Roscachapa se fundó en octubre de 1997, en el barrio bilbaino de San Inazio, como un proyecto de rock and roll guitarrero, al juntarse Iñaki Fuente («Joko») y Javier Rivero, ambos procedentes de bandas de punk rock de los ochenta como La Mortaja o Deskonzierto.

En torno a la Kultur Etxea de San Inazio, primera casa ocupada por un barrio para uso cultural, decenas de músicos improvisaban sus canciones. Ese sigue siendo el espíritu de Roscachapa, según explica el guitarrista Javier Ribero. «Nosotros nos hemos pasado horas improvisando. Vamos al local y nos compenetramos muy bien. Tenemos en común la pasión por la improvisación».

En estos diez años de trayectoria, Roscachaba se ha autoproducido dos discos y ha dado numerosos conciertos en bares y pequeñas salas se Bizkaia. Hasta 2002 tocaron en formación de trío, junto al bajista Jatsu Albizu, componiendo canciones con claras influencias del punk y hard rock de los 70 y 80. Después se incorporó el guitarrista Niko y comenzaron una etapa como cuarteto con melodías más complejas. Tras la marcha de Jatsu y Niko y la incorporación de Alberto Lorenzo comienza la actual etapa del grupo, la más productiva. El año pasado quedaron segundos enlos concursos de rock de Bilbovisión y Medina de Pomar y fueron seleccionados para actuar en la Aste Nagusia bilbaina.

El próximo día 30 celebrarán en la sala Bilborock su décimo cumpleaños con un concierto que dará lugar a un disco en directo. En el repertorio, además de los éxitos del grupo, interpretarán nuevas canciones. «Van en la misma línea callejera que las anteriores. Nosotros somos de barrio, seremos la única generación que ha jugado al balón en las calles. Las letras de nuestras canciones hablan de las desigualdades, de las diferencias entre arte subvencionado y arte popular. Denunciamos el escaso apoyo institucional a los grupos de música, y a todos los que hacemos arte sin ánimo de lucro».