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Las excavadoras se adentran en el pagasarri para construir la supersur

Las máquinas excavadoras ya han entrado en el entorno del Pagasarri, un espacio natural que el Ayuntamiento bilbaino dice quiere proteger pero en el que se han iniciado movimientos de tierras preliminares para la construcción de la Variante Sur Metropolitana.

Agustín GOIKOETXEA

T ras los comicios forales y municipales, las máquinas han entrado a trabajar en dos de los tramos de la futura Variante Sur Metropolitana, Trapagaran-Gorostiza y Kadagua-Peñascal. Así, en las primeras semanas de junio, en las zonas del Peñascal y San Justo, en el espacio natural del Pagasarri, según denuncia de los ecologistas, han comenzado las labores para acondicionar el terreno por el que discurrirá esta autopista de pago.

Precisamente, en el área del Peñascal y San Justo se emplazarán las cabinas de peaje y el centro de control, así como las salidas hacia Larraskitu. Dos ramales -el principal hacia Bolintxu y el de Larraskitu- ocuparán, según explican los opositores a la Supersur, «casi todo el hueco que queda entre las zonas altas del Peñascal y las bajas de San Justo». En opinión de los defensores de los valores naturales de este espacio, «comienza un frenesí de varios años de duración, con miles de voladuras a efectuar; millones de metros cúbicos de tierra a desplazar y almacenar; miles de metros cúbicos de hormigón a fabricar y transportar; cientos de máquinas trabajando a la vez, y miles de desplazamientos de camiones de gran tonelaje por zonas más o menos transitadas por vecinos y vecinas de los barrios afectados».

Quienes ya están viviendo los preliminares de lo que se avecina son los residentes del Peñascal, donde se pueden ver a las excavadoras a unos pocos metros de las primeras viviendas de este barrio, que deberán abandonar cuando a partir de julio se trabaje «a pleno rendimiento», según estimaciones de la Diputación vizcaina. En el barrio de San Justo también han comenzado los deslindes de terrenos para acondicionar la zona para la entrada de los túneles de Larraskitu, que irán hacia el valle de Bolintxu.

Bajo la mirada del monte Arnotegi se sitúan estas labores previas, próximas además a la planta de Hormigones Vascos, una instalación que ha sido denunciada durante décadas por vecinos y ecologistas por su impacto en el entorno y que ahora abastecerá a las obras.

Pero el macizo del Pagasarri no es el único espacio natural que se verá afectado a corto plazo, pues en Trapagaran, del depósito de Ugarte a Durañona, y en Alonsotegi, a la altura del barrio de Las Delicias, comenzaron semanas atrás los trabajos de desvío de grandes canalizaciones de agua. Las labores en los tramos Trapagaran-Gorostiza y Kadagua-Peñascal han comenzado ya porque gran parte de su recorrido discurrirá en túnel. Los trabajos a cielo abierto comenzarán en 2008, según las previsiones forales.

A 32 metros diarios de velocidad avanzará la excavación en zonas blandas y a 8 en las rocosas, que son la mayoría, por ejemplo, de los túneles que conectarán Peñascal con el Kadagua bajo el monte Arraitz, con 2,3 kilómetros de longitud en cada sentido, sin olvidar los 238 metros del ramal de conexión hacia el corredor del Kadagua. Se extraerán 896.069 metros cúbicos, de los que 523.392 irán a Artigas.

También se levantarán en el entorno del Peñascal dos viaductos, uno de 194,4 metros de largo en sentido a Bilbo, y otro de 179,8 en dirección a Cantabria. Éste es un tramo complejo, a juicio de los técnicos, ya que discurre bajo la incineradora de Zabalgarbi y una mina. Las obras serán acometidas por el grupo empresarial conformado por Uribe, Viuda de Sainz, Ceprenor, Cantábricas y Obras Subterráneas.

La cantera como vertedero de inertes

Otros 1,17 millones de metros cúbicos de tierras de la perforación de los túneles de Larraskitu -de 1.716 metros de longitud- cuyos trabajos se pretenden acometer desde el Peñascal, irán a parar a Artigas y otros 1,39 millones más para rellenar la cantera próxima. Precisamente, en el tramo Peñascal-Larraskitu se emplearán máquinas rozadoras para perforar las galerías y así evitar «complicaciones» con las explosiones en las zonas residenciales limítrofes.

Tal y como han informado los ecologistas, las administraciones pretenden utilizar las canteras como vertederos de millones de metros cúbicos de tierras procedentes de las obras de la Supersur y el TAV. El Consistorio bilbaino y la Diputación vizcaina han llegado en los meses previos al inicio del proyecto a un acuerdo acerca de donde se van a depositar las tierras excedentes.

Cuatro tajos de obras para finalizar en la primavera de 2011

Los cuatro primeros tajos de las obras de construcción de la Supersur estarán dedicados a la excavación de alrededor de ocho kilómetros de túneles en Larraskitu, Arraitz, Santa Ageda, Argalario y Mesperuza, que supondrán una inversión de 408 millones de euros, de los 650 que se estima que costará la primera fase de Trapagaran a Larraskitu.

En la mayor inversión de la historia de la Diputación vizcaina, la sociedad foral Interbiak ha destinado 117,3 millones de euros al tramo Trapagaran-Gorostiza, 90,5 millones al de Gorostiza-Kadagua, 111,9 millones al de Kadagua-Peñascal, y 88,1 millones al de Peñascal-Larraskitu. La previsión de las autoridades es la de abrir la primera fase de la nueva autopista de peaje, desde los enlaces de Ortuella y Santurtzi hasta el barrio bilbaino de Buia, para la primavera de 2011. Un año después se acometerían los tramos Arrigorriaga-Galdakao y Trapagaran-Muskiz.   A.G.

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