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Chabrol el «polar» y el sugerente festival de Cognac

El cine de Chabrol se distingue por una búsqueda de la sencillez que ha ido trabajándose a lo largo de su carrera. El humor y la ironía juegan un papel fundamental en sus películas, aunque eso sí, siempre fuera de los cánones más manidos. «Me invento personajes que juegan un papel de catalizador y su tontería pone de relieve la de los demás que, muy a menudo, es la nuestra», me dijo una vez

Iratxe FRESNEDA

Periodista y profesora de Comunicación Audiovisual

Vive en París y además lo frecuenta. «Miembro fundador» de la Nouvelle Vague, Claude Chabrol sigue en plena forma con sus saboreadísimos 78 años. Pasan de cincuenta las películas que ha dirigido, sin contar con las realizadas para televisión. Este ilustre ciudadano francés no deja de sorprendernos con su habilidad para contar historias vinculadas a los tiempos en los que vivimos. Acostumbra a introducirnos en los salones, jardines, bibliotecas y alcobas de la burguesía provinciana francesa para descuartizar sus actitudes morales. Amante y estudioso del cine de Hitchcock, tiene una forma particular de entender el cine negro y el suspense.

El autor de «No va más» nació en París en 1930. Hijo de un farmacéutico, sus primeras experiencias en el cine las vivió como proyeccionista en una pequeña localidad francesa; tenía doce años. Gracias a sus múltiples «habilidades» pronto entraría en el selecto grupo de críticos cinematográficos de la revista «Cahiers du cinema», un grupo de jóvenes inquietos, seguidores de las teorías del fundador de la revista, André Bazin, y que más tarde harían historia.

Su cine se distingue por una búsqueda de la sencillez que ha ido trabajándose a lo largo de su carrera. El humor y la ironía juegan un papel fundamental en sus películas, aunque eso sí, siempre fuera de los cánones más manidos: «Normalmente, me invento un personaje que no tiene ningún sentido del humor, que lo interpreta todo literalmente. Juega un papel de catalizador y su tontería pone de relieve también la de los demás que, muy a menudo, es la nuestra. Por eso me gustan también los concursos de televisión, porque presentan una imbecilidad que comprendo perfectamente», me dijo una de las veces que pude conversar con él. Certificado su amor por la pluma de Ruth Rendell, de la que ha adaptado hasta el momento dos novelas, «La ceremonia» y «La dama de honor», la pasión que siente Chabrol por él genero policíaco no es ningún misterio.

Estos días se celebra el 25 aniversario del Festival de Cine Policíaco de Cognac y a Chabrol le corresponde ser el presidente de honor del mismo. El sugerente nombre del festival, además de su desmesurado interés por el polar, el cine policíaco francés, ha forzado al realizador a acudir al mismo y no al vecino en el tiempo que se celebra en Vichy. Él afirma rotundamente que es por las películas...

 
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