Los altos niveles de consumo de alcohol, el desempleo, la pobreza y la falta de educación son las principales causas de los abusos sexuales a menores, cuyo nivel es alarmante en las comunidades aborígenes del Territorio del Norte de Australia, según reveló la pasada semana un informe oficial. La investigación constató el notable aumento de los abusos sexuales a menores no denunciados en áreas remotas del norte y centro del país, habitadas por comunidades aborígenes y que han sido muy descuidadas por el Gobierno federal.

Las conclusiones de la investigación han llevado al primer ministro, John Howard, a elevar el problema a emergencia nacional y a ordenar que todos los niños aborígenes de la región sean examinados por médicos. Además, ha anunciado medidas para frenar el gran número de casos de abusos, entre ellas la prohibición de la venta y consumo de alcohol y de la posesión de material pornográfico.

«Triste y trágico»

«Nos enfrentamos a un grupo de jóvenes australianos para los que el concepto de inocencia infantil nunca ha estado presente. Es un triste y trágico suceso. Son necesarias medidas excepcionales para hacer frente a una situación tan trágica», explicó Howard al Parlamento.

Indicó que el Gobierno federal tomará el control de las comunidades aborígenes durante cinco años para que se cumplan de forma estricta las nuevas leyes.

El plan, según explicó, incluye la prohibición del consumo, venta y transporte de bebidas alcohólicas durante seis meses, así como el despliegue de grupos de vigilancia para incautar alcohol en los establecimientos que no respeten la prohibición.

Agregó que se paralizará de forma temporal el 50% de los subsidios de ayuda recibidos por los adultos de las áreas afectadas, para evitar que gasten el dinero en alcohol, mientras que el Gobierno asumirá los costes de escolarización de los niños aborígenes de ese territorio.

Control de los ordenadores

Asimismo, prohíbe la posesión de pornografía y establece la vigilancia de los ordenadores utilizados por los funcionarios locales para buscar evidencias de que hayan sido empleados con fines pornográficos.

El anunció de Howard se produjo una semana después de la publicación del informe, encargado por el Gobierno del Territorio del Norte, que reveló la existencia de un alarmante grado de abuso sexual infantil entre los aborígenes de esa región australiana.

Las protestas fueron inmediatas. Ray Minnicomb, director de los ministerios aborígenes en Sydney, declaró que se trata de medidas «irrisorias» a problemas verdaderamente graves. «Prohibir el alcohol en nuestras comunidades -añadió-, donde ya ha sido prohibido durante los últimos 20 ó 30 años por nuestros propios habitantes, es inútil. El señor Howard debería prohibirlo en las ciudades y pueblos donde la gente blanca vive con los los aborígenes para que la medida fuera efectiva».