El presidente del Gobierno español y máximo líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, no dio ayer ninguna pista sólida sobre sus intenciones respecto a la gobernabilidad en Nafarroa, pero sí aprovechó la oportunidad brindada en bandeja por el PP para pasarle factura en el Congreso por su actitud en el herrialde, que tuvo como colofón la manifestación de la derecha españolista del 17 de marzo.

Rajoy llevó la cuestión a esta cámara en la sesión de control al Congreso. Quería saber básicamente si el PSN va a aceptar las ofertas de UPN para formar un gobierno de coalición o lograr su apoyo para un ejecutivo monocolor de Miguel Sanz. No tuvo respuesta en este terreno, ya que el PSOE se ha tomado su tiempo y no decidirá hasta el 9 de junio. Pero Zapatero sí quiso levantar la voz y reprochar su actitud a UPN-PP.

«Dice usted que UPN ha hecho una oferta al PSOE para colaborar. Me agrada que en tan poco tiempo pasen ustedes de una oferta de insultos y de mentiras a otra de colaborar», espetó a Rajoy. Y añadió que «le quiero recordar, y a lo mejor tiene algo que ver con la pérdida de la mayoría, que usted y el señor Sanz han sembrado discordia y división con Navarra y en Navarra durante muchos meses. Y eso sólo lleva a perder mayorías como las que tenían».

Así las cosas, el líder del PSOE reclama a UPN-PP una rectificación, «porque el PSOE tiene principios, los socialistas navarros tienen principios muy profundos sobre el modelo de Estado, y entre ellos está también el de la dignidad. Mientras ustedes no rectifiquen lo que han dicho, tendrán muy difícil la colaboración. Pero no imposible», añadió finalmente en unas palabras que ya casi ni se escucharon debido a los aplausos de sus compañeros de bancada.

«Comprendo su preocupación»

El presidente del PP apuntó en la réplica que «usted no me ha respondido y me parece grave porque es un tema que es muy importante para el conjunto de los españoles». Pero no arrancó a Zapatero ninguna concreción, aunque sí nuevos reproches: «Comprendo que esté preocupado, pero podría haber hecho otra política en relación a Navarra, al PSOE y al conjunto de España. El PSOE está abierto al diálogo por la convivencia en Navarra, por la integración, y no por usar Navarra para dividir, ni a los navarros ni a los españoles», añadió el máximo mandatario del PSOE.

La sensación general de la intervención, más por el tono que por el contenido, fue la que se desprende también de todo lo dicho por el cabeza de lista del PSN, Fernando Puras, desde el domingo por la noche: en principio, el PSOE es partidario de mandar a UPN a la oposición, pero se ha tomado un tiempo para valorar pros y contras.

En este cara a cara, Rajoy dejó caer en su intervención una posibilidad que ha sido filtrada en algunos medios: la de que el PSOE baraje entre otras cosas dar vía libre al Gobierno de Sanz hasta las elecciones estatales del próximo año. «No estoy a favor de que deje gobernar a UPN unos meses para ver qué pasa después», indicó textualmente Rajoy. Zapatero ni negó ni confirmó que ésta sea una opción.

Las bases piden cambio

Tras los contactos mantenidos el martes por el presidenciable del PSN, Fernando Puras, con Patxi Zabaleta (Nafarroa Bai) y Miguel Sanz (UPN), el PSOE se ha tomado un tiempo de reflexión para barajar las ofertas y recoger opiniones de las bases. Esta ronda viene obligada también por la posición de Nafarroa Bai, que ha reclamado a Puras que el eventual pacto tenga un carácter global y alcance no sólo al Ayuntamiento de Iruñea -que quedaría en manos de Uxue Barkos-, sino a otros consistorios en los que sería posible desbancar a UPN.

En principio, la opinión mayoritaria de las bases sintoniza con la intención de buscar un pacto con Nafarroa Bai e IUN. De hecho, esta fórmula ya se llevó a efecto hace cuatro años -en condiciones mucho menos propicias por la mayor distancia entre el PSOE y partidos como EA, Aralar o Batzarre- en ayuntamientos del peso de Tafalla, Lizarra, Burlata, Barañain y Zangoza. Por contra, apenas en alguna localidad aislada como Berriozar o Atarrabia ha habido pactos entre UPN y PSOE en esta legislatura.

En este contraste con las bases estaría pesando también notablemente la mala experiencia para el PSN del último periodo de colaboración con UPN, en la legislatura 1999-2003, cuando apoyó externamente al Gobierno de Sanz y obtuvo luego un pobre resultado electoral. De hecho, en esos comicios UPN y CDN se bastaron para alcanzar la mayoría absoluta, y el PSN fue relegado a la oposición.

Como último factor que abre camino al pacto está la decisión de Nafarroa Bai de aparcar las cuestiones que el PSN considera inabordables o incómodas. Fernando Puras ha saludado su discurso durante la campaña, y José Blanco ha alabado el perfil y la trayectoria de la coalición y, en concreto, de Patxi Zabaleta.

Más que en las bases, las posibles reticencias se ubicarían en el aparato de dirección, y quizás más todavía en algunos de los parlamentarios que acompañarán a Puras, más proclives tradicionalmente a pactos con UPN. Hasta el punto de que algunos analistas alertan de un posible «tamayazo», en alusión a los dos tránsfugas del PSOE que impidieron que su partido asumiera el gobierno en la Comunidad de Madrid hace cuatro años.

UPN insiste con ANV

UPN, por su parte, insiste en recurrir al flanco paralelo abierto en el Consistorio de Iruñea, cuya Alcaldía reclama Nafarroa Bai en la negociación con el PSOE. Para superar a Yolanda Barcina, Uxue Barkos requerirá tanto los votos del PSN como los de ANV. El secretario general de UPN, Alberto Catalán, insistió ayer en que sería «una auténtica barbaridad y una aberración democrática» que NaBai aceptara los avales de la izquierda abertzale.

«Por mucho afán y ganas que tenga uno de llegar o mantenerse en el Gobierno, hay cuestiones que uno no debe saltarse por higiene democrática», dijo Catalán a Barkos.