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La Conferencia sobre Darfur fija un plan de actuación sin descartar posibles sanciones

La conferencia sobre Darfur que ha reunido en París a dieciocho gobiernos, en su mayoría occidentales, y media docena de organismos internacionales fijó ayer un plan de actuación con el que pretenden presionar al Gobierno de Sudán y a los rebeldes, sin descartar sanciones.

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Los gobiernos y organismos internacionales reunidos ayer en París pretendieron lanzar un mensaje de confianza en que la crisis de Darfur entra en un proceso de solución, después de que, según datos de la ONU, haya ocasionado la muerte de unas 200.000 personas y 2,5 millones de desplazados desde que en 2003. Sin embargo, de nuevo la falta de resultados concretos caracterizó esta reunión internacional.

«Hay una pequeña luz al final de las tinieblas», resumió ante los medios de comunicación el ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, quien, no obstante, dejó claro que queda mucho por hacer.

Por ahora, la comunidad internacional apuesta por intensificar su presión al Gobierno de Sudán de Omar al Bachir, pero también a los diecinueve grupos rebeldes que han contribuido a convertir Darfur en una de las mayores crisis humanitarias de las últimas décadas.

La Conferencia de París -en la que no participaron el Gobierno de Sudán ni la Unión Africana (UA) y sí, por primera vez, China, principal aliado de Jartum- ha dado su apoyo expreso a las gestiones realizadas por la UA y la ONU, cuyos dos enviados especiales a Darfur, Salim Ahmed Salim y Jan Eliasson, respectivamente, elaboraron hace semanas una «hoja de ruta» con los pasos a dar.

El objetivo es que a finales del verano se haya emprendido ya una verdadera negociación entre el Ejecutivo sudanés y los insurgentes, para contribuir a pacificar la zona antes del desplie- gue de la fuerza mixta de la UA y la ONU, aceptada por Sudán hace dos semanas tras reiteradas negativas.

Lo que los participantes en la Conferencia dejaron claro es que esa futura fuerza será básicamente africana en cuanto a sus integrantes, pero abierta al apoyo occidental, tanto en soldados como en material y logística. El jefe de operaciones para el mantenimiento de la paz de la ONU, Jean-Marie Guéhenno, apuntó que las características de Darfur hacen necesaria una fuerza «rápida, con movilidad y capacidad», en un territorio que presenta dificultades logísticas y requerirá transportes terrestres y helicópteros adecuados.

Si el plan se desarrolla como pretenden los participantes en la Conferencia, la fuerza internacional podría empezar a desplegarse a principios de 2008, hasta alcanzar los 19.000 soldados. Ésa es la fecha que dio el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien llamó la atención sobre la necesidad de financiar la operación.

Aportación de fondos

Ésta será una tarea para los países occidentales, porque además de pagar a los efectivos militares habrá que aportar fondos para la reconstrucción, de modo que los desplazados pueden encauzar su vida al volver a casa.

La secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, cuyo país es el primer donante en Darfur, subrayó que los participantes en la Conferencia no son inocentes y que hay que prever que el Gobierno de Jartum reconsidere su posición. EEUU, que ya aplica sanciones a Sudán, considera que hay que hacer entender a su presidente que debe cumplir sus compromisos, por lo que «debemos mantener sobre la mesa», señaló, la opción de nuevos castigos.

Al respecto, recibió el apoyo del comisario europeo de Desarrollo y Ayuda Humanitaria, Louis Michel, quien apuntó la conveniencia de eventuales sanciones ante incumplimientos y agregó que debe haber otras medidas para «incitar» a los rebeldes y al Gobierno de Sudán a llegar a acuerdos. Esas medidas deberían ser garantías políticas para los insurgentes y de reconstrucción económica para las autoridades de Jartum.

Kouchner anunció que setiembre habrá otro encuentro en Nueva York, al margen de la Asamblea General de la ONU.

Sudán asegura que la reunión obstaculiza los esfuerzos para establecer la paz

El Gobierno de Sudán aseguró que la Conferencia de París obstaculiza los esfuerzos para establecer la paz en Darfur. El portavoz del Ministerio sudanés de Exteriores, Ali al-Sadeq, pidió al Estado francés que «no se deje llevar por sectores hostiles a Sudán para no dificultar los esfuerzos de paz a través de esa conferencia».

Recordó que su Gobierno manifestó sus «reservas» respecto a la celebración de esa reunión y afirmó que su país rechaza nuevas iniciativas para resolver el conflicto de Darfur para que «los esfuerzos de paz no sean dispersados».

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«DEPRISA»

Nicolas Sarkozy instó a la comunidad internacional a actuar «deprisa» y ser «firme» ante las partes en conflicto. «El silencio mata. Queremos movilizar a la comunidad internacional para decir: basta», afirmó.

«Excelente»

Ban Ki-moon calificó de «excelente» la reunión pese a la falta de resultados tangibles. Consideró que se han realizado esfuerzos considerables, pero demandó mayor implicación de los jefes políticos sudaneses.

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