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ELECCIONES EN EUSKAL HERRIA

«Hubiera sido más facil descabalgar al PNV con ANV»

Datozen hauteskundeetan Ezker Abertzalearen aspaldiko lanari segida emateaz «harro» dagoela nabarmendu, eta V. hautes-barrutian EH Bai koalizioaren hautagaia denak programa aurkeztu du.

Josu MURGIA

Candidato de EB-ARALAR a las juntas generales de Bizkaia

Anjel ORDOÑEZ | BILBO

Han tenido que superar serios obstáculos para sellar una coalición entre abertzales y federalistas...

Siempre que hay que afrontar un acuerdo entre partidos diferentes hay obstáculos. Si hemos conseguido llevar la coalición a buen puerto es porque nos hemos fijado más en aquello que nos une que en aquello que nos diferencia. Hemos dado más importancia a los puntos de avance que a los de bloqueo, y ésa ha sido la clave de la coalición.

¿Qué elementos han tenido que soslayar en pos de ese acuerdo transversal y cuáles finalmente han soldado el acuerdo?

A nivel programático no ha habido escollos fuertes porque el ideológico no ha sido el gran problema en sí mismo. Sí lo ha sido el organizativo y el distributivo. En el pueblo a pueblo es donde hemos encontrado mayor bloqueo. Pero en todo momento ha habido voluntad y generosidad por ambas partes.

¿Cómo definiría la masa social de la que pretenden conseguir apoyo electoral?

Claramente de izquierdas y a favor del derecho del pueblo vasco a decidir. Un masa social que está harta y cansada de las políticas de derechas en sus lugares más cercanos.

¿Cómo se sustanciará la colaboración entre Ezker Batua y Aralar tras las elecciones?

Es complicado aventurar cómo será el día después de las elecciones. A día de hoy lo que hemos conseguido es unirnos en un objetivo común porque queremos hacer políticas reales de izquierda, e imaginamos que podremos seguir caminando conjuntamente. ¿En qué formato? No lo sé, pero en ese esquema seguiremos.

¿Qué objetivos se marcan?

El objetivo prioritario fundamental es quitar de una vez al PNV la mayoría absoluta en las diputaciones. Y creo que los números que dan las encuestas, las orientaciones de voto, van por esa línea.

¿Y cómo se puede descabalgar al PNV de las principales instituciones forales?

La verdad es que hubiera sido mucho más fácil quitarle el poder al PNV con la concurrencia de ANV. Habríamos tenido un bloque de izquierdas muy potente que podría haber dado como resultado un trabajo muy interesante. De todas formas, de cara al futuro ésta tiene que ser la línea de trabajo: unión de fuerzas de izquierda para poder hacer políticas de izquierda y apartar al PNV y a la derecha del poder.

¿Cabe el PSOE en ese planteamiento?

A día de hoy y desde mi punto de vista, mucho tienen que demostrar para entenderlos como aliados de la izquierda.

¿La política de vivienda puede marcar diferencias a favor de la coalición?

La vivienda es una de las demandas fundamentales de la sociedad, sobre todo en el ámbito de la exclusión, y hay que dar una solución. La nueva Ley del Suelo da posibilidades en ese sentido y, sobre todo, obligaciones a los ayuntamientos y a las diputaciones para fomentar las viviendas de protección. Hay grandes necesidades todavía: pisos tutelados, pisos para los jóvenes, gente sin techo... Hay que incidir en el aspecto fiscal, llevamos tiempo reivindicando la actuación con respecto a las casa vacías. Lo que ocurre es que el PNV es totalmente contrario a nuestras propuestas.

Con la ilegalización de centenares de listas electorales, ¿cumple el actual proceso electoral las mínimas garantías democráticas exigibles?

Es evidente que no. No garantiza que las personas y las ideas se puedan presentar libremente. Hay ilegalización de partidos y represión, hay amenazas y gente con escoltas... es muy complicado denominar a estas elecciones como democráticas normalizadas.

¿En qué escenario ubicaría una hipotética ilegalización de ANV antes del 27 de mayo?

Sería un paso más allá en todo este desastre, en desnormalizar aún más estas elecciones. Pero lo que es absolutamente irracional e irresponsable es que tras cuatro años de negociaciones no se haya conseguido llegar a un acuerdo de mínimos para que se produzca un avance y estuviéramos ante unas elecciones normalizadas. Cada uno de los agentes que han participado en esa negociación tendrá que analizar cuál es el escenario actual y qué responsabilidades tiene en los puntos de fracaso. Hemos vivido cuatro años de negociación, después un punto de inflexión con el atentado de Barajas y al final tenemos un proceso que va hacia abajo en vez de hacia arriba.

¿Hubieran pasado las listas de EB-Aralar el filtro aplicado por el Tribunal Supremo español a las avaladas por la izquierda abertzale?

Probablemente no, ni hace cuatro años ni tampoco ahora. Es evidente que no se trata de una cuestión jurídica o de leyes, sino orientada desde una postura totalmente partidista. No tenemos ninguna duda, porque mucha gente de Aralar ha militado en el pasado en organizaciones que ahora están consideradas como ilegales.

¿Cómo cree que influirán los resultados de estas elecciones en el futuro de la normalización política de este país?

Estas elecciones son municipales y forales. Es evidente que existe un espectro social que no va a poder participar y que tras las elecciones no va a poder defender día a día en los municipios sus ideas, si no hay una apertura en los ayuntamientos, y eso compete a los alcaldes y a los que van a gobernar. Pero de cara al conflicto, estaremos en la misma situación que antes de las elecciones y que hace cuatro años. No habrá solución, y para buscarla hay que separar pacificación y normalización, y avanzar en esa línea.

¿Qué papel le toca jugar a EB-Aralar en este contexto?

Hasta ahora no se nos había consultado porque la negociación era cerrada a dos bandas entre Batasuna y el PSOE, y ahora resulta que se nos pide participación y responsabilidades a todos. La coalición está dispuesta a participar en la normalización de este país, pero en la medida que se nos pida. Lo que no se nos puede exigir es en los momentos de crisis dar pasos y luego tenernos totalmente marginados cuando va todo viento en popa. O lo hacemos entre todos, o en este país no va a haber solución.

¿Cómo interpreta las acciones de rechazo que se han vivido en las calles de Euskal Herria en los últimos días?

Como el producto de una vuelta a parámetros del pasado. Parámetros basados en ataques, en represión policial, en respuestas con amenazas, pintadas y kale borroka. Y la sociedad actualmente está pidiendo no mirar al pasado sino al futuro y buscar una solución. No valen ecuaciones del pasado que sólo nos llevarían a más presos, más represión, más personas amenazadas y ninguna solución real. Y ésa es la foto del futuro si seguimos por esa vía.

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