«UPN se va a beneficiar de la ilegalización, pero su soberbia le pasará factura»
Ion ERRO
Cabeza de lista de IUN al Parlamento Navarro
Ramón SOLA | IRUÑEA
Cuatro años después, la campaña vuelve a iniciarse marcada por la ilegalización de una lista. ¿Qué supone después de meses de intentos de avanzar hacia un proceso de resolución?
Evidentemente, no vamos a unas elecciones en clave de total normalización política por dos circunstancias: una, porque ETA sigue sin renunciar a las armas; y dos, porque hay una expresión política, la izquierda abertzale, que no va a estar presente en todas las instituciones, por ejemplo en el Parlamento navarro. Esto significa que hay problemas serios en lo que puede ser ese avance. A juicio de IUN, quien ha roto ese proceso es ETA con el atentado de Barajas, pero no renunciamos en ningún momento a que se pueda retomar un proceso de paz, y confiamos en que haya una evolución de la izquierda abertzale hacia la apuesta por la vía política y la vía democrática para que se pueda lograr la normalización política en esta legislatura.
El líder de IU, Gaspar Llamazares, estuvo en Nafarroa y criticó la Ley de Partidos pero dijo también que la responsabilidad de la impugnación era exclusivamente de la izquierda abertzale. ¿Lo comparte al 100%?
Bueno, es cierto que si Batasuna hubiera sido capaz de emanciparse de ETA estoy convencido de que hoy sería capaz de presentarse en todas las instituciones. Yo le exigiría que rechace el ejercicio de la violencia y que exija a ETA el abandono de las armas. Es algo democrático.
Los datos demuestran que UPN y CDN tuvieron mayoría absoluta en el Parlamento navarro por la ilegalización. La oposición ni siquiera ha utilizado este argumento. ¿Les da igual?
Desde la oposición hemos señalado que el margen que tuvo UPN fue escasísimo, y que en este sentido el Gobierno de Nafarroa no representaba ni al 50% de la población. En cambio, hemos tenido un gobierno que ha sido una apisonadora, que ha llevado a cabo una exclusión absoluta de la pluralidad existente en Nafarroa.
Ahora vuelve a tener más fácil lograr la mayoría absoluta...
Es evidente que el beneficiario de la no presentación de la izquierda abertzale es la fuerza más votada, que puede ser UPN, pero el desgaste de un ejercicio político de derechas, autoritario y soberbio le va a pasar factura. La sociedad navarra le va a pasar a la oposición. No veo un escenario en que se repita la mayoría absoluta de UPN.
La alternativa pasa ineludiblemente por el PSN, pero IUN ha dicho que no se fía. ¿Por qué?
Por quien pasa inexcusablemente la alternativa es por IUN. El PSOE públicamente ha transmitido su disposición a llegar a acuerdos con UPN. Esto nos genera una absoluta incertidumbre sobre su política de alianzas. Ese ejercicio de coqueteo con la derecha no es nuevo. El «urralburismo» político se basó en los acuerdos con UPN, y podría volver tras el 27 de mayo. Sería una traición al votante de izquierdas. Por eso nos presentamos como la única garantía que puede asegurar que sus votos sirven para hacer verdaderamente políticas de izquierda.
Hablando de movilización, la derecha españolista demostró que está movilizada con la marcha de marzo en Iruñea. ¿Por qué la izquierda no hace algo similar?
La izquierda es plural, y en estos momentos el debate identitario se está viviendo con hartazgo desde la izquierda. Un gobierno alternativo en Navarra debe establecer un marco de convivencia plural, y no de confrontación permanente entre las diferentes identidades que convivimos en Navarra. La manifestación del 17 de marzo fue un acto político del PP pagado por todos los navarros, para que Rajoy, Acebes y Zaplana pudieran salir en todos los telediarios haciendo su discurso desestabilizador y extremista. Esto movilizó los elementos identitarios navarristas, y también a un PP que está muy movilizado. Hay que tener en cuenta cómo se agotaron las banderas españolas más que las navarras. Esa estrategia de hablar exclusivamente de la identidad de Navarra y del futuro de Navarra es una cortina de humo para tapar lo que ha sido una gestión muy negativa desde el punto de vista social, industrial, ambiental... Sanz no quiere dar la cara en eso y por eso se inventa un problema identitario.
Para ese debate hay varios elementos sobre la mesa: desde la propuesta del Anaitasuna de la izquierda abertzale al órgano común o la reforma del Amejoramiento... ¿Dónde está IUN?
Nosotros planteamos la necesidad de la reforma del Amejoramiento, que no fue legitimado democráticamente por el pueblo navarro. Es el único de todo el Estado en esta situación. Ha llegado el momento de reformarlo, porque además la Navarra de 2007 tiene poco que ver con la de hace 25 años. Aspiramos a un Amejoramiento que contenga una carta de derechos sociales y ciudadanos, que contenga instrumentos para establecer marcos de convivencia y que refleje la pluralidad, que tenga instrumentos de profundización democrática para que la gente legisle, para que haya consultas, referendos... Y luego, que la ciudadanía navarra lo refrende en una consulta para que pueda articular la Navarra del futuro.
¿Por dónde tendría que empezar el cambio que reclaman?
Es fundamental incorporar una agenda social. El gran déficit del gobierno de UPN en estos últimos 16 años es el recorte en derechos y prestaciones sociales. Es significativo que ésta sea la única comunidad en la que sus ciudadanos plantean que la sanidad está peor que hace cuatro años; en educación, tenemos un gasto proporcional en función al PIB menor que hace cuatro años; y Navarra es la única comunidad de todo el Estado que ha recurrido la Ley de Dependencia. Y todo el problema industrial: el Gobierno no ha liderado ninguna política activa contra la deslocalización.
EB va con Aralar en la CAV, pero IU no lo hace con Nafarroa Bai. ¿Cómo lo explica?
Quien ha decidido estrategias diferentes es Aralar. Ha decidido hacer un acuerdo desde la izquierda en la CAV y, por contra, ha decidido hacer un frente nacionalista en Navarra. Yo quiero recordar que hace dos años IUN ya trasladó una propuesta a todos los partidos de la izquierda navarra, nacionalistas o no nacionalistas, no tanto para hacer una referencia electoral única que se ve inviable, sino para articular una propuesta común de mínimos. Ni Aralar ni el PSOE aceptaron esta propuesta porque estaban en estrategias diferentes. Por eso reitero que la única garantía de alternativa la da Izquierda Unida.
El CIS también analiza el caso del Consistorio de Gasteiz, donde no prevé más cambio que la pérdida del escaño que ahora tiene EA, que pasaría a EB-Aralar. PP, PNV y PSE quedarían igual.