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Hora de la reflexión para el fútbol vasco

La última jornada de la liga española de fútbol profesional ha arrojado un desenlace agridulce para dos equipos que se jugaban la permanencia en la categoría máxima, después de una temporada llena de dificultades. Finalmente, el Athletic ha salvado la categoría in extremis, mientras que la Real debe afrontar ahora el futuro inmediato en la segunda división. Un desigual resultado que bien pudiera ser el reflejo lógico de las diferencias que se han dado entre ambos equipos en esta temporada: mientras al Athlétic su identidad le ha ayudado a superar las grandes dificultades que ha tenido con la ausencia de importantes jugadores prácticamente a lo largo de toda la temporada, el equipo guipuzcoano ha pagado con el descenso el errático rumbo que ha llevado a lo largo de los dos últimos años, su falta de identidad y de objetivos.

En cualquier caso, ni los unos pueden perderse en las lógicas celebraciones, ni los otros hundirse en el sentimiento de fracaso. Porque fuera cual fuera el resultado final, el mero hecho de tener que esperar al minuto 90 de la última jornada para la salvación evidencia la necesidad que los equipos vascos tienen de afrontar una reflexión en profundidad, no sólo de las estrategias y líneas de actuación de cada cual, sino de lo que, en general, supone hoy en día jugar en la primera división. Hoy por hoy, el objetivo de la permanencia, que hace unos años se antojaba casi como un fracaso, supone un difícil reto. Los aficionados desearían aspirar a más ambiciosos objetivos pero, seguramente, ni con la filosofía del Athletic ni con las posibilidades económicas de la Real puede aspirarse a más altas cimas en la liga española de hoy.

Athletic y Real harían bien en fijarse en el que ha sido, sin lugar a dudas, el mejor equipo vasco de esta temporada, Osasuna. Un club que en las últimas 5 ó 6 temporadas ha sido capaz de dotarse de una línea de trabajo, así como de conformar y estabilizar un equipo, lo que le ha convertido en un ejemplo de coherencia, tanto en lo deportivo como en lo relativo a la gestión del club. Un espejo en el que mirarse para encarar con optimismo la reflexión que necesitan abordar en estos momentos los equipos vascos del fútbol profesional.

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