El Día de la Nakba y el presente de Palestina
El pueblo palestino conmemora el Día de la Nakba (en árabe, catástrofe), fecha que conmemora la ocupación masiva de tierras palestinas y la expulsión de sus habitantes tras la guerra árabe-israelí de 1948. Con el telón del fondo del Plan de Partición de las Naciones Unidas, el Haganah (embrión del futuro Ejército del Estado hebreo), apoyado por grupos armados extremistas, procedió a desproveer de tierra a los palestinos e hizo desaparecer hasta 530 localidades árabes. La matanza de Deir-Yassin fue el detonante directo de un éxodo masivo que convirtió, de la noche a la mañana, a 800.000 palestinos en refugiados. En su mayoría buscaron protección en los países árabes vecinos, pero 120.000 quedaron a merced de los nuevos «dueños» de su tierra.
Aunque durante años la historia ha tratado de presentar la Nakba como el resultado de la victoria de un incipiente Ejército judío sobre una desunida aunque muy superior fuerza árabe, lo cierto es que estudios más rigurosos han confirmado que la «carta jordana» jugada por Gran Bretaña fue clave para que se llevara a cabo la ocupación masiva de Palestina más allá de los límites establecidos por los mapas de la partición.
La Nakba, por lo demás, no arranca con la primera guerra del 48, sino que sus precedentes se sitúan en la colonización judía iniciada en los años 20 siguiendo los objetivos de Ben Gurion: crear un Estado de Israel que se extendiera hasta los límites del Eretz bíblico.
El derecho de retorno de los refugiados -los del 48 y los del 67- sigue siendo hoy una referencia irrenunciable para Palestina, del mismo modo que Israel se niega a autorizar un regreso que tendría enormes consecuencias. El retorno no implica la mera vuelta de las personas que fueron despojadas de sus casas, sino la redistribución de las tierras que constituían el sustento económico familiar además de un elemento vital de la transmisión cultural. En este aniversario de la Nakba, Israel tiene sobre la mesa un nuevo plan que postula la retirada israelí a las fronteras del 67. De nuevo, la ecuación es paz por territorio.