Un maestro y su alumno son protagonistas de la obra que Ur Teatro escenificará hoy en el Teatro Principal de Gasteiz. «El chico de la última fila» está escrita por Juan Mayorga y dirigida por Helena Pimienta, y según apuntó ayer el actor Ramón Barea, «es todo un acierto, ya que aparentemente es una obra sencilla pero que lleva mucha carga, ya que además de entretener invita a la reflexión».

Ramón Barea interpreta el papel de un profesor de 55 años al que la literatura lleva a acercarse a una generación mucho más joven que la suya, la de sus alumnos. Según José Tomé, actor y productor de la compañía, «por medio de la escuela como espacio conjunto, los guionistas han conseguido unir dos generaciones distintas».

Conflicto generacional

La obra habla de la literatura, del voyerismo por la fascinación de las vidas ajenas y «del desinterés por la propia de cada cual -apuntó Tomé-; es importante por tanto que lo vean los jóvenes, porque ellos son los verdaderos protagonistas». Tanta importancia otorga la obra a la educación y a la literatura que, por una parte, y según hizo hincapié Barea, «los actores que interpretan a estudiantes son alumnos reales de la escuela de Teatro de Madrid, que a excepción de orientar su carrera hacia el cine, aman el teatro». Por otra parte, Tomé desveló la continuidad y desarrollo de la obra como trilogía en un futuro próximo.

Desde que se estrenara en octubre de 2006 ,«El chico de la última fila» ha estado de gira por todo el Estado español y ha recibido premios como el «Ercilla a la mejor producción vasca». Gasteiz será la que despida la temporada de la obra a su paso por Euskal Herria, pero en otoño, según adelantó Tomé, la obra volverá a los escenarios, «esta vez por Galicia y Cataluya».

«No era una idea preconcebida, pero cuando vimos la de material que había y lo que abarca la educación en muchos aspectos de la sociedad, decidimos seguir investigando», apostilló el productor José Tomé. El proyecto de Ur Teatro pretende formar una trilogía, y esta obra que llega hoy a la capital arabarra será tan sólo la primera de las partes. «Que a la gente joven le haya interesado la obra nos resulta interesante, en la medida que este público se acerca cada vez menos al teatro -puntualizó Tomé-. Por eso, en la próximas obras hablaremos en torno a la educación, los lugares de ocio, la relación entre padres e hijos y la responsabilidad de ambos para no pisarse unos a otros».