«El objetivo fundamental es que desde el 1 de julio haya paz y unidad»
EX-PRESIDENTE DE LA REAL SOCIEDAD
Lo sucedido en los últimos seis años ha reforzado la gestión de Luis Uranga como presidente del club. A la hora de hacer ver que aquella era la mejor fórmula, habla con claridad y valentía. Desde su experiencia, explica que la Real no se puede endeudar, que debe tener un equilibrio presupuestario y limitaciones en los fichajes. Critica al Consejo al que apoyó, pero pide que haya unidad si sigue.
Joseba ITURRIA |
Luis Uranga espera que lo que ha pasado en la Real sirva para recapacitar en un mensaje que también va dirigido al medio de comunicación que inició con él la nociva caza de brujas.
¿Cómo ha vivido el descenso y la situación actual de la Real?
Con mucha tristeza porque se ha producido algo que no quisiera que se produjera y preocupación porque el futuro no se ve claro, sino con nubarrones bastante oscuros que me gustaría que se disiparan cuanto antes.
¿Por qué se vive esta situación?
Es difícil hacer un diagnóstico exacto. No lo digo porque me he ido yo, pero desde que dejé la presidencia hace seis años cuando convoqué elecciones hubo más de un candidato, luchas y descalificaciones que no se habían producido nunca. Se ha generado una inestabilidad en el club que no ha sido beneficiosa, sino todo lo contrario. Durante estos seis años se ha producido un desequilibrio muy importante y excesivo en la gestión y eso choca con la estabilidad que debe tener la Real y repercute en el éxito de todas las facetas. Este club que era de 10.000 y ahora es de 13.000, es de muchos, y cuando es de muchos se dice que no es de nadie, porque nadie pone dinero. Los gestores están obligados a hacer lo que nosotros aplicamos. A pesar de las presiones constantes que recibíamos en esos ocho años desde determinados medios de comunicación de mucho poder que decían que había que endeudarse, fuimos firmes porque en este club no te puedes endeudar nunca. Tienes que buscar un equilibrio presupuestario permanente. El dinero que se tiene debe estar en el campo y no en el banco, pero el dinero que se tiene, no el que no se tiene. Porque el que no se tiene luego no lo pone nadie. Y cuando no lo pone nadie y hacía falta que lo pusiera alguien han empezado los problemas.
Una de las cosas buenas que tuvo nuestro Consejo es conservar ese equilibrio presupuestario. Los gastos ordinarios eran holgadamente cubiertos con los ingresos ordinarios y, al margen de aciertos y de desaciertos en fichajes, que de todo hubo, aunque opino que más de los primeros que de los segundos, las entradas por traspasos también superaban holgadamente los desembolsos por fichajes. Después nuestro se entró en una dinámica de pagar muchísimo a determinados jugadores y se pagaron traspasos muy importantes. Y eso en otros clubes que son de una persona, o de dos o de tres que ponen o no ponen el dinero, se pueden permitir esos excesos, pero aquí no y el club por presiones externas con mucha fuerza mediática ha hecho cosas que no debería haber hecho nunca. Esto ha mermado la estabilidad económica y ha repercutido a la hora de tomar decisiones deportivas. Y el Consejo actual no ha acertado en materia deportiva y no lo digo yo, lo dicen ellos y les felicito por ello.
¿Las expectativas que rodean al equipo son superiores a sus posibilidades y ha provocado que los éxitos se vean como fracasos?
Si no me equivoco el puesto medio de nuestros ocho años y medio estuvo entre el octavo y el noveno. Alguna vez fuimos terceros y nunca bajamos del decimotercer puesto y era una tragedia. Este club se ha convertido en el más difícil de gestionar.
Hay tres tipos de clubes en el mundo. Uno al que pertenecen el 99,9%, que hacen lo que pueden y con eso compiten e intentan conseguir objetivos deportivos. En otro extremo está el Athletic, que todos sabemos cual es su filosofía deportiva. Y entre medias la Real, el único club que no es ni lo uno ni lo otro. Se nos exige en unas ocasiones que seamos lo uno y en otras que seamos lo otro. Y las dos cosas son incompatibles y al juntar los dos polos se produce un cortocircuito.
¿Qué le parece descender con doce jugadores foráneos?
Nosotros para preservar la filosofía nos autolimitábamos en materia de fichajes, sin fichar jugadores del resto del Estado para proteger la progresión y utilización de jugadores de Zubieta. En el momento en el que se ha abierto la espita se ha deteriorado el nivel de cantidad, calidad y rendimiento de los jugadores salidos de Zubieta en el primer equipo. No me gusta la frase de jugadores que marquen la diferencia, pero desde que Iñaki Alkiza decidió abrir las puertas del club a jugadores extranjeros hasta hace siete años, el 90% de los que venían no sé si marcaban la diferencia o no, pero eran internacionales. Al margen de aciertos y desaciertos y de su capacidad de adaptación son internacionales porque pertenecen al grupo de los veinte mejores en sus países y eso se nota. Luego también se puede hablar bastante de jugadores que pensamos que han sido desaciertos y a los que no se les ha dado el tiempo de demostrar si eran válidos o no. Ha habido jugadores a los que no se les dejó respirar y casi siempre por determinados medios.
¿La gente no admite la dificultad de acertar con los fichajes?
Acceder a los buenos jugadores cada vez es más difícil. Pudimos fichar a Karpin, Kodro, Kovacevic o Juan Gómez, pero sus países han evolucionado y sus clubes han caído en manos de multimillonarios. Por ejemplo, ahora es imposible pensar que a un internacional ruso le vas a traer pagando 600.000 euros cuando cobran tres veces más en su país. Antes cada equipo tenía tres extranjeros y ahora... Cada vez se complica más y los 24-26 millones de ingresos corrientes dan menos de sí.
¿Qué le parece poner al Sevilla de ejemplo de fichar barato y vender caro cuando sólo ha vendido a Baptista por más de lo que pagó y sus fichajes son muy caros?
Es un club con mucha más capacidad. Ha vendido a tres jugadores por cincuenta millones y es propietario de una manzana en uno de los barrios céntricos de Sevilla, no sé la cantidad de miles de metros cuadrados que son y lo que puede valer eso. Nosotros sólo tenemos la tienda de la calle Txurruka y Zubieta.
¿Qué opina del futuro del Consejo?
Le he apoyado y mantengo todo mi afecto personal. No les voy a decir qué deben hacer, pero sí lo que yo hubiera hecho. Han cometido dos errores. Si quieres continuar con un trabajo porque estás convencido de que lo vas a acabar bien, no necesitas convocar una Junta Extraordinaria. Existe una Ley que da cauce a los accionistas para presentar mociones de censura y, si se presenta, se debate. No debes pedir una ratificación de confianza cuando la tienes para cinco años si quieres continuar. Siguiendo presiones que vienen de donde viene casi todo se avinieron a convocar una Junta que es contraproducente.
Dicho esto, y teniendo en cuenta que han desaparecido las figuras de Miguel Fuentes y Jesús Zamora y si es cierto que en los próximos días puede haber unas cuantas bajas más, los que legítimamente quieren continuar no deberían someterse a una ratificación de un proyecto del que han salido varias de las personas más importantes. Deberían presentarse con una candidatura a una nueva elección.
El objetivo fundamental de todos es conseguir por difícil que puede ser que el 1 de julio en este club haya paz, sosiego y unidad y se mire para adelante y que el Consejo tenga todo el apoyo porque lo van a necesitar, pues se van a encontrar con una tesitura difícil en la que todos exigimos volver en un año a Primera División y con un problema económico importante.
¿Cómo ve el futuro de la Real?
Lo veo preocupante porque miras el endeudamiento del club y las perspectivas de cuentas de resultados del ejercicio que viene, en el que los gastos van a ser muy superiores a los ingresos y la situación es difícil de resolver.
Hay que tomar todo tipo de medidas para conseguir una reducción del gasto, y sé que es fácil decirlo y difícil hacerlo, pero limitando el gasto debes hacer un equipo que pueda competir para subir a Primera División.
Si todo lo que ha pasado sirve para que todos recapacitemos y el 1 de julio desaparezcan de una vez por todas las guerras de guerrillas, los vencedores y perdedores, y todos rememos en la misma dirección, bienvenido sea. Si encima de lo que ha pasado vamos a continuar de la misma forma, el futuro del club será muy preocupante.
Defiende a Miguel Etxarri ante la inminente salida de la Real de la persona que ocupó la secretaría técnica del club bajo su mandato desde la marcha de John Toshack. Y recuerda que la Real ingreso más dinero por la venta de los jugadores contratados bajo su dirección técnica que de lo que se gastó en su contratación y le exime de cualquier responsabilidad en los malos fichajes de los últimos años.
¿Qué opina de la intención de despedir a Miguel Etxarri?
Es una persona injustamente denostada. Desde que me fui yo del club, por lo que puedo intuir y por lo que me he enterado, los dirigentes del club no han creído en absoluto en él en ningún momento. Ni el actual Consejo ni el anterior. No ha tenido ningún tipo de participación en ninguna toma de decisiones en lo que se refiere a la confección de plantilla y realización de fichajes. Lo que ha hecho es dar información a sus respectivos jefes. Los famosos directores deportivos y los entrenadores son los que han tomado decisiones. Le hicieron caso en una ocasión cuando recomendó a Mark González y ahí esta su rendimiento. No le hicieron caso para que viniera Silva tras su cesión del Eibar y luego fue al Celta y al Valencia. Este año ha habido un claro déficit de delanteros y eso se sabía y era lo que trasmitía Miguel Etxarri, que estaba empeñado en que debían venir Cazorla y Sinamá Pongolle, que han brillado en Huelva. Respetemos la figura de Miguel Etxarri, no denostemos lo que ahora está en el club. Se habla como clave la figura del director deportivo cuando para mí no es necesaria esa figura con absoluta confianza. Nosotros apostamos y creo que fue bien por una forma de funcionar en la que participaban de las decisiones presidente, vicepresidente, gerente, director deportivo y entrenador. Estos seis años siguientes no ha sido así y eso deteriora mucho el rendimiento del grupo a la hora de tomar decisiones y eso repercute en el rendimiento. Las decisiones no hay por qué atribuirlas a una figura omnipoderosa llamada director deportivo. Lo que hay que hacer es tomar decisiones entre todos los que tienen las responsabilidades. Los técnicos y el gerente, que son profesionales, y un Consejo que debe llevar el club y representado por presidente y vicepresidente. Un grupo en permanente comunicación y confianza que tome las decisiones de forma colegiada. Así se fichó a Kovacevic y a Demetradze.