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Récord de beneficios y de «chulería y de prepotencia» empresarial

L as condiciones laborales y económicas de miles de trabajadores de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa en 2006 han empeorado en relación a hace dos años, porque muchos están sin convenio colectivo. No han mejorado para nada sus condiciones laborales y económicas. La unica clave para mejorar es la unidad sindical".

Así se expresaba a finales de marzo el secretario general de UGT-Euskadi, Dámaso Casado. Desde entonces las reuniones de negociación de diferentes sectores se suceden, aunque con escasos avances y una denuncia que repiten, una y otra vez, todos los sindicatos: «la chulería y la prepotencia» de la patronal. En efecto, tras años de amasar fortunas -el Banco de España habla de que los beneficios empresariales están marcando «máximos históricos» cuando se refiere al tema-, el clásico menosprecio de los patronos hacia los trabajadores ha alcanzado altas cotas, bajo la cobertura de administraciones y leyes que aún les miman más.

Esta es una cuestión que se repite en los cuatro herrialdes de Hego Euskal Kerria, donde las relaciones se degradan con rapiden en medio de un sistema que no repara en medios para alcanzar mayores beneficios.

En Nafarroa, además, hemos visto cómo las mismas multinacionales que llegaron hace unos años con suculentas ayudas, se marchan dejando a cientos de trabajadores en la calle y con palabras de «comprensión» y «normalidad» por parte de la clase política que en su día le ofreció todas las facilidades del mundo para instalarse en el herrialde.

Construcción

Xabier Agirretxe es miembro de la mesa negociadora por parte de ELA en el sector de la Construcción de Gipuzkoa. El miércoles celebraron la reunión número doce con la patronal sin ningún tipo de avances.

Agirretxe admite que negociar con Adegi cada vez es más duro. «En el caso de Gipuzkoa tenemos una patronal que está totalmente crecida. El tema es que por parte de los sindicatos tenemos que ser capaces de darle la vuelta a la situación y ponerles en su sitio. Cosas que antes no se veían ocurren ahora. Por ejemplo, la patronal vino ya en la segunda reunión con su propia plataforma reivindicativa. Algo que en años anteriores no se veía. Piden de golpe ampliar la jornada, recuperar el tiempo, como puede ser en el caso de interrupción de la jornada por inclemencias del tiempo -se lleva mucho en este sector-. Otro tema que está muy de moda y ponen encima de la mesa es el de la flexibilidad. Yo te aviso con 48 horas de antelación y a partir del lunes que viene te quedas hasta las siete de la tarde. En el caso de la construcción plantearon el tope de jornadas laborales de 10 horas. Hemos conseguido que lo retiren.

El representante de ELA apunta a la «ambición desmedida» y al «sistema», que está con los empresarios, como los elementos que conforman el perturbador panorama, ya que en la Construcción de Gipuzcoa funciona la plataforma consensudad por los sindicatos UGT, CCOO, LAB y ELA.

«Con todos los beneficios que están teniendo no les basta, tienen que ir más allá. Tienen que flexibilizar la jornada. Plantean una serie de puntos regresivos y lo quieren todo. Desde la ordenación del tiempo del trabajo hasta el tiempo de ocio. Quieren controlarlo todo -apunta Agirretexe-. Además, toda la legislación y el sistema económico, tal y como está montado, es para ellos. A partir de ahí tienen la desmedida ambión de plantearse qué hago para ganar más y más. Esa es la mentalidad que tiene. A partir de ahí todo lo que estamos denunciando: el Impuesto de Sociedades, el fraude fiscal que hay por ahí, y más en el sector de la Construcción. Todos sabemos cómo funciona el tema del ladrillo. Digamos que hay sectores más `ordenados' pero en el de la Construcción hay mucho fraude y mucho mercado negro».

Agirretxe denuncia que la subcontratación «deteriora muchísimo las condicones de trabajo. Es un tema al que las administraciones no quieren meter mano. En este sector la administración tiene mucha responsabilidad porque hay mucha obra pública y se invierte dinero público. Hace una licitación, saca a concurso, adjudica y parece que su responsabilidad desaparece, no va más allá. Hay que denunciar que la administración hace dejación de sus responsabilidades».

Metal

El Metal en Bizkaia y Araba lleva tres años sin renovar el convenio. Eduardo García, secretario de acción sindical de CCOO, afirma que los problemas del sector en Bizkaia, Araba o Gipuzkoa son similares, aunque reparte las críticas entre la patronal y los sindicatos.

«Una patronal absolutamente conservadora que apuesta por recetas viejas ante los nuevos retos y que está abusando del poder que le hemos dado por la división sindical para deslegitimar, de alguna manera, lo que es el concepto de las relaciones laborales. La patronal, lo que está haciendo es utilizar su poder para negar la capacidad de interlocución al conjunto de los sindicatos en todos los sentidos. Esto es pan para hoy y hambre para mañana, porque lo que no se va a dar por evolución se va a dar por revolución. Espero que se pueda recuperar algo que en el primer proceso sí fue posible, que fue la unidad de acción sindical porque teníamos proyectos comunes y ahora, que no los tenemos, sí tenemos intereses comunes en lo que es la defensa estricta de los derechos de los trabajadores», afirma.

En su opinión, «la patronal afronta la negociación colectiva de forma equivocada, tanto en Alava como en Vizcaya. Tener el convenio paralizado durante tanto tiempo es romper uno de los modelos de relaciones laborales que es el convenio sectorial, que ha funcionado y ha dado a este país una capacidad de trabajo y de competitividad importantes. Y si se creen que debilitar al sindicalismo les va a beneficiar se equivocan, porque cuando mañana nos necesiten, porque los trabajadores van a ir más por revolución que por evolución, igual no estamos. Y a ver quién controla esto. Hoy en día los beneficios empresariales han crecido más que nunca, y si los beneficios crecen más que nunca y la tarta se reparte a menos trocitos para los trabajadores esto explotará. No se cómo ni cuándo, pero como sea al margen de una dirección que necesitamos hacer los sindicatos, se nos escapará a nosotros de las manos, pero también a la patronal», añade.

El responsable de CCOO destaca los «vicios» adquiridos por la patronal durante estos tres años de vacío. «Se deja notar muchísimo. No es un invento demagógico. La patronal, en lugar de intentar recuperar a los sindicatos, porque les interesa como instrumento para las relaciones laborales, lo que ha hecho es ponerse en una situación de chulería y de prepotencia y negarte la mayor. Ir a un convenio colectivo a decir que aumentan la jornada es ir a echar un órdago para romper las relaciones laborales, y decir algo que ya se empieza a oír: los sindicatos no representan a nadie, no sirven para nada. Ese es el gran problema, y es también el gran error de la patronal».

Y si vuelve a pasar

«¿Quién te asegura que esto no puede volver a pasar?», se pregunta Norberto León, representante de LAB en el comité de empresa de Caucho Metal, multinacional que cierra su planta de Biana para trasladar parte de la producción a Logroño y parte a Rumanía.

Esa es la pregunta de el sindicalista y sus compañeros de trabajo que han «salvado» el puesto se preguntan. Si negociar el convenio es duro, más aún lo es vivir con la incertidumbre de no saber cuál es tu futuro. «Se lo planteamos a la empresa, pero no hay respuesta. Nos dicen que el mundo del automóvil es así y que aquí no está asegurado el trabajo de por vida». La planta de Biana cerrará sus puertas el próximo 31 de julio.

«Los rumores de cierre comenzaron el año pasado -relata Norberto León-, aunque antes de que finalizara 2006 ya se habían llevado dos máquinas y no sabíamos lo que iba a pasar con nosotros. El 24 de enero reunieron al comité de empresa y explicaron que esta fábrica se cerraba y se iba a Logroño. Nos dijeron que los fijos irían a Logroño y los eventuales a la calle. Fue algo parecido a lo tomas o lo dejas». Ese día el director de la planta, tras anunciar el cierre en Biana, corría a Logroño a ofrecer una rueda de prensa con el presidente riojano, que alababa públicamente la decisión.

Sin embargo, pasar un año entre rumores y nula información tiene serias consecuencias. «Llevamos desde el año pasado mosqueados, entre rumores de traslado a Rumanía y sin saber qué es lo que iba a ocurrir. La situación te afecta mucho. En medio de esa incertidumbre, llega un momento en el que te da igual hacer tu trabajo bien o mal, si al final te van echar».

Caucho Metal ya ha recibido otra subvención, esta vez del Gobierno de La Rioja, por un importe de 15 millones de euros para investigación. En Biana, de los cerca de 140 trabajadores, la mitad se quedá en la calle.

J.M. URIBARRI

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