Una organización no gubernamental tendió ayer en una céntrica avenida de Brasilia 15.000 pañuelos blancos, uno por cada muerte violenta registrada en el país desde enero. La manifestación fue organizada por el grupo «Río de Paz», nacido en Río de Janeiro, la ciudad que más ha sufrido este año con una ola de violencia creciente, que ha convertido a ese paraíso turístico en escenario de continuos choques entre policías y delincuentes.

«El principal objetivo de la protesta es ayudar a la sociedad y al poder político a dimensionar lo que sucede en el país», declaró el presidente de «Río de Paz», Antonio Carlos Costa, quien añadió que Brasil convive con «índices obscenos de asesinatos» y denunció que la peor parte la llevan los más pobres.

«Es un genocidio de gente negra, pobre, que tiene entre 15 y 24 años de edad», dijo en relación a edad de la mayoría de las víctimas.