Falta voluntad institucional para poner fin a los altos riesgos que genera la actividad laboral
Ocho trabajadores sufrieron ayer un aparatoso accidente en una obra en la localidad arabarra de Burgelu. Estaban construyendo un polideportivo, y un posible error de cálculo provocó que una estructura se desplomara contra ellos. Al parecer, y afortunadamente, aunque dos de ellos tienen graves heridas, sus vidas no corren peligro.
En el primer semestre de este año han fallecido ya sesenta trabajadores en Euskal Herria, pero han sido miles los accidentes que han tenido lugar en ese periodo en distintos puestos de trabajo, dejando graves secuelas en un buen número de operarios afectados. Una situación a la que no consiguen dar la vuelta las distintas reformas legales y las medidas de castigo que se impone a las empresas que incumplen las medidas de seguridad.
A pesar de lo escandaloso de las cifras, este viernes el Gobierno español podría aprobar la nueva «Estrategia de Seguridad y Salud en el Trabajo 2007-2012», que lejos de aumentar la presión para que el empresariado minimice los riesgos, aumenta las ayudas económicas y las bonificaciones en las cotizaciones en función del grado de siniestralidad.