Imanol AMIANO

Llamadme agorero o cagueta. O ambas. Pues eso; que tal y como me temía -y aquí, cual iluminado, predije-, Unicaja. El campeón del año pasado. Y el tercero de la Final Four del corriente. Bueno, concedo que para ser campeón hay que tener disposición de ganar a todos y hacerlo ante cualquiera que se ponga delante. Además, siempre con ventaja de campo. «¿Qué más quieres?», me dicen, no sin razón. Pero tener un camino a priori más despejado ayudaría. Y es que Unicaja ahora mismo es un «regalo envenenado». Y después vendría el Barça.

Pero vayamos por partes, como diría Jack el destripador. Se dice que si los malagueños han quedado octavos por algo será; que sin Garbajosa y por las lesiones (primero Brown, luego Santiago) no son el equipo de la temporada pasada. Que si los mosqueos de Pepe y Sergio; que si no acertaron con Lorbek ni Welsch (llegaron Faison y Tusek, y ahora el 2,13 senegalés Boniface N'Dong para cerrar el aro). Pero Cabezas, uno de los de la ristra, dicen, de tocados, avisa: «Llegaremos al viernes al 100%».

El Baskonia, por su parte, ha decidido reforzarse con Lou Roe. El sempiterno MVP estadístico conoce la ACB. Pero «su» ACB, la de «Lurrou y cuatro más». Habrá que ver cómo encaja en su nuevo rol. Como se aplique en defensa -un tres fuerte o un cuatro bajo- y el rebote, y aporte una cuarta parte de lo que solía en ataque, servidos. Bueno, con un canto en los dientes, porque Peker -pese a ser uno de los que se libró aquel viernes de pasión no tan lejano de Atenas- y Teletovic -Maljkovic intentó recuperarlo ante el Bilbao Basket- no ofrecen garantías.

Y perdón por el sacrilegio, pero el MVP de la liga regular, tampoco las que solía. Sin embargo, otorgo el bonifacio de la duda al abracadabrante juego de pies del porteño ante la nueva hidra de siete pies de los mares del sur.