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El vidrio soplado de Anabel Quincoces evoca el mar en Artium

La colección permanente de Artium cuenta con una nueva obra de arte más. Se trata del conjunto escultórico de la artista gasteiztarra Anabel Quincoces. La luz atraviesa las más de 250 piezas de vidrio soplado que penden del techo, dotando a la antesala del museo de tonos azulados y verdosos que trasladan al espectador a un mundo marino. La obra propone un juego de sensaciones y es un claro ejemplo del trabajo artístico que realiza la gasteiztarra

Josune VELEZ DE MENDIZABAL | GASTEIZ

Sensaciones marinas a base de un juego de luz es lo que pretende trasladar la artista Anabel Quincoces (Gasteiz, 1965) con su obra «Water Flames (Flowing)». Su conjunto de alrededor de 250 piezas de vidrio soplado pende de ocho de los dieciséis lucernarios de la antesala del centro-museo Artium. De hoy en adelante quedará expuesta de manera continua, formado parte de la arquitectura del edificio.

«La iniciativa surgió de Artium y reconozco que al principio tuve miedo, porque se trataba de una intervención arqui- tectónica y eso me impresionaba. Sin embargo, la aventura ha terminado resultando todo un placer», reconoció ayer Anabel Quincoces visiblemente emocionada. En palabras de la gasteiztarra, «para mí mis piezas funcionan solas, trabajo con la luz y pretendo que creen sensaciones en el público, que es lo que a mí me gusta».

Juego paradójico

¿Se podrían adivinar pulpos o quizás medusas en esas olas de cristal? Tal vez. Depende de los ojos con los que el visitante mire ese cielo de agua salada. La obra de Quincoces siempre ha tenido el vidrio soplado como protagonista. Y un mismo objetivo a lo largo de su trayectoria: llamar a los sentidos y evocar distintas sensaciones en el espectador. «Se debe pasar por debajo y sentir», subrayó.

La obra lleva por título «Water Flames (Flowing)» (llamas de agua fluyendo) y Quincoces explicó la razón por la que había dotado de este nombre a su conjunto arquitectónico. «Se trata de algo que se crea a más de 1.100 grados centígrados y, sin embargo, obtienes como resultado algo marino. Es paradójico», describió.

Las piezas de vidrio que cuelgan de las claraboyas de la antesala de Artium están acompañadas a su vez por vídeos y foto- grafías que desvelan el proceso de creación de la obra.

Tanto Javier González de Durana, director de Artium, como la propia artista resaltaron la importancia de poder acceder a ver la obra sin pasar por taquilla. Sin duda que Artium bien merece una visita, pero quien no disponga de tiempo para recorrer sus salas puede pasear por la antesala del museo y disfrutar de las obras que se exponen allí. Entre las que destacan el mural de Miró, la lámpara de Javier Pérez y, ahora, el mar de vidrio de Quincoces. El visitante deberá descender dos tramos de escaleras hasta el acceso de la exposición. Un aporte más, si cabe, para recrear ese fondo de océano integrado en la arquitectura del museo.

La empresa de vidrio arabarra Vidrala ha sido quien ha adquirido la obra con destino a la colección de Artium.

SUMERGIRSE

La obra de la artista gasteiztarra ha quedado fusionada como parte de la arquitectura de la antesala de Artium. La luz que entra por las claraboyas dota de vida a las piezas de vidrio que penden del techo.

Ficha

Lugar: Antesala del Museo de Arte Contemporáneo Artium.

Fecha: Inauguración el 26 de junio y exposición permanente de la pieza.

Artista: Anabel Quincoces.

Obra: «Water Flames (Flowing)».

Artesanía medieval abierta al arte contemporáneo

Quincoces se mostró contenta por la iniciativa de Artium y el equipo de trabajo tan completo que ha reunido en torno a su obra. «Trabajo tanto con las nuevas tecnología como con artesanía. El mundo del vidrio es casi medieval, pero se está abriendo al arte», subrayó.

La artista es una de las pocas que a día de hoy trabaja la técnica del vidrio soplado. Algo que entraña bastante dificultad. Su obra la ilustran vídeos y fotografías en las que se percibe el proceso de creación de las piezas. «Yo no tengo estudio propio -apuntó Quincoces-, con lo que tengo que ir a Francia a crear mis piezas».

A partir de estas piezas escultóricas, la artista también trabaja con la fotografía y el vídeo, que, según señaló, funcionan parecido, porque «tanto el vidrio como el vídeo capturan instantes».

La técnica artesanal casi perdida por la que apuesta la artista le ha llevado a exponer en infinidad de lugares y a posibilitar que sus obras estén en Artium, en la Universidad del País Vaso y también en colecciones privadas de Alemania, Italia, Holanda y Estados Unidos, entre otros países.   J.V.M.

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