El reverendo Ian Paisley, líder del Partido Democrático Unionista (DUP), y Martin McGuiness, del Sinn Fein y ex comandante del IRA, juraron ayer sus cargos como ministro y viceministro, respectivamente, del nuevo Gobierno norirlandés.

Ambos aceptaron las condiciones recogidas en las llamadas «Obligaciones del cargo». A continuación, el resto de los diez ministros que componen el Gabinete juraron, uno a uno, sus cargos. La esperada ceremonia duró poco más de diez minutos.

Una vez finalizada, los 107 miembros de la Asamblea no aplaudieron al nuevo Ejecutivo sino que pasaron al siguiente punto del orden del día, mientras que Paisley y McGuiness abandonaban la Cámara para ultimar, con sus asesores, los pormenores de la comparecencia conjunta que ofrecieron en compañía de los primeros ministros de Irlanda y Gran Bretaña, Bertie Ahern y Tony Blair, respectivamente. Aunque ambos se sentaron en sillones separados y no se estrecharon las manos al término de la sesión fotográfica, tanto uno como el otro se mostraron muy sonrientes y, en más de un momento, se pudo ver a Paisley riendo.

Enemigos políticos, ambos encabezarán un Gobierno noirlandés formado por cuatro ministros del DUP, tres de Sinn Féin, dos del UUP y uno del SDLP. Peter Robinson, Nigel Dodds, Edwin Poots y Arlene Foster son ya los titulares de Finanzas, Empresas, Cultura y Medioambiente.

El hijo del reverendo y el ex preso político republicano Gerry Kelly ocuparán los dos puestos de secretario de Estado en la Oficina del Ministro y Viceministro principal. Sinn Féin ha elegido a Conor Murphy, Michelle Gildernew y Catriona Ruane como titulares de Desarrollo Regional, Agricultura y Educación. Por su parte, el líder del UUP, Reg Empey, accederá a la cartera de Empleo y Formación y su compañero Michael McGimpsey se encargará de la de Sanidad, mientras que el SDLP dirigirá el Ministerio de Desarrollo Social a través de Margaret Ritchie.

«Ha llegado la hora de la paz»

«Creo que Irlanda del Norte ha alcanzado un tiempo de paz, un tiempo en el que ya no primará el odio», declaró Paisley, de 81 años. «Qué bueno es formar parte de la maravillosa curación en esta provincia», añadió.

En un discurso de contenido y tono muy poético, subrayó que «hay un tiempo para la guerra y otro para la paz. Creo, desde el fondo de mi corazón, que ha llegado el momento para la paz en Irlanda del Norte».

«Hoy estamos iniciando el camino que creo nos llevará a una paz duradera en nuestra provincia», afirmó dando «la bienvenida a la promesa que todos hemos hecho hoy y que es la piedra fundadora sobre la que tenemos que construir».

Paisley aseguró también que si hace unos cuantos años le hubieran dicho que ayer se iba a sentar junto McGuiness y que ambos encabezarían el Gobierno no se lo hubiera creído.

No obstante, dijo que «todavía quedan cuestiones por resolver» y, entre esas cuestiones, citó, siempre desde una perspectiva unionista, la reparación de las víctimas.

Por su parte, McGuinness, en un discurso más pragmático, agradeció la implicación internacional en el proceso de resolución, sin la cual no hubiera sido posible llegar al histórico día de ayer. El jefe negociador de Sinn Féin saludó la presencia de las delegaciones de Estados Unidos, Sudáfrica y Euskal Herria presentes en Belfast.

«A Ian Paisley, quiero desearle lo mejor en este paso que estamos dando a favor del más grande y apasionante reto de nuestras vidas», manifestó.

Destacó también ambas partes han «sorprendido a los escépticos». «Debemos superar las dificultades a las que nos enfrentamos con el fin de alcanzar nuestras metas y aprovechar las oportunidades que ahora se presentan», remarcó, mostrándose confiado en que tanto él como el líder del DUP podrán trabajar juntos.

Realismo y mirar adelante

«El camino que hemos tomado tendrá muchas curvas, pero es el camino que hemos elegido», agregó. McGuinness abogó por «ser realistas y mirar hacia adelante. Los irlandeses han votado a favor de una nueva era política basada en la paz y la reconciliación». Hizo, además, una especial mención a las víctimas de las Fuerzas Armadas británicas y de la connivencia policial con los paramilitares unionistas.

McGuinness se mostró «muy orgulloso» de ser republicano e incidió en que su objetivo y el de los republicanos es conseguir «una Irlanda unida».

Un Tony Blair a punto de llorar, con voz temblorosa y visiblemente emocionado, manifestó que Irlanda «ha permanecido siglos marcada por la viruela del conflicto, las privaciones y el odio», por lo que expresó su esperanza de que la formación de este gobierno ofrezca la posibilidad de «escapar por fin de las pesadas cadenas de la historia».

Se espera que esta semana anuncie que abandone el liderazgo del Partido Laborista. El proceso de paz irlandés es el único legado positivo que deja.

Elogios entre Ahern y Blair

Blair y Bertie Ahern valoraron el papel jugado por Paisley y Sinn Féin y también se elogiaron mutuamente. «Bertie siempre estuvo allí, dispuesto a superar cada obstáculo», dijo el primer ministro británico.

Su homólogo irlandés, mientras, afirmó que la paz en el norte de Irlanda no hubiera sido posible sin la «verdadera determinación mostrada durante diez años por Blair», a quien definió como «un amigo verdadero de la paz y un amigo verdadero de Irlanda».

El «optimismo» de Hain

En la ceremonia no pudo faltar Gerry Adams que consideró que «es un gran día para el pueblo de Irlanda» y, al igual que McGuinness, aprovechó para recordar «a todas aquellas personas que han sido asesinadas o heridas durante el conflicto».

Desde el Partido Unionista del Ulster, sir Reg Empsy, se mostró encantando de que los norirlandeses tengan ahora su propio Gobierno, mientras que el líder del SDLP, Mark Durkan, estimó que lo ocurrido ayer «demuestra que cuando se tiene un gobierno que fija un plazo y términos y los mantiene, se puede llegar a alguna parte».

El ministro británico para el norte de Irlanda, Peter Hain, destacó los enormes preparativos realizados por ambas partes y dijo que esto le llena de «optimismo, no sólo porque la oscuridad y el horror del pasado quedan ahora atrás, sino porque hay una verdadera perspectiva de que este Gobierno funcione».

Asimismo, subrayó la importancia de lo ocurrido entre Paisley y McGuinness, ya que «hasta hace unas semanas nunca habían cruzado una palabra, ni siquiera al cruzarse en los pasillos en Stormont, y el DUP no reconocía a un republicano».

En este sentido, Hain resaltó que «la química personal entre ellos (Paisley y McGuinness) es muy buena y me ha impresionado muchísimo su determinación y su enfoque para sacar el trabajo adelante. Es extraordinario».«Ahora que los líderes políticos se han unido y están demostrando liderazgo por primera vez en esta amarga historia, no creo que haya marcha atrás», incidió el ministro británico para el note de Irlanda.