Barriuso no ha tenido una sola temporada tranquila desde que accedió al cargo. El primer año, el equipo se salvó en la última jornada; después las emociones coperas con Amorrortu en el banquillo, la temporada de ensueño de Mendilibar, la pérdida de categoría y, ahora, el regreso a Segunda A.

Menudo peso se ha quitado de encima.

Desde luego. Es muy duro quedar como el presidente con el que descendió el equipo.

Ahora también tiene un ascenso en su «currículo», aunque como ha sucedido prácticamente todas las temporadas desde que accedió al cargo, ha habido que sufrir hasta el último minuto.

Creo que hemos sido mejor equipo que el Rayo claramente, pero terminamos sufriendo. Y vaya si sufrimos, muchísimo, pero luego la victoria también te reconforta mucho más.

¿Y cómo guarda uno las formas en el palco en estas situaciones?

Es difícil contenerse pero hay que hacerlo. Porque nuestra alegría es la tristeza del otro y tenemos que tratar al rival con educación, saber que en ese momento somos la imagen del Eibar. Hay que intentar que el rival se vaya contento a casa pese a perder.

Lo cierto es que la eliminatoria con el Rayo ha tenido cierta similitud con la temporada. Ha acabado bien, pero no ha sido precisamente un camino de rosas.

Es cierto, ha habido momentos duros. Nada es fácil en realidad, pero cuando luego consigues el objetivo te gusta que haya sido así porque lo saboreas más. Todos los campeones pasan por malos momentos, y cuando saben sobreponerse y superarlos es cuando demuestran que son campeones.

En el ejercicio de autocrítica que tocó realizar hace un año se habló mucho de los valores perdidos. El domingo fue una de sus primeras referencias, nada más concluir el partido.

Es que habíamos perdido valores que no se debían haber perdido. El problema fue que, después de quedarnos a un paso del ascenso, creíamos que era un equipo de Primera y que íbamos a subir. Y cualquier contratiempo era una catástrofe, tuvimos tres entrenadores, se fichó a un montón de jugadores... Un desastre. Nos olvidamos de nuestros valores, trabajo, lucha, humildad, honestidad... Pero esta temporada hemos conseguido que se imponga de nuevo nuestra forma de ser: modestos, pero luchadores.

No sé qué será más fácil, evitar que vuelvan a perderse esos valores o recomponer un equipo que sea capaz de mantenerlos en una categoría que, pese a ser la habitual en las dos últimas décadas, vuelve a ser nueva.

Ahora es momento de celebraciones, pero el club nunca deja de trabajar y hace ya meses que venimos preparando un plan A y un plan B. Como pasó la temporada pasada, hemos tenido que planificar para las dos categorías sólo que esta vez, afortunadamente, nos quedamos con la planificación de Segunda A.

¿Cuáles son las claves de ese «Plan A»?

Queremos un buen portero, una defensa fuerte y mucha gente de por aquí para hacer un equipo competitivo. Competitivo, pero a nuestra manera. Es decir, para ganar los partidos de Ipurua como se ha solido hacer casi siempre y de vez en cuando sacar algún punto fuera. Que la permanencia sea nuestro objetivo y todo lo que llegue por encima, bienvenido sea.

El problema es que jugadores importantes hacen las maletas, otros acaban contrato, varios tienen «novias» poderosas... Aunque al menos ahora habrá más dinero en la caja fuerte.

Volvemos a la LFP y habrá más ingresos, también tenemos alguna oferta televisiva importante... Podremos gastar más, pero sabiendo que nos prima el fútbol. Volvemos a tener viajes largos, pero iremos a Andalucía como siempre: en autobús, dormir, partida de mus, hamaiketako... El jugador del Eibar ya lo sabe, o avión o sueldo.

Al menos se mantiene la cabeza del proyecto. Javier Mandiola tiene un año más de contrato.

Él dice lo de «hasta que me mandes, presi», pero tiene un año más de contrato y el presi no le va a mandar. Sobre todo después del trabajo que ha hecho. Nadie es profeta en su tierra, pero Manix lo ha sido, aguantando carros y carretas.

También se mantiene la cabeza del club. Ha anunciado su intención de presentarse a la reelección en la Asamblea del próximo 19 de julio.

En principio me iba a marchar con los directivos con los que entré, que ahora se van. Pero los cinco que entraron hace un año me pidieron que siguiera. Pero el ejercicio de la democracia es bueno: si se presenta alguna candidatura más habrá elecciones y si gana el otro no me apenará, porque si está dispuesto a realizar el esfuerzo que supone, quiere decir que está comprometido con el Eibar.

Aunque sea reelegido, hará falta gente nueva. De momento no son suficientes para completar la Junta Directiva.

Bueno, ya hemos hablado con gente y lo que tenemos claro es que en la nueva directiva va a primar el fútbol. Siempre hemos tenido un equipo de gestión y finanzas en la Junta, pero ahora queremos gente más de fútbol, porque queremos dar mucha importancia al fútbol base y al futbol de la comarca.