Martin Garitano Periodista
Cuatro apuntes tras las urnas
Los análisis postelectorales llenan las páginas de la prensa. Con mayor o menor acierto e interés, columnistas, analistas, corresponsales y también los propios interesados por el proceso electoral, los políticos, leen y repasan lo sucedido en cada urna para extraer las conclusiones que más convengan a sus estrategias. No caeré en la tentación de predicar al modo de gurú de la demoscopia y la estadística. Me conformaré con un par de apuntes en relación a lo ya visto.
Y en este punto, aunque parezca sorprendente, coincido con el presidente del PP en Bizkaia, Antonio Basagoiti, que asegura que al electorado vasco «no le ha parecido tan mal el proceso de negociación con ETA y la presencia de Batasuna en las urnas». Y es que los datos llevan de forma inexorable a constatar que el importante resultado de ANV -manifiestamente mejorado en los puntos en los que el Estado español concedía valor legal a las papeletas- sólo puede entenderse como la reafirmación de la base social de la izquierda abertzale en la apuesta por el proceso. La masa crítica del independentismo ha recordado que está ahí, que se hace presente cuando las circunstancias lo permiten y que la perversa pinza de represión y silenciamiento no funciona. El alicate se ha roto.
Los buenos resultados del PSE respaldan a un Rodríguez Zapatero que apuntó maneras en los primeros tiempos del proceso y que, aunque no ha hecho más que llevarlo al punto de bloqueo actual, sigue exhibiendo la bandera del diálogo -con todos los matices que se quiera, como la insólita de exigir la desaparición de ETA antes de iniciar el diálogo con esa organización- frente a un PP enfermo de resentimiento y sed de venganza por su naufragio el 11-M. Sería bueno que Zapatero y su sanedrín hicieran también esa interpretación.
La tercera constatación es que el electorado con perfil más nacionalista del PNV se ha marchado con los trastos a otra parte y ha castigado el discurso de los cautivadores de España. Por decirlo sin tapujos: le han dado una patada a Imaz... en el trasero de Joseba Egibar. La política es así de ingrata en ocasiones.
No me extiendo más. Sólo un último apunte: dice el ministro Bermejo que, puestos a sumar, los de ANV podían haberse adjudicado también los votos nulos de Almendralejo. Conclusión: otro memo. ¡Qué mala suerte tenemos los vascos con los ministros de Justicia españoles!