Representantes de ELA, STEE-EILAS, LAB y UGT aseguraron ayer que el preacuerdo firmado por el Departamento de Educación del Gobierno de Lakua y CCOO «cierra en falso» el conflicto y advirtieron de que «las necesidades de la escuela pública estarán ahí en setiembre», un mes que «no se presentará tranquilo con los profesores frustrados». Adelantaron que con el comienzo del nuevo curso analizarán la situación en asambleas para definir la estrategia a seguir..

En una rueda de prensa celebrada en Bilbo, integrantes de estas cuatro centrales sindicales calificaron el acuerdo de «pobre en contenidos y regresivo en algunos aspectos».

Criticaron la actitud de CCOO, por firmar en solitario, en lo que calificaron de ejercicio de un «esquirolaje casi científico», por las fechas en las que se ha cerrado y que ha impedido cualquier reacción por parte de las demás organizaciones.

«El acuerdo -insistieron- no recoge las verdaderas reivindicaciones del profesorado ni las medidas necesarias para el fortalecimiento de la escuela pública».

Recalcaron que el acuerdo discrimina al profesorado especialista de Educación Infantil y Primaria y permite que personas sin el perfil necesario tengan asegurado empleo y sueldo. demás, criticaron que no establece las figuras que deberían responder a las nuevas necesidades educativas, como responsables de convivencia y nuevas tecnologías.

En cuanto a normalización lingüística, a juicio de estos sindicatos, el texto no recoge ningún incremento del profesorado «cuando es más que evidente la necesidad de medidas de refuerzo en numerosas zonas». Aseguraron también que alguno de los aspectos planteados suponen un paso atrás en relación al acuerdo anterior ya que «desaparece la referencia a la reducción de horario lectivo para los mayores de 55 años; se da por perdido definitivamente el compromiso de estabilidad; empeora las condiciones del profesorado estable y se elimina la posibilidad de bajar de 23 a 22 horas lectivas en Educación Infantil y Primaria».

«El trabajo sucio de Educación»

ELA, STEE-EILAS, LAB y UGT acusaron a CCOO de desempeñar el papel de «leal servidor» de la Administración y de «hacerle el trabajo sucio» al Departamento «rebajando las reivindicaciones del profesorado, poniendo obstáculos a las huelgas y firmando un acuerdo a la baja en representación de una franca minoría», ya que cuenta con un 31% de los representantes del sector.