Txotxe Andueza Periodista
Cuarenta y cinco razones y una cita
Para hacerse una idea aproximada de la incidencia social que ha tenido la situación de conflicto político que padece este pueblo, se ha dicho durante mucho tiempo que eran auténticas excepciones las familias que no habían tenido nunca a lo largo de su historia una persona que hubiera sido detenida, encarcelada, acusada, encausada... por su supuesta o real relación con la lucha independentista. Que podían contarse como excepciones las personas que nunca habían estado en la cárcel, ni como inquilina ni como visita, o las que no conocieran a nadie que tuviera algún tipo de relación de amistad, afectiva o militante con personas que habían estado o estaban en prisión. Yo diría que todos esos extremos siguen hoy respondiendo a la realidad. Aunque parece mentira, viendo el poco miramiento con que algunos han ventilado un proceso que tiene como objetivo poner fin a esa situación, y asistiendo a la manera frívola en que pretenden pasar página repartiéndose en las instituciones unos puestos, asientos y sueldos que utilizarán para enterrar cualquier esperanza de solución que permita acabar con la larga lista de personas perseguidas y castigadas por la defensa de sus ideas en este país.
La periodista Silvia Calamati, que ha publicado un libro en el que recoge testimonios de mujeres irlandesas cuyas vidas han sido golpeadas por el conflicto, decía ayer en estas páginas que la injusticia dificulta el ya de por sí complicado proceso de paz en Irlanda... y en Euskal Herria, se podría añadir. Todo conflicto de naturaleza política que esté sujeto a expresiones de violencia, como es nuestro caso, genera unas dosis de sufrimiento que sólo pueden superarse en base a la justicia. No precisamente a la justicia de los tribunales -no exclusivamente, no los de ahora, no en base a las leyes actuales... Eso no es justicia-, sino a la justicia que restablecen la verdad, el reconocimiento a todas las víctimas y la superación por vías democráticas de las razones que han dado origen y mantenido el conflicto.
Este domingo en Laudio, una parte de esta sociedad pedirá justicia y derechos para los 45 ciudadanos alaveses que hoy en día están encarcelados. Es un pasito más, pequeño si tenemos en cuenta el largo camino a recorrer para la superación del conflicto, pero grande dada la gravedad de las situaciones, reivindicaciones y sentimientos que arrastrará consigo. Cuarenta y cinco razones y un solo objetivo: Euskal presoak, mahatsondora!