GARA > Idatzia > Eguneko gaiak

Elecciones en Euskal Herria

Azkuna insiste en su defensa de la «guerra al navajero»

Azkuna es consciente, o así parece, de que su apología del mampo- rro puede servirle para arañar votos entre aquellos que lo mismo les da votar a este médico metido a político que al PP. Por ello, insiste en su particular lucha contra el delincuente, en la manida «guerra al navajero».

Agustín GOIKOETXEA

Ayer, en pleno Arenal, ante una veterana parroquia de fieles jelkides, el alcalde y candidato a la reelección por el PNV al Consistorio bilbaino explicó a grandes rasgos sus propuestas en materia de seguridad y civismo. No tardó mucho en pronunciar uno de los términos que han marcado su práctica política en el mandato que está a punto de concluir, la «guerra al navajero», en la que pretende emplear a la Policía Municipal que él y sus antecesores dejaron de lado para hacer sitio a la Ertzaintza.

Ahora, la guardia urbana denostada se convierte en instrumento imprescindible de los jeltzales en la «acción contra el navajero y guerra al delincuente», ya que, tal y como explicó Iñaki Azkuna, «no les queremos en Bilbao o, por lo menos, que no estén cómodos».

Incidió en que la villa de Don Diego «es muy segura», a pesar de los mensajes alarmistas de sus competidores del PP, reconociendo que se producen actos delictivos como «toda la vida», aunque siempre hay lugares donde hay más. Tras esta reflexión «profunda», anunció que en unos días habrá 42 nuevos agentes, aquellos a los que hace unas semanas confesó estar «harto de tener que soportar a niñatos borrachos y empastillados pegando en la calle cada fin de semana».

Aclaró que no serán los únicos, al apostar por un rejuvenecimiento de la plantilla de la Policía Municipal hasta alcanzar una «cifra razonable», además de avanzar en la coordinación de medios informáticos con la Ertzaintza, de la que dijo que es otro instrumento en su batalla.

No todo es delincuencia, Azkuna añadió que los «problemas de convivencia» han sido los que han generado conflictos en barrios de la periferia como Zorrotza u Otxarkoaga, inclinándose por la educación de los más jóvenes para que estos episodios y otros no se repitan. Reconoció que en la ciudad del Guggenheim las condiciones de pobreza y desesperación obligan a algunos a delinquir para llevarse a la boca algo que comer, o que el urbanismo ha ayudado a crear ghettos, problemática que debe ser resuelta.

A los chavales se dirigió, aprovechando que no había ninguno y sí sus abuelos, para señalar que «no es de recibo que los profesores no tengan autoridad en los colegios y puedan ser agredidos por los alumnos o por los padres de estos» o que «cuadrillas de chicas se peguen y con los móviles que nosotros les hemos comprado, porque les damos de todo, graben esas agresiones». Por ello, el alcalde hizo votos por restituir la autoridad en los colegios a favor de los docentes, apostillando que el Ayuntamiento puede ayudar a crear una «convivencia sana», «no sólo con Policía».

La hora se echaba, y los txistularis que participan en el sencillo acto electoral del PNV hicieron un pequeño redoble, que sirvió a Iñaki Azkuna de aviso para dar por concluido su discurso. Antes, el candidato jeltzale les había pedido a los txistularis «cinco minutos» para explicar sus propuestas en materia de seguridad y civismo, al resto que acudan a votar el 27 de mayo «porque tampoco es para tanto, no cuesta nada acercarse y echar la papeleta, y menos si hace un día tan bueno como hoy».

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo