Inhibidores
Se ponen de moda las palabras debido al vertiginoso desplazamiento de la política hacia lo anecdótico. Y ahora nos dan la turrada con los inhibidores de frecuencia. ¿Qué será eso? Pues, yo lo único que puedo decir es que de vez en cuando, en algún aparcamiento voy a intentar abrir mi vehículo y no funciona mi llave por radio, y es que al lado hay otro coche con inhibidor y tengo que abrirlo a mano. Cosa que nunca recuerdo cómo se hace. Es decir que los inhibidores de frecuencia es algo que se usa de manera extendida desde hace bastante tiempo.
Ahora se demuestra que los inhibidores para usos militares estaban presupuestados, dicen que comprados, pero no instalados, y con esa noticia con tragedia, el juez con perrita ha tenido una nueva ocasión de aparecer en todos los noticiarios. Así son los jueces estrellas: unos oportunistas. No tiene mesura, ni existe ningún inhibidor de sus ambiciones irrefrenables. El que mencionamos parece un excelente servidor de sus valedores y sus conspiraciones.
¿No tomaban bromuro a chorro los servidores de la iglesia católica? Seguro que se trata de un producto que supuestamente limita el apetito sexual, pero con muchos efectos secundarios al comprobar el proceder de algunos de sus más dilectos representantes. Algunos pueden ser tan nefastos como los de la cocaína, ese alcaloide que no hace falta ir a buscar a los camellos, sino que con un cazo de agua de algunos ríos, según nos cuentan en los informes televisivos, te pueden hacer miles de rayas. Ahora resulta que existe «El Mal». Así, sin matizar. Y tienen razón estos purpurados. El mal, para algunos, es precisamente su presencia obligatoria, su autoritarismo, su descaro para creerse en poseedores de alguna verdad y dueños de la moral. Pues, no, monseñores, ustedes son, precisamente, unos inhibidores de la libertad.
Por eso nos gusta tanto «CSI», porque son laicos, no llevan inhibidores para las frecuencias artísticas y sus casos tienen un interés innegable por fondo y forma. Y si nos repiten el episodio dirigido por Tarantino, lo volvemos a disfrutar como la primera vez. ¿Se han fijado que sucede en Las Vegas y raras veces se ven casinos? Un detalle.