GARA > Idatzia > Txokotik

Txotxe Andueza Periodista

Envidia de una foto

El proceso de paz irlandés ha entrado en una nueva etapa. Casi una década llevan los políticos de Irlanda ocupados con el proceso de paz. Unos, dando paso tras paso en la confianza de que sólo la política haría innecesaria la violencia; otros, poniendo piedra tras piedra a un proceso que si bien podía poner fin a la violencia, también acabaría con sus privilegios. Al final, todos han han confluido y ahora afrontan una tarea difícil, la de dar forma, contenido y vocación de futuro a los mínimos democráticos que los han unido. Han llegado a esa fase de reconocimiento mutuo que necesita un proceso que pretenda incluir a la mayoría de la población. Son muchas las dificultades que les quedan por salvar, pero ya se han puesto a construir conjuntamente el futuro.

Esa situación provoca envidias en Euskal Herria, pero no podemos olvidar la dureza del conflicto, los años y el sufrimiento que ha costado, las voluntades que han tenido que ponerse en juego... Aún así, es imposible evitar, en días como el de ayer, en que las imágenes del nuevo gobierno autónomo irlandés nos llegaban acompañadas por las declaraciones de Josu Jon Imaz, que la envidia aparezca.

No se le puede negar a Imaz el don de la oportunidad; incluso repitiendo un discurso conocido (aunque más modulado al público de la capital del reino), es capaz de levantar pasiones entre sus compatriotas. Su propuesta de «acuerdo de mínimos», que entre otras grandezas propone postergar el diálogo político, es un hueso demasiado duro de roer, y más cuando 15.000 ciudadanos han sufrido espionaje político de las distintas policías del Estado y todo un sector social de este país va a ser sometido de nuevo al apartheid político.

Una propuesta de «acuerdo de mínimos» que sólo puede entenderse con el corolario que le puso el propio presidente jelkide: «me temo lo peor». Imaz, el agorero, parece tener muy claro que el final de esta travesía será la vuelta a una situación de confrontación abierta en Euskal Herria. Quisiera pensar que el resto de agentes implicados en la resolución del conflicto harán algo por cambiar ese «destino» escrito en los posos del café de Josu Jon, y que aquí habrá una foto que represente, como en Irlanda, el compromiso de todos con la paz. Aunque, para ser sincera, preferiría que en esa foto no estuviera nadie que se hubiera dedicado a observar desde la barrera el sufrimiento de los demás, mientras en su calculadora sumaba los réditos particulares del conflicto.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo