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Elecciones en Euskal Herria

Laudio y Amurrio, de la exclusión a la ilusión

Atrás quedan cuatro años de exclusión. ANV quiere ahora recoger el testigo de lo que la izquierda abertzale ha representado históricamente en los ayuntamientos de las dos localidades más importantes de Araba después de la capital.

Joseba VIVANCO

Llodio, laboratorio independentista», rezaba un titular del diario ``La Razón'' en el año 2005, después de que el PP denunciara que el alcalde del partido gobernante en la localidad alavesa, el PNV, permitiera la participación en los plenos de representantes de la plataforma abertzale Laudio Aurrera, ilegalizada en los comicios de dos años antes. «Te dejan hablar en ruegos y preguntas y a título personal y en la prensa parece que han hecho la de Dios, pero no es así. La actitud del PNV ha sido bien distinta a lo que ha podido parecer hacia el exterior». Quien matiza esto es Gaizka Amorrortu, militante abertzale y cuarto en la candidatura de ANV en Laudio. Precisamente, tanto en este histórico bastión de la izquierda nacionalista vasca como en la vecina localidad de Amurrio -los dos municipios más importantes de Araba después de la capital-, las dos planchas de esta formación política han pasado el filtro de los tribunales españoles.

No así en la cuadrilla de Aiara, a la que ambos pertenecen, que es la única circunscripción de Araba en la que las listas de ANV han sido anuladas, ya que en las de Gasteiz y Tierras Esparsas las candidaturas del histórico partido son legales.

La marginación a la que los votantes abertzales han estado sometidos en estos cuatro últimos años por los gobiernos de PNV y EA en estas dos localidades que suman cerca de 30.000 habitantes tendrá ahora su sesgada recompensa con la participación de las listas de ANV. Recompensa limitada porque, como aclara el propio Amorrotu, «lo estamos viviendo con un sabor agridulce, porque sí vamos nosotros, pero no decenas más de candidaturas y por eso lo ves con una dimen- sión más amplia que la del pueblo. El proceso se puede ir al garete y aquí nos jugamos mucho más que unas simples elecciones o lo que pueda pasar en Laudio».

El ejemplo es evidente. La candidatura de ANV -que lidera Peli Ortiz de Zarate- concurrirá a estas elecciones, pero no la de Laudioko Abertzale Sozialistak, que encabeza todo un referente histórico como Pablo Gorostiaga. En Amurrio, sucede otro tanto: ANV sí; Amurrioko Abertzale Sozialistak, no. En ambos casos, también, la penitencia de ser obligados a quedar fuera de sus respectivos ayuntamientos ha sido similar.

«Uno de los primeros objetivos que ANV acometerá en esta nueva legislatura es saber qué ha ocurrido de facto en el Ayuntamiento de Amurrio durante los últimos cuatro años en los que de forma sistemática se ha negado la participación de una parte de la población amurriarra, representada por la izquierda abertzale. Ha sido una legislatura gris, en la que aparte de cercenar derechos civiles y políticos no ha habido transparencia en la gestión desarrollada por ese Ayuntamiento de conveniencia entre EA y PNV», denuncia Juan José Bartolomé Treceño, Brasi, que encabeza la lista de la formación independentista.

En las elecciones de 2003, en Amurrio los votos nulos fueron 606, frente a los 2.234 que logró EA-PNV; en 1999, la plancha abertzale de EH había obtenido hasta tres ediles. «Uno de los dislates mayores de la Corporación amurriarra ha sido la creación de un foro de participación ciudadana en esta legislatura en la que al 6% de la población se le ha impedido participar en comisiones, grupos de trabajo, plenos...», insiste Brasi en sus críticas al gobierno del «todopoderoso» Pablo Isasi (EA), quien repite como aspirante por sexta vez consecutiva. En Laudio, otro tanto. «Ha sido una legislatura en la que el PNV no nos ha dado posibilidad de nada, absolutamente de nada. Hemos estado sin información, sin poder participar en muchas cosas y así es muy difícil trabajar», explica Gaizka Amorrortu. Máxime en una localidad como ésta en el que «veníamos de tener la Alcaldía. Ha sido bastante duro».

Al inicio de legislatura, la plataforma Laudio Aurrera propuso a los peneuvistas que les cedieran los concejales que les hubieran correspondido en unas elecciones democráticas, «pero hicieron oídos sordos. Les propusimos entonces diferentes fórmulas de participación y a lo único que accedieron es a meter mociones, pero siempre que no fueran peligrosas para ellos. Cuando no les interesaba, no las llevaban», se queja.

«No era nuestro problema»

Jon Karla Menoio es el primer edil del Consistorio laudioarra y repite como candidato. Él tiene una visión diferente de estos cuatro años. «Han venido a plenos, han intervenido y siempre les hemos dejado hacerlo en aquellos asuntos que hemos considerado oportunos. Un alto porcentaje de las mociones que han presentado se han debatido. Por tanto, las relaciones, en este sentido, yo creo que han sido cordiales».

El alcaldable jelkide matiza que «evidentemente, Batasuna siempre pidió otras cosas que nosotros no estábamos dispuestos a dar, sobre todo porque hemos entendido que el problema de la ilegalización de un partido no era un problema que afectaba al PNV, sino que era la ley la que fundamentaba esa ilegalización. Nosotros no somos responsables de las decisiones de otros. Hemos sido coherentes». En cualquier caso, Menoio afirma que «desde el PNV, y también como vecino, me parece muy positivo que ahora se puedan presentar».

ANV de Laudio, en cualquier caso, encara con optimismo estos próximos comicios. «Con gente nueva y con voluntad de hacer todo lo que sea posible», responde Amorrortu, que no duda en fundamentar su mensaje en que «tratamos de recoger el testigo de lo que durante años la izquierda abertzale ha hecho en Laudio. Creemos que todavía sigue ahí ese poso abertzale. No somos Batasuna, sabemos que no tenemos a un Pablo Gorostiaga de cabeza de lista, pero sabemos que somos los únicos capaces de continuar ese camino, porque los demás, todos, apuestan por el mismo modelo».

Los comicios en Laudio se prometen apretados. PSE y PP recuperan a dos históricos de la localidad, como Juan Antonio Larisgoitia y Carlos Urquijo, respectivamente, para asaltar el sillón consistorial. En las elecciones de 2003, entre PNV y EA sumaron 5.026 votos, mientras que los nulos fueron 2.133. Cuatro años antes, Pablo Gorostiaga se había hecho con la Alcaldía encabezando la lista de Euskal Herritarrok con 3.540 votos.

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