La pasada fue la legislatura de la exclusión, del «apartheid". En los ayuntamientos del sur del país, en el Parlamento de Iruñea y en las Juntas Generales de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Instituciones que, en estos cuatro años, no han sido reflejo de la voluntad popular.

La retirada del poder de Tony Blair no es ninguna sorpresa; sólo faltaba por saber la fecha. Ayer la anunció oficialmente: el próximo 27 de junio presentará su dimisión como jefe del Gobierno británico y líder de su partido, el laborista. De todas formas, pese a su anuncio, seguirá al frente del laborismo y del Gobierno hasta que su sucesor sea elegido en una votación entre diputados, miembros de su partido y los sindicatos. En cualquier caso, es tiempo de balance.

Sin gabarra pero con un nuevo título liguero, las chicas del Athletic se pasearon ayer por las calles de Bilbo bajo el calor de una ciudad rendida a los pies de unas jugadoras que han logrado su cuarto entorchado en cinco temporadas. Desde Ibaigane hasta el Ayuntamiento bilbaino, el paseo estuvo jalonado por el continuo reconocimiento popular para con las «leonas".

Mientras toda la atención estaba fijada en el Tribunal Constitucional, la mayoría de los partidos dieron inicio a la campaña electoral con las habituales peticiones de voto y con la izquierda abertzale presente de forma más o menos velada en los discursos. Los dirigentes y candidatos trataron de ceñirse a los temas sectoriales que acompañan a unos comicios de este tipo, pero no pudieron obviar que los focos de la sociedad y de los medios se hallaban lejos de allí.

La campaña electoral para las próximas elecciones municipales y forales vuelve a arrancar absolutamente condicionada por la ilegalización. El Tribunal Constitucional decidió a medianoche anular todas las candidaturas de las agrupaciones abertzales y socialistas, que recabaron 83.501 firmas, y también las 133 candidaturas de ANV proscritas por el Tribunal Supremo. La Fiscalía y la Abogacía del Estado habían argumentado que no observan vulneración de derechos.