De sorprendente podríamos catalogar la nueva propuesta que realizan dos de los alpinistas más punteros de Euskal Herria. También le añadiríamos los términos muy difícil y complejo. Más de uno se aventurará a afirmar que se les ha ido la cabeza, pero lo que sí es cierto es que el donostiarra Fernando Ferreras y el bilbaino Kepa Escribano quieren aportar con su buen hacer al alpinismo. ¿Proyecto vanguardista? Cabe la posibilidad, y es que los dos alpinistas se embarcarán, dentro de dos semanas, en un proyecto cuyo nombre lo dice todo: «Mendi Bira 07. Escaladas de alta dificultad alrededor del mundo».

El plan preveía ocho meses de escaladas por el norte y sur de América, Oceanía, África, Asia y Europa. Pero el «amigo» que sustenta el presupuesto es el que manda y, a falta de ayudas, la primera, la de Norteamérica, ha caído del vagón. Como los demás objetivos de los otros continentes, el del primero también era muy atractivo. La intención de estos dos alpinistas se centraba en dos montañas de primer orden de Alaska. La primera, Mount Hunter (4.441 m), querían escalarla por la actual vía de referencia de toda la cordillera: Moonflower Butress (6, 5.8, A3, AI6). La segunda, Denali (6.193 m), por la carismática ruta Cassin (5, 5.8, AI4).

Como bien adelanta Escribano, era una buena forma de empezar el viaje: «Teníamos muchas ganas de empezar por Alaska y con esas dos rutas. La Moonflower desde el punto de vista deportivo, de la dificultad técnica, es muy atractiva y, además, es la referencia de la zona. La Cassin, por su parte, siempre ha sido una de nuestras preferencias. Pero ambas se quedarán para otra ocasión, ya que no hemos podido conseguir la ayuda económica suficiente como para emprender esta primera etapa».

Así pues, serán cinco etapas en seis meses, plasmación de una idea que la llevaban trabajando ya mucho tiempo. Un proyecto ya complejo desde antes de iniciarlo. Ferreras y Escribano llevan un año dándole forma, consiguiendo los visados, información, perfilando la logística... Un viaje que les llevará (ver recuadro) por cinco continentes: América del Sur (Cordillera Blanca-Cordillera Huayhuash, Perú), Oceanía (Alpes de Nueva Zelanda), África (Monte Kenia), Asia (Himalaya nepalí) y Europa (Caucaso).

Muchas montañas, muchas paredes... y muchas incógnitas. Pero así suelen ser las apuestas del buen alpinismo: «Esta idea de escalar por las montañas alrededor del mundo no es del todo nueva. El francés Lionel Daudet intentó algo parecido, pero no lo pudo finalizar. Son muchos objetivos, pero también sabemos que son muchos los factores que pueden dar al traste algunas de nuestras escaladas. Todo estará muy abierto. Más que un proyecto es una ilusión. La cuestión es escalar, pero no de cualquier forma. No intentaremos subir una montaña como sea. Nosotros queremos escalarlas con criterio. Luego habrá un montón de cosas que fastidien nuestras intenciones. Además, vamos muy justo de tiempo».

Prima el estilo

Ferreras y Escribano, como lo llevan haciendo en su trayectoria alpinista, lo tienen más que claro. Para las rutas elegidas, todas ellas de gran dificultad técnica, apostarán por el estilo alpino, aunque en alguna de ellas, por las características de la pared, escalarán en estilo cápsula. Aperturas, repetición de vías de gran dificultad... y todo ello bajo la firma de la ligereza y rapidez. Tal y como afirma Escribano, el estilo es lo primordial: «Lo nuestro es el estilo alpino. Escalaremos lo más ligero y rápido posible. También por recorridos seguros y que sean buenos».

Para la cordada vasca, algunas de las etapas son totalmente desconocidas. Conocen muy bien tanto la Cordillera Blanca como la de Huayhuash, y también han estado en el Himalaya nepalí. Aparte de lo que les pueda deparar el desgaste físico, síquico o la propia logística de esos seis meses de aventura, el alpinista bilbaino cree que los posibles mayores contratiempos los pueden tener con las etapas de Nueva Zelanda y Caucaso: «Sobre estos dos objetivos apenas tenemos información. Son vías muy duras, y no tenemos la menor duda de que ambas etapas serán muy difíciles. A Nueva Zelanda vamos en el invierno de allí, y al Caucaso a mediados de noviembre. A esta última es un poco tarde para ir, pero no tenemos otro remedio ya que el proyecto así lo exige».

Seis meses sin pausa, para una aventura que comienza el próximo día 25 con la primera etapa de los Andes peruanos. Tras finalizar ésta, y si todo lo previsto va por buen camino, a principios de setiembre irán a Nueva Zelanda. La tercera, a finales de setiembre, les llevará África. De allí, ya en la segunda semana de octubre, se dirigirán al Himalaya nepalí. Y para finalizar, a mediados de noviembre, tendrán la etapa europea del Caucaso.

Esta es, a grandes rasgos, la idea que Ferreras y Escribano tienen para los seis próximos meses. Una propuesta muy interesante y atrevida que el pasado día 5 recibió la beca azpeitiarra «Joxe Takolo». El jurado de la beca decidió que el proyecto «Mendi Bira 07» era el más atractivo de los presentados en esta edición y, por ello, recibirá 4.200 euros, única ayuda económica con la que cuentan al día de hoy. De nuevo, salta el debate de las ayudas a las actividades montañeras de Euskal Herria. Falta de criterios, intereses escondidos, desconocimiento (¿?) de la actividad alpina de calidad... son muchos los «fantasmas» que acorralan esta desgraciada situación. Los protagonistas de este viaje alpinístico están apenados porque no han podido cubrir todo el presupuesto: «Teníamos muchas ganas de ir a Alaska, de escalar aquellas montañas, pero no nos ha llegado el dinero. Queremos ir a la montaña un poco seguros, sin movidas, y es triste que andemos así. Pero qué le vamos a hacer. Nadie nos tiene por qué dar dinero. No es problema de nadie».

No es problema de nadie, pero estos alpinistas también saben que en Euskal Herria se dan situaciones realmente arbitrarias a la hora de la concesión de ayudas económicas. Y en este caso, una buena propuesta de alpinismo de calidad es la perdedora.