Xabier Sánchez Erauskin presentó ayer en Donostia ``El ángel rebelde'', una obra con la que trata de solventar «la deuda de Euskal Herria» con José Bergamín, un autor, dijo, que ha sido «silenciado y olvidado a pesar de haber sido un grandísimo escritor». La publicación recoge vivencias y anécdotas del poeta, que vivió enfrentado al franquismo, la monarquía y la Iglesia y pasó sus últimos días «autoexiliado» en nuestra tierra. Según sus palabras, Bergamín fue «el único emblemático católico en el bando de la República que profesó como tal y estuvo en el candelero todos los días» por lo que hizo «mucho daño al franquismo al desmentir con su presencia la cruzada de Franco alineado con la Iglesia católica». Sánchez Erauskin mantiene que a ello se debe «el silencio que padeció el poeta durante los 40 años de dictadura, y también en la transición».

El autor de ``El ángel rebelde'' recordó que en Madrid fue censurado por sus críticas a la monarquía. En cuanto a su relación con la literatura, explicó que Bergamín fue «interlocutor con la Generación del 27 y también mantuvo amistad con Valle Inclán, Unamuno, su maestro, y Gómez de la Serna».

El abogado Miguel Castells, presente en el acto, señaló que «el autoexilio» de Bergamín a Euskadi no se debió sólo a que «en Madrid no podía escribir con libertad», ya que sus artículos se seguían publicando en la prensa vasca, sino a que buscó aquí «un sector popular con ideas cercanas a las suyas». Bergamín escribió en ``Egin'' y ``Punto y Hora''.

Este verano se le rendirá homenaje en Hondarribia donde se encuentra enterrado junto a una estela sin restos del gudari Cándido Sasieta.