Soleil» se mostraba crítico con Sarkozy, destacando que «la expresión de una visión paternalista y etnocéntrica, que en ocasiones llega al racismo, le aleja de la mayor parte de los africanos. Esta análisis era compartido por la mayoría de los medios de comunicación de este país africano. GARA

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