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GIRO Cuarta etapa

El primer examen en alto confirma a los favoritos

Danilo Di Luca recuperó la magglia rosa al repetir la victoria en Montevergine, primera llegada en alto de esta edición, en la que apenas se marcaron diferencias entre los candidatos al triunfo final

Amaia U. LASAGABASTER | DONOSTIA

Sobraban fuerzas o faltaban pendientes, pero lo cierto es que la primera llegada en alto de este Giro no despejó demasiadas incógnitas. Bueno, alguna sí: que los hombres fuertes de la carrera son exactamente los mismos, ni uno más, ni uno menos, de los que se hablaba antes de su comienzo.

La cuarta etapa del Giro -153 kilómetros entre Salerno y Montevergine di Mercogliano- estaba lejos de considerarse una jornada definitiva, pero sí se presentaba como un buen test para comprobar el verdadero estado de los candidatos al triunfo en Milán. Sin ser una ascensión exigente, Montevergine sí se trataba del primer puerto de entidad de esta edición y su situación al final de una jornada corta le dotaba del plus necesario como para que los hombres fuertes de la carrera hubieran marcado la etapa en su agenda.

Con esa motivación y las fuerzas todavía intactas, no es de extrañar que apenas sí se marcaran diferencias entre los favoritos en el alto. Sólo la explosiva arrancada de Di Luca -además de las bonificaciones para los tres primeros clasificados- permitió que se picasen algunos segundos.

El máximo beneficiado fue, lógicamente, el propio corredor de Liquigas, que ha llegado al Giro en su mejor momento y que, con su triunfo de ayer, ha olvidado definitivamente el disgusto de la jornada inaugural. Di Luca repitió en Montevergine el triunfo que se adjudicó en 2001, con un potente salto en los últimos metros al que apenas pudo responder un puñado de corredores: Riccardo Riccó -Simoni ya empieza a temerse otro Cunegazo- y Damiano Cunego, que completaron el podio y el reparto de bonificaciones, y Stefano Garzelli, que también aguantó hasta el final. Algo peor les sentó ese último acelerón a Gilberto Simoni, que se dejó quince segundos, y a Yaroslav Popovych y Paolo Savoldelli, que cedieron poco más de medio minuto, aunque todos ellos toman ya posiciones en una general que empieza a limpiarse.

Irizar, fugado

No es el caso de Michael Rasmussen, que parece haber vuelto a tomarse la prueba como un mero entrenamiento para el Tour, o Enrico Gasparotto. El que fuera líder hasta ayer perdió más de catorce minutos en línea de meta, tras verse involucrado en una multitudinaria caída en el kilómetro 85, que también dejó secuelas en Paolo Bettini. El campeón del mundo, con fuertes dolores en la espalda, también tuvo que realizar un gran esfuerzo para poder acabar la etapa.

Una jornada en la que tampoco faltó la escapada. En esta ocasión, con protagonismo euskaldun, ya que Markel Irizar saltó del pelotón en el kilómetro 33 junto a Yuriy Krivstov (AG2R) y Pavel Brutt (Tinkoff) para permanecer en cabeza de carrera hasta ya comenzada la ascensión final. Lamentablemente, sucedió lo habitual en estos casos: que el desgaste de los fugados se alió con los ataques y el trabajo del pelotón para acabar echando la escapada por tierra.

Pérez Cuapio y los escuderos de, sobre todo, Di Luca y Cunego fueron los encargados esta vez de que el triunfo se lo disputasen los hombres fuertes de la carrera. No hubo suerte para Irizar, aunque fueron muchos los corredores euskaldunes que se colaron en el grupo cabecero.

La caída eleva a siete el número de retirados

La caída que se produjo ayer en el seno del pelotón elevó a siete el número de retirados de este Giro, al que se unió Ian McLeod (La Française), con fractura de clavícula. También salieron mal parados Paolo Bettini y Enrico Gasparotto, aunque ambos se mantienen en carrera.

Siete equipos pasaron control antes de la etapa

Los «vampiros» visitaron los hoteles de siete equipos antes de la cuarta etapa. Concretamente los de Euskaltel-Euskadi, Astaná, La Fraçaise des Jeux, Tinkoff, Lampre, Saunier Duval y Acqua e Sapone. Todos los corredores pudieron partir.

Los llegadores recobran hoy el protagonismo

La quinta etapa del Giro, con 173 kilómetros entre Teano y Frascati, devolverá hoy el protagonismo a los velocistas del pelotón. Aunque no a cualquiera, porque los últimos metros pican hacia arriba y se le atragantarán a más de uno. Bettini, si se recupera de la caída, puede ser un buen candidato al triunfo.

TIEMPOS

Sólo la explosiva arrancada de Di Luca en los últimos metros permitió que se picasen algunos segundos. Ricco, Cunego -que completaron el podio y el reparto de bonificaciones- y Garzelli respondieron, mientras que Simoni y Savoldelli sufrían algún que otro problema.

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