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Mikel Martin, Julen Zabala Militantes de EHGAM

Treinta años liberando prejuicios

Podríamos decir que llevamos treinta años «contaminando» Euskal Herria con nuestros colores. Una tarea larga y difícil porque las resistencias han sido múltiples y persistentes

Hoy se celebra internacionalmente el Día de Liberación de Gays, Lesbianas y Transexuales, en recuerdo de la revuelta de Stonewall, aquel bar de Nueva York en el que homosexuales, lesbianas, drags, travestis y transexuales, hartos de sufrir humillaciones de la Policía, tuvieron el valor para alzar su voz y enfrentarse con el único arma de su dignidad. Era el año 1969 y aquellos sucesos marcaron el inicio de una nueva forma de lucha de gays, lesbianas y transexuales (en adelante GLT).

No podríamos encontrar una fecha más adecuada que este 28 de Junio para celebrar el 30 aniversario de EHGAM, el Movimiento de Liberación de Gays y Lesbianas de Euskal Herria, que dio sus primeros pasos en la Feria del Libro Vasco de Durango a finales de 1976. A lo largo del año 2007, estamos conmemorando estos primeros 30 años de lucha de una organización que se ha convertido en referente social.

En una sociedad donde se rechaza al «diferente», EHGAM ha hecho de la diferencia su principal bandera. Su lucha se ha centrado en, por una parte, superar barreras, estereotipos y prejuicios y, por otra, reivindicar constantemente unos derechos que se negaban a la población GLT, denunciando cualquier discriminación como consecuencia de la orientación sexual o de la identidad de género.

Podríamos decir que llevamos treinta años «contaminando» Euskal Herria con nuestros colores. Una tarea larga y difícil porque las resistencias han sido múltiples y persistentes. No debemos olvidar que hasta 1983 la organización fue clandestina y alegal. En aquellos durísimos inicios la lucha debió centrarse en la derogación de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social y en la legalización del movimiento gay, especialmente complicada en el caso de EHGAM.

A cada pequeño avance había que sumar nuevas reivindicaciones, pues la despenalización de la homosexualidad no supuso la eliminación del «escándalo público» ni la condena de las prácticas homosexuales en el código militar. Tras la denuncia para la supresión de alguna campaña publicitaria descaradamente machista, había que seguir luchando contra la discriminación que se imponía a las parejas del mismo sexo y un largo suma y sigue, desde el nulo reconocimiento de pensiones y la problemática para alquilar una vivienda hasta la discriminación laboral de las personas transexuales, por poner algunos ejemplos.

Campañas contra la exclusión, por el reconocimiento social y contra el insulto y la marginación, por la igualdad legal y social, por la visibilidad y contra los estereotipos, por el derecho a la diferencia y contra los prejuicios, por la diversidad sexual, contra la discriminación en la educación y en el entorno laboral, por la objeción al servicio militar, por la apostasía y contra la financiación de iglesias que nos condenan, contra la medicalización de la transexualidad, contra las terapias de «curación», por la retirada de libros de texto homófobos, contra los guetos, contra quienes sin escrúpulos hacen su negocio del mercado rosa... Todo ello forma parte de nuestra lucha: liberando prejuicios, sumando complicidades, defendiendo la pluralidad sexual y apostando por la diversidad. Y debido a las reivindicaciones del activismo GLT podemos constatar los logros actuales, especialmente en la igualdad legal.

La situación actual, al menos en este plano legal, era inimaginable en los inicios de EHGAM. La modificación del Código Civil para admitir los matrimonios de parejas del mismo sexo, incluyendo la adopción en igualdad de condiciones, y la ley de identidad de género, aunque no del todo suficiente, son pasos muy importantes. Pero nos sigue que- dando mucho por hacer para conseguir la plena igualdad social. Los datos de diferentes estudios recientes no son alentadores. Un 80% de gays y lesbianas prefieren seguir ocultando su condición en el trabajo, para evitar problemas y discriminaciones. Y un 40% de jóvenes rechazan entre sus amistades a perso- nas de condición homosexual.

El acoso escolar a quienes no cumplen con los parámetros estereotipados de género sigue siendo constante. La incomprensión y el rechazo social hacia la transexualidad son manifiestos. Todavía son demasiadas las personas que sufren discriminaciones, insultos e, incluso, agresiones, por ser o parecer diferentes. Y qué decir de la violencia machista, claro exponente de una sociedad que no asume la transformación de sus estructuras.

Quede constancia de nuestro reconocimiento a cuantas personas, en este largo camino, han colaborado con EHGAM o con el resto de organizaciones GLT y a quienes se han ido sumando a nuestra causa. No ha sido un recorrido fácil, pero sin todas ellas no hubiera sido posible.

Pero todavía necesitamos lograr un convencimiento colectivo de que hay que seguir luchando por la igualdad social y erradicar cualquier actitud homofóbica, lesbofóbica, transfóbica o heterosexista. Sin olvidar que en lugares demasiado cercanos avanza el revisionismo más ultra y que aún en la mayor parte del mundo la población GLT sufre una situación terrible, de persecución y hasta de muerte.

Queremos también recordar a quienes se han quedado por el camino, a quienes no han podido conocer estos avances. Y muy especialmente a quienes nos dejaron a causa del sida. Si los inicios del movimiento de liberación GLT fueron complicados, su irrupción en la década de los 80, casi sin tiempo a despegar, nos marcó decisivamente: tuvimos que aprender no sólo a superar el estigma social al que se nos condenaba sino también a enfrentarnos a una nueva realidad y tejer nuevas redes solidarias.

Este 28 de Junio, como cada año, salgamos a la calle. Invitamos a todo el mundo a que se libere de prejuicios y comparta nuestros colores, en esa diversidad que nos ofrece el arcoiris, en este día que nos resulta tan especial y cuyo espíritu de liberación quisiéramos que se extendiera a lo largo de todo el calendario. Este año EHGAM lo celebra bajo el lema «Vive la diferencia». Es el mensaje que queremos trasmitir en nuestro aniversario: que cada persona viva, con toda libertad, su propia forma de ser, su forma de sentir, su propia diferencia, con el respeto de las demás.

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