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El Festival de Cannes celebra su 60º cumpleaños sin grandes fastos

El próximo miércoles, día 16, arrancará en la costera ciudad francesa de Cannes la 60ª edición de uno de los festivales de cine más prestigiosos del mundo. Hasta el día 27 se proyectarán 64 largometrajes y una veintena de cortos. Unos son de directores e intérpretes consagrados, mientras que otros se estrenan en el festival, pero todos ansían poder alzar la preciada Palma de Oro. Además de películas, no faltarán los habituales y esperados desfiles de estrellas.

GARA | PARÍS

El Festival de Cannes estrena el miércoles su sexagésima edición y con ella la conmemoración del 60º aniversario, que oficialmente celebrará con un concierto y un filme colectivo, «Chacun son cinéma», en el que una treintena de cineastas de prestigio hablan de «la sala de cine». Los latinoamericanos Alejandro González Iñárritu, Walter Salles y Raúl Ruiz, los europeos Roman Polanski, Theo Angelopoulos y Andreï Konchalovsky, el africano Elia Suleiman, el asiático Hou Hsiao Hsien o el estadounidense Michael Cimino son algunos de ellos.

El tema de la cinta, «ese espacio mítico donde las imágenes y el sonido son transmitidas en su exacto valor y en su majestad» -en palabras de sus promotores- será, además, el «hilo conductor» del 60ª festival.

Con el deseo de celebrar «la creación con la creación», como gusta subrayar su presidente, Gilles Jacob, se intentó evitar cualquier «retorno al pasado» y «conmemoración mortífera», todo aquello que pudiese «convertir el futuro en algo todavía más intimidante».

La estrategia requiere cuidar de cada invitado, cada proyección o cada acto con especial dedicación y se saldará con un número inusitado de artistas, como Martin Scorsese, Jane Fonda, María de Medeiros, Angelina Jolie, Brad Pitt, Takeshi Kitano, Leonardo DiCaprio o Emir Kusturica, entre otros. Se trata de hacer brillar el cine y los destellos de sus artistas, gracias a los 64 largometrajes de 34 países y a la veintena de cortometrajes que se proyectarán del 16 al 27 de mayo en esta pequeña ciudad de la Costa Azul.

Para mayor realce, la bahía se poblará de inmensos yates, navíos, limusinas de lujo, alta costura, fiestas y homenajes.

La organización, por su parte, se encargará de reunir «herencia y modernidad, grandes firmas y jóvenes brotes, respeto del patrimonio y confianza en el futuro», para mayor beneficio «de las generaciones futuras».

Ante aspiraciones de esta envergadura y aunque Cannes sea una fiesta, los fastos del 60º aniversario se limitarán a un concierto-audiovisual público y a una ceremonia, el domingo día 20. Será una reunión de estrellas de cine y realizadores internacionales, de Bille August y Jane Campion a Youssef Chahine, Wong Kar Wai, Ethan y Joel Coen, David Cronenberg, Manoel de Oliveira, Amos Gitai, Aki Kaurismäki, Ken Loach y Gus Van Sant, dispuestos a descubrir juntos el cine de «Chacun...».

Menú para todos los gustos

Ya metidos en materia, la lucha por la Palma de Oro propone un menú cinéfilo para todos los gustos. El paladar del gran público lo satisfarán autores como los estadounidenses Quentin Tarantino y David Fincher. Tarantino, consagrado con la Palma de Oro adjudicada a «Pulp Fiction» en 1994, presenta «Death Proof» tras el fracaso comercial en EEUU de «Grindhouse».

Fincher (1962), vuelve con «Zodiac» al terreno de los asesinos sistemáticos, tras reventar taquillas en 1995 con «Se7en». Esta vez, el usualmente imaginativo Fincher se atiene a una historia real, la del homicida que aterró a San Francisco entre los años 60 y 70.

El menú estadounidense se completa con los hermanos Joel y Ethan Coen, cuyo «No Country for Old Men» supone su séptima opción a la Palma, que ya se llevaron al primer intento con «Barton Fink» (1991).

También muy del gusto del festival es Gus Van Sant, que con «Paranoid Park» compite por tercera vez, tras llevarse la Palma de Oro y el premio al mejor director con «Elephant» (2003). El también estadounidense James Gray disputará el triunfo con «We Own the Night», mientras que el pintor y cineasta Julian Schnabel debuta en Cannes con «Le scaphandre et le papillon», tras triunfar en todo el mundo hace siete años con «Antes que anochezca».

Este año el cine asiático de autor ha vuelto por sus fueros en Cannes. Frente a la cinta china que en 2006 ejercía de solitaria abanderada oriental, este año son cuatro, empezando por la de apertura del festival, «My Blueberry Nights», de Wong Kar Wai. Éste es el cuarto intento del honkonguense por hacerse con la Palma de Oro en un festival que hace un decenio le premió como mejor director por «Happy Together».

El desembarco asiático sigue con «Mogari no mori», del japonés Naomi Kawase, que vuelve a la carga por la Palma tras optar con «Shara» en 2003.

«Breath», entre tanto, le ha reportado su primera candidatura al premio gordo de Cannes a los surcoreanos Kim Ki-duk y Lee Chang-dong.

Carlos Reygadas, que con «Stellet Licht» se adentra en las comunidades menonitas de México, redondea su buena racha en Cannes, tras llevarse una mención especial a la Cámara de Oro en 2002 con «Japón».

También sabe ya lo que es recoger trofeos el alemán de origen turco Fatih Akin, Oso de Oro en Berlín con «Contra la pared» (2004), que tienta la suerte en Cannes con «Auf der Anderen Seite». Akin se inscribe en la representación fílmica europea, que incluye a veteranos como Emir Kusturica. El director serbio aspira por quinta vez a la Palma que ya se llevó con «Underground» en 1995, a la que hay que sumar el premio al mejor director en 1988 con «El tiempo de los gitanos».

También veterano es el austríaco Ulrich Seidl, con una carrera a medias entre el documental y la ficción, que se estrena en la competición francesa con «Import/Export».

Comparten con él la condición de novatos en la lucha por la Palma el húngaro Béla Tarr, con «The Man from London»; el rumano Cristian Mungiu («4 luni, 3 saptamini si 2 zile») y el ruso Andrei Zvyagintsev, que presenta «Izganie». Otro ruso, Alexander Sokurov, aspira con «Alexandra» por cuarta vez a la Palma, tras «Molokh» (1999), cuyo guión se premió.

Y, por supuesto, no podía faltar presencia francesa, encabezada por «Une vieille maitresse», de Catherine Breillat, cuya trayectoria como guionista incluye clásicos como «Y la nave va» (1983), de Federico Fellini. Completan la lista sus compatriotas debutantes en competición Christophe Honoré, con «Les chansons d'amour»; Raphäel Nadjari, con «Tehilim», y Marjane Satrapi y Vincent Paronnaud, que con «Persépolis» llevan al cine el exitoso cómic sobre la situación de la mujer iraní del que es autora la primera.

CANNES CLASSICS

Jane Fonda, Andrezej Wajda, Martin Scorsese y Walter Salles serán los invitados de honor de «Cannes Classics», sección del festival que desde 2004 agrupa los filmes considerados «de patrimonio», como las cintas restauradas.

El nacimiento del festival más famoso del mundo fue postergado por la Segunda Guerra Mundial

El festival de cine más famoso del mundo cumple seis decenios con el orgullo de haber convertido a la pequeña y tranquila ciudad francesa de Cannes en una meca del Séptimo Arte que combina el brillo de Hollywood con la calidez del Mediterráneo. Difícil sería conjeturar si el resultado habría sido distinto si, cuando se gestó el certamen, sus fundadores hubiesen optado como sede por la otra ciudad aspirante: Biarritz.

Pero frente al frescor propio del Cantábrico que baña Biarritz, dichos fundadores acabaron decantándose por Cannes, merced a «su soleado clima y su entorno encantador», según el dictamen del grupo de cineastas anglosajones y franceses que en 1938 acordó crear un festival alternativo al que se celebraba desde seis años antes en Venecia. Y es que, aparte de la benignidad del clima, la política fue un factor clave para que en el Estado francés acabara fraguándose un certamen de cine en esos turbulentos años en los que el festival veneciano acabó convertido en caja de resonancia propagandística de la Italia fascista y la Alemania nazi. Pero el grupo de cineastas -encabezado por uno de los inventores del Séptimo Arte, Luis Lumiére- que ideó el acontecimiento francés nunca pudo cumplir su objetivo de abrir la primera edición en 1939, año que finalmente no pasó a la historia del celuloide, sino a la de la Humanidad, con el estallido de la II Guerra Mundial.

Sin embargo, la idea no cayó en el olvido y en 1946, un año después de restaurada la paz, Cannes pudo finalmente abrir sus puertas a luminarias del cine como Alfred Hitchcock, Billy Wilder, Roberto Rossellini, David Lean, Walt Disney y Emilio «Indio» Fernández.

Desde entonces, muchas de las mejores películas de los últimos seis decenios han desfilado por esta ciudad de la Costa Azul año tras año, con excepción de tres: 1948 y 1950, por falta de presupuesto, y 1968, a causa de las protestas obreras y estudiantiles que paralizaron el país ese mayo.

En todo este tiempo también ha cambiado el nombre del galardón, antes Gran Premio, y desde 1955 Palma de Oro, a la que sólo otra estatuilla dorada, el Oscar, podría disputar la condición de premio más codiciado del cine mundial.

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ESTRENO DE DI CAPRIO

Leonardo Di Caprio estrena en Cannes el documental «The 11th Hour». Incluye entrevistas con más de 50 científicos y otras personalidades sobre el medio ambiente y el futuro de la humanidad.

LA QUINCENA

La Quincena de los Realizadores, festival paralelo al de Cannes creado en 1969 para favorecer que los cineastas pudieran llegar al público y a la crítica, proyectará 27 películas a partir del día 17.

El Gobierno de EEUU investiga a Moore por haber grabado su documental en Cuba

El nuevo documental de Michael Moore, «Sicko», ha empezado a causar polémica incluso antes de su estreno, previsto para el día 19 en el próximo Festival de Cannes. En «Sicko», Moore critica el sistema sanitario estadounidense porque no presta un servicio a todos los ciudadanos sino sólo a los que tienen un seguro privado.

Para filmar este trabajo, el cineasta estadounidense viajó a Cuba el pasado febrero junto con diez personas que trabajaron en las labores de rescate del 11-S para que médicos cubanos las trataran de las dolencias que sufren producidas por su labor en el desescombro de las Torres Gemelas. Moore pretende con esto dejar patente las deficiencias de la asistencia sanitaria de uno de los países más poderosos del mundo. «La nueva película de Michael Moore arrancará la tirita de la industria sanitaria estadounidense», afirmó Meghan O'Hara, productora de «Sicko».

El Gobierno de Estados Unidos ha iniciado una investigación oficial sobre el cineasta por su viaje a Cuba, país sobre el que Washington mantiene un estricto embargo, y advierte a Moore de que las violaciones de este embargo están penadas «por lo civil y/o lo criminal».

«Los esfuerzos del Gobierno de Bush para dirigir una investigación políticamente motivada contra Moore no nos detendrán a la hora de asegurarnos de que el pueblo estadounidense podrá ver la película», respondió el cineasta. «Bush y su Gobierno deberían gastar su tiempo ayudando a que estos héroes reciban la asistencia sanitaria que necesitan, en lugar de abusar de su poder legal», añadió.

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