GIRO Décima etapa
Leonardo Piepoli y Liquigas se reparten los honores de la jornada
El escalador de Saunier Duval se adjudicó la victoria en la segunda llegada en alto, mientras Danilo Di Luca volvía a bonificar por delante de todos los favoritos y su compañero Andrea Noé se convertía, a sus 38 años, en la nueva magglia rosa
Amaia U. LASAGABASTER | DONOSTIA
Saunier Duval y Liquigas se confirman como los equipos más fuertes de este Giro. Lampre aspira a completar la terna, pero ayer no pudo participar de la alegría de sus dos rivales, que se repartieron todos los honores de la jornada.
Por su trabajo de equipo pero también por nombres propios, porque mientras Saunier Duval se llevaba la victoria y colocaba a otros dos corredores entre los cinco primeros del día, Liquigas recuperaba la magglia rosa por medio del veteranísimo Andrea Noé y volvía a colocar a Danilo Di Luca por delante de todos los favoritos al triunfo final. Fueron los grandes protagonistas de la décima etapa del Giro -250 kilómetros entre Camaiore y el Santuario de Nostra Signora della Guardia-, la segunda con final en alto y la más larga de la presente edición aunque, como estaba previsto, reservara casi todas las emociones para los últimos nueve kilómetros.
En los 240 anteriores, el protagonismo se lo repartieron entre todos los integrantes del pelotón, que decidieron acortar la jornada aumentando la frecuencia del pedaleo. 51 kilómetros, nada menos, cubrieron en la primera hora, a pesar del fuerte calor reinante y de lo que se les venía encima. La fuga de media docena de corredores calmó un tanto el ritmo y permitió que Iván Parra (Cofidis), Alberto Losada (Caisse d'Epargne), Mauricio Ardila (Rabobank), Hubert Dupont (Ag2R), Fortunato Baliani (Panaria) y George Hincapié (Discovery) encabezaran la jornada hasta los kilómetros decisivos. Con suficiente ventaja como para que el estadounidense llegara a ser líder virtual del Giro, pero no tanto como para que a los gallos se les escapara la posibilidad de disputar un triunfo de prestigio, amén de arañar algunos segundos a sus rivales.
Así que la fuga, como casi siempre, aguantó justo hasta que lo decidió un pelotón comandado casi en exclusiva por Lampre y Liquigas, es decir, hasta las primeras rampas de Nostra Signora della Guarda.
Di Luca, al ataque
El hachazo definitivo a las ilusiones de Parra -el fugado que más lejos llegó- lo pegó Danilo Di Luca que, como ya sucediera en Montevergine, intentó aprovechar su explosividad y su gran momento de forma para aumentar su ventaja respecto a los corredores que, una vez en terreno de alta montaña, tendrán, en principio, muchas más opciones que él.
Esta vez fue Saunier el que tiró del grupo -en el que, casi hasta el final, aguantaron Iban Mayo y un Patxi Vila con opciones de liderato-, del que intentaban saltar corredores como Andy Schleck (CSC), Emanuele Sella (Panaria), o de nuevo el propio Di Luca. Pero la arrancada definitiva fue la de Leonardo Piepoli, que se marchó en cabeza para aguantar hasta línea de meta. El resto se tuvo que conformar con seguir su estela.
El mejor, Di Luca, que apenas cedió 18 segundos y sumó doce de bonificación. Medio minuto perdía Gilberto Simoni, y poco más se dejaban Ricco, Cunego, Savoldelli y Popovych.
Y Andrea Noé, que se convertía, a sus 38 años, en el corredor de más edad en vestirse de rosa. Su predecesor en lo más alto de la clasificación, Marco Pinotti, se contaba entre los derrotados de la jornada -cedió más de cuatro minutos en línea de meta-, al igual que Stefano Garzelli, que perdió dos minutos y sus opciones de triunfo.
Apenas un par de kilómetros le sobraron ayer a Patxi Vila que, como reconocía en línea de meta, se había «encontrado muy bien» a lo largo de una jornada «muy dura», pero que se desinfló al final, perdiendo la opción de vestirse de rosa.
El navarro, con todo, no pierde la esperanza de encontrar una nueva oportunidad. «Está complicado, porque Liquigas está muy bien, pero seguiremos luchando. Sigo bien colocado -destacó Vila, ahora cuarto en la general-, así que habrá que buscar más batalla, aunque sea atacando muy lejos». Siempre y cuando, claro está, las fuerzas acompañen, porque el corredor de Lampre cree que la etapa de ayer fue «muy dura y creo que va a pasar factura en los próximos días».
En términos similares se expresaba Antton Luengo, para el que «el calor y el ritmo han hecho la etapa más dura todavía», por lo que se daba por satisfecho con haber llegado. Pero el corredor de Euskaltel-Euskadi tampoco pierde la esperanza. «Hay dos equipos que lo controlan todo y marcan el ritmo. Pero si nos dejan, buscaremos nuestra oportunidad», aseguró.
GARA
Por problemas de infraestructura, la etapa más larga del Giro (250 kilómetros) tuvo finalmente cien metros menos de lo previsto. Y bien que lo agradecieron los corredores, porque se trataba de una pared, con casi un 14% de pendiente.
En vísperas de jornadas decisivas y poco aptas para las sorpresas, aventureros y velocistas buscarán hoy su oportunidad de victoria. Así lo hace prever el trazado de la 11ª etapa del Giro, con 198 kilómetros entre Serravalle Scrivia y Pinerolo sin ningún tipo de dificultad.