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Pilar Belzunce recibe el Premio Montblanc como reconocimiento de su apoyo al arte contemporáneo

Pilar Belzunce, viuda del escultor Eduardo Chillida, ha recibido el Premio Montblanc de la Cultura 07, con el que se reconoce su papel clave en hacer del museo Chillida-Leku «un símbolo del pueblo vasco".

GARA | HERNANI

La entrega del galardón -15.000 euros y una pluma de oro macizo- tuvo lugar ayer al mediodía en el caserío Zabalaga del museo Chillida-Leku de Hernani, en un acto presidido por el lehendakari, Juan José Ibarretxe, al que acudieron personalidades vinculadas al mundo de la cultura vasca.

Una emocionada Pilar Belzunce manifestó que su vida ha sido «una historia de amor y apoyo total» al que siempre fue su compañero, al tiempo que anunció que donará el premio a la Fundación Lenbur de Legazpi, que trabaja desde el «valle del hierro» por la recuperación de la memoria y el patrimonio industrial de Gipuzkoa y que tiene previsto poner en marcha este año un «Espacio Chillida» en una antigua nave de la acería de Patricio Echeverría.

La esposa del escultor recordó cómo Chillida-Leku se convirtió en «un sueño hecho realidad» 25 años después de que ella y su marido decidieran buscar un lugar en su tierra para guardar y disfrutar por un tiempo de las esculturas que hasta ese momento habían pasado directamente a manos de la galería parisina Maeght, que tenía la exclusiva de todas las obras del artista donostiarra.

La idea inicial se fue transformando y la custodia momentánea de las piezas de Chillida acabó siendo permanente, mien- tras el escultor y su familia iban dando forma al actual museo, inaugurado en septiembre de 2000, que organiza también exposiciones temporales y actividades educativas y culturales.

Belzunce (Filipinas, 1925) destacó ayer la «fe inmensa» que depositó en su marido desde que lo conoció a los 13 años y con quien convivió durante 60 años, en los cuales ella emprendió la tarea de encargarse de «los asuntos prácticos» mientras él se volcaba en la creación.

«Ella rompe el tópico»

Hubert Wiese, consejero delegado de Montblanc, aseguró que Belzunce rompe el tópico que dice que «detrás de todo hombre siempre hay una gran mujer», porque en este caso la esposa del artista «siempre estuvo por delante, o codo con codo, nunca detrás». «El equipo de Chillida-Belzunce estuvo unido en todo, al 50 por ciento, tanto en el fondo como en las formas», aseguró Wiese, quien subrayó su «gran capacidad de iniciativa por el amor al arte, a la belleza y a esta tierra».

Álvaro Fernández Villaverde, duque de San Carlos y consejero cultural del Premio Montblanc, resaltó además el papel clave desarrollado por Belzunce al lado del escultor, un matrimonio que vivió «para el arte y la vida con idéntica moral y ética».

El lehendakari señaló, por su parte, que la galardonada es el «alma máter de una saga de artistas», y recordó cómo se embarcó junto a su marido en un «proyecto singular» como el de Chillida-Leku, «que prolongará a un futuro sin fin el espíritu de Chillida». Y es que, según apuntó al hacerle entrega de este premio que reconoce su labor de mecenazgo del arte contemporáneo mediante la creación del museo, Chillida-Leku es «símbolo de un pueblo vasco milenario y abierto a todo el mundo, un pueblo vasco con su sitio en la cultura universal».

Ibarretxe destacó la labor del conocido escultor, «un artista vasco y universal, y referente de nuestra cultura», y agregó que el museo de Hernani supone en sí «un lugar emblemático de nuestra cultura y la consecución de un sueño». A este respecto, recordó las palabras de Chillida, que decía «soy de los que piensan que los seres humanos somos de un sitio muy importante». Según aseguró el lehenda- kari, eso es «muy importante», ya que «lo más adecuado es echar nuestras raíces en un lugar, pero abrir los brazos haciendo nuestras ideas de cualquier otra cultura». Finalmente, felicitó a Pilar Belzunce por su labor de mecenazgo, «un acto de solidaridad y un compromiso con la humanidad».

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