Sebastien Gonzalez y Aimar Olaizola protagonizarán el próximo sábado en el Labrit el enésimo capítulo de un enfrentamiento que va camino de convertirse en uno de los platos imprescindibles del Campeonato Manomanista. Y es que, aunque parezca increíble, estos dos pelotaris se han visto las caras en cuatro de las últimas cinco ediciones de la competición.

Pero durante todos esos años, lo que ha restado una pizca de magia a tan ilustre cara a cara ha sido la falta de emoción en el resultado final. No en vano, el delantero de Goizueta se ha impuesto en todas y cada una de las ocasiones que se han enfrentado: 22-5 en 2003 (octavos), 22-6 en 2005 (cuartos) y 22-13 en 2006 (semifinales).

Si a esos precedentes añadimos las dos recientes eliminaciones del delantero de Azkaine a manos de Olaizola II en el Cuatro y Medio -22-12 en 2004 (dieciseisavos) y 22-8 en 2006 (cuartos)-, la conclusión es que el labortano tiene un duelo con su propia historia en el Labrit iruindarra. Gonzalez tiene la oportunidad de superar por primera vez a Olaizola II en un campeonato individual y lograr el pase para la que sería su primera final de Primera.

¿Signos de cambio?

Pero como buen profesional, Gonzalez debe aferrarse a los indicios que pronostican una mayor igualdad para el partido del sábado y olvidarse de los fríos números. Porque analizando los últimos encuentros, parece que sí existen razones para esperar un partido más igualado.

En primer lugar, es innegable que Gonzalez llega en muy buena forma a esta semifinal. Ya lo estaba en el Parejas, donde su irregularidad -y la de su pareja Iñigo Pascual- echó por tierra las expectativas que se habían creado. Ese buen estado físico se une a los problemas que ha arrastrado Aimar Olaizola durante buena parte del invierno. Aunque parecen olvidados, todavía están en el recuerdo.

En segundo lugar, estarían las voces que hablan de un Olaizola II con menos juego que en años anteriores. Es verdad que Patxi Ruiz tuvo contra las cuerdas al de Goizueta (14-11), pero eso no tiene porque ser sinónimo de un bajón en su juego. En todo caso, es más una impresión que un hecho constatable.

Por último, y algo más lejana en el recuerdo, está la semifinal del año pasado, en la que Sebastien Gonzalez dominó el marcador hasta el ecuador del choque adelantándose 9-3 en el marcador. Se han hecho muchas lecturas sobre aquel partido y bastante diferentes según el lado por el que se mire. Algunos se quedan con el gran juego de Gonzalez en la primera mitad, mientras que otros subrayan que, a pesar de realizar uno de sus mejores partidos, el labortano se quedó en 13 tantos. Lo cierto es que, interpretaciones al margen, fue la ocasión en la que más cerca estuvo de dar la sorpresa. ¿Será capaz de repetirlo en el Labrit?