Aunque luego matizara su discurso alegando que ha sido una temporada muy dura, Quique Yagüe dejó ayer entrever que hay algunos jugadores que no están lo suficientemente implicados para sacar al Alavés de la su delicada situación.

«Hombre, podría haber más implicación, por supuesto. Podría haber otra cosa, pero muchas veces no sabes si la implicación no es por que no quieren sino porque no pueden. Hay factores de cincuenta mil cosas que han pasado durante el año, factores físicos, síquicos, de muchas cosas... Es un año que no es normal, ha habido muchísimos entrenadores, muchísimas formas de jugar y ahora mismo lo únicos que puedo sacar es a los que mejor puedan estar, a los que estén más metidos».

Ahí podría estar la respuesta a la ausencia de jugadores como Moral o Mateo en los últimos partidos. «Aunque estuviera insultándome todo el día con un futbolista, si yo supiera que con ese jugador se iba a ganar el partido, ese hombre jugaría».

Cuando queda un año para su anunciada retirada, Llach vuelve a Gasteiz para recordar en un emotivo y único concierto a las víctimas de los sucesos del 3 de marzo de 1976. El acto tendrá lugar en el Pabellón de Zurbano y contará con la participación del Orfeón Donostiarra y la Orquestra Sinfónica bajo la dirección de Enrique Ricci.

«Tan pronto lo oí por la radio, aquel día mismo empecé a componer la primera parte de `Campanades a morts' -recordó ayer durante su comparecencia oncierto que lleva por título «Campanades a morts», como no podía ser de otra manera, y con el que quiere recojear a sus víctimas y familiares.

Un emocionado Lluís Llach consideró «un verdadero lujo ético contar para esta actuación con el Orfeón Donntar para esta actuación con el Orfeón Donntar para esta actuación con el Orfeón Donostiarra y la Orquesta Sinfónica, con la colaboración de la Asociación de Víctimas del 3 de Marzo y además, que todo se recoja.