A nadie se le escapa que, desde su llegada en la temporada pasada, Ricardo López es una pieza básica en Osasuna. Indiscutible bajo los palos, el madrileño ha vivido en primera persona los éxitos y sinsabores del equipo, ya que lo ha jugado prácticamente todo.

Pero lo que no sabrá tanta gente es que este portero nacido hace 35 años es el jugador de Primera División que más minutos de competición oficial a día de hoy lleva acumulados en la presente campaña. En total, Ricardo acapara actualmente 4.320 minutos, si sumamos Liga (2.880), torneos europeos (1.260) y Copa (180).

Una cifra equivalente a estar tres días seguidos jugando al fútbol al más alto nivel, algo que está al alcance de muy pocos profesionales. Sin ir más lejos, el cancerbero rojillo aventaja en nada menos que casi doscientos minutos a su más inmediato perseguidor.

Contrariamente a lo que en principio pudiera pensarse, sus más directos rivales no son compañeros que defienden las porterías de sus escuadras, sino jugadores de campo. Así, en segundo lugar se encuentra el defensa canterano del Valencia Raúl Albiol, con 4.157 minutos disputados, mientras que la tercera posición la ocupa el lateral derecho brasileño del Sevilla Daniel Alves, con 4.053 minutos en su haber.

A partir de ahí, ningún otro futbolista de la Primera División consigue superar la barrera de los cuatro mil minutos, ni siquiera el segundo guardameta mejor colocado en este curioso ránking, el madridista Iker Casillas. Incluso, sumándole los partidos disputados con su selección en la fase de clasificación para la Eurocopa del año que viene, el portero merengue se queda a casi cuatrocientos minutos de Ricardo, en la cuarta plaza de los que más minutos han disputado en lo que va de temporada.

El trabajo explica el éxito

Ajeno a estos fantásticos números, -«que sólo están ahí para mirarlos, porque sois vosotros, los periodistas, los que hacéis las estadísticas», confiesa-, el portero titular osasunista sólo encuentra una explicación a su éxito a lo largo de la presente campaña.

«No hay ningún secreto, se trata de entrenar y entrenar para estar siempre preparado y mentalizado de cara a cubrir las necesidades del equipo, incluso cuando no juegas el domingo. Es un ejercicio de perseverancia en el trabajo, de cara a mantener esa mentalización jornada tras jornada, además de tener la suerte de que te respeten las lesiones», resalta.

De ese continuado trabajo lo más importante para Ricardo es que «al final se te quede la conciencia tranquila por haber hecho todo lo posible por tu escuadra». Encontrarse a este alto nivel conlleva que el guardameta rojillo ni siquiera se plantee cuántos años más -tiene contrato en vigor con Osasuna hasta junio de 2009- puede seguir en la elite del fútbol estatal. «Ahora estoy a gusto y disfrutando del fútbol», comenta.

Con todo lo que le ha tocado vivir -también rachas prolongadas de calentar banquillo como le ocurrió en Manchester-, el madrileño se atreve a dar un consejo a los jóvenes porteros: «Para ser bueno en este puesto lo primero y primordial es ser valiente».