Las mujeres de Hollywood han de apoyarse entre ellas, en vista de que nunca ha dejado de ser una industria machista. Los ejecutivos ni siquiera son capaces de admitir el ligero contenido crítico de las comedias de Amy Heckerling, hasta el punto de que habían olvidado en un cajón uno de sus guiones porque la protagonista era una mujer madura. Por otra parte, la otrora activa actriz Michelle Pfeiffer llevaba ya cinco años sin hacer nada, así que decidió respaldar este proyecto que consideraba de máximo interés para ambas.

Al igual que en «Fuera de onda», se basa en las experiencias personales de Amy Heckerling, muy dispuesta a plasmar en la pantalla las dificultades de ser madre con una hija adolescente. El enredo proviene en esta ocasión de lo que tardará en aceptar la joven que su progenitora mantenga una relación con un chico de su edad, algo que los distribuidores ya se encargan de explicar con un título tan obvio como «El novio de mi madre».

Además de su conocimiento de las relaciones maternofiliales, Amy Heckerling saca partido del bagaje profesional que atesora en el mundo televisivo. De ahí que Pfeiffer encarne a la productora de una comedia de situación para la pequeña pantalla, volcada en el trabajo desde su separación matrimonial. Su vida sentimental renace al conocer a un joven actor durante un casting, instante a partir del cual deberá enfrentarse a los convencionalismos sociales según los cuales está bien visto que un hombre entrado en años se líe con una jovencita, todo lo contrario que cuando la que se enamora de alguien de menor edad es una mujer, situación ésta que suele provocar un discriminatorio rechazo. La promoción de la película no es ajena a ello, desde el momento en que va enfocada al público femenino que supera la treintena.