«Tulipanes», la obra de Jeff Koons que el Museo Guggenheim Bilbao adquirió el año pasado, quedó ayer instalada al aire libre, en la terraza trasera del edificio diseñado por Frank Ghery.

Se trata de una escultura de 2,03 metros de alto, 4,60 de ancho y 5,20 de largo que representa un ramillete de siete tulipanes entrelazados depositado en el suelo

Los tulipanes están construidos a base de acero inoxidable altamente cromado y pintados de vistosos colores (naranja, azul, rosa, rojo, amarillo, morado y verde), con un acabado que recuerda al de las carrocerías de los coches.

El director del Guggenheim Bilbao, Juan Ignacio Vidarte, indicó ayer, en el acto de presentación pública de la pieza, que, desde el punto de vista formal, ésta combina la «exactitud» del minimalismo con el «contenido cotidiano» del Pop Art. En este sentido, la escultura guarda un gran parecido, en tamaño y forma, con las grandes figuras hinchables típicas de los desfiles estadounidenses, sobre las que Jeff Koons ha trabajado en otras ocasiones. El propio artista ha manifestado que las obras de la serie «Celebration», de la que forma parte «Tulipanes», son «algo festivo que tiene que ver con la infancia, el color y la simplicidad».

La serie más compleja

Esta simplicidad formal, sin embargo, es inversamente proporcional a la «complejidad técnica y la perfección industrial» que ha requerido la ejecución de la pieza. «De hecho -destacó ayer Vidarte-, `Celebration' es la serie más compleja de las realizadas hasta ahora por Koons. Hallar la fórmula exacta y precisa de acero inoxidable y cromo que debía llevar la aleación metálica con la que ha sido contruida `Tulipanes' y su impecable acabado han requerido años de investigación y trabajo por parte del artista neoyorquino».

De hecho, la serie «Celebration» fue concebida en 1995, pero no se empezó a construir hasta 2005. «Tulipanes» ha sido fundida en Alemania y su proceso de acabado se ha prolongado hasta el pasado marzo.

La pieza, adquirida por 5 millones de dólares, es la cuarta de una serie de cinco. De los otros cuatro ejemplares, el primero se encuentra en las oficinas centrales del Norddeutsche Landesbank de Hannover, el segundo pertenece a la Fundación Prada de Milán, el tercero a la Broad de Santa Mónica, en California, y el cuarto es propiedad del propio Jeff Koons.

El contraste entre la simplicidad formal y la perfección técnica no es el único que los responsables del Guggenheim desta- can en «Tulipanes». También destacan la «sensación de ingravidez» de la obra, a pesar de que está construida con un material tan pesado como el acero.