Otra vez la llamada democracia burguesa repite historia. Nos retrotrae a los tiempos de la Inquisición dividiendo a Euskal Herria en nombre del socialismo, ¡qué sarcasmo! en legales e ilegales, listas limpias y listas contaminadas, en demócratas y parias.

Los que han convertido España en una fábrica de ladrillos, quienes se columpian en sus vergonzosas poltronas y asesinan en Afganistán, Irak... quienes quieren rendirnos a los marginados de la izquierda abertzale.

No nos conocen. No saben que somos herederos de la lucha del 3 de Marzo en Gasteiz, los de «Lemoiz apurtu!», los herederos de todas las marchas por la libertad de los pueblos de nuestra geografía, los herederos de la batalla de Euskalduna, parte de los gudaris de ayer y de hoy, los korrikalaris de tantas korrikas, los insumisos, los okupas... Y van a hacer valer su voto a precio de oro.

Todos y todas, como un solo hombre y una sola mujer, meteremos en la urna las papeletas rojas y abertzales como si fuera un puñal, votando candidatos de ANV. Ese voto es el símbolo de la rebeldía al capitalismo salvaje, la insumisión a la Ley de Partidos, el sí a un pueblo euskaldun, rojo y soberano.

Detrás nos acompañan todos los militantes encarcelados, exiliados, represaliados, asesinados en la lucha. Detrás nos empuja una legión de mujeres y hombres honestos, honrados, luchadores en mil batallas, que no se venden por un plato de lentejas de unas poltronas y por el poder corrupto.

Detrás nos acompaña una legión de mártires y caídos en las trincheras de nuestros montes luchando contra del fascismo, el mismo fascismo de hoy de la ley de partidos y que preferían morir de pie que vivir de rodillas.