Al menos doce palestinos murieron ayer y alrededor de medio centenar resultaron heridos en una ofensiva militar israelí contra Gaza, la más mortífera -incluyó el uso de aviones- desde la asunción del poder por parte de Hamas de este territorio palestino.

Nueve palestinos, ocho de ellos milicianos y un niño de 12 años de edad, murieron en una incursión de tanques israelíes contra el barrio de Shejaeya, en el este de la ciudad de Gaza. Los tanques israelíes dispararon decenas de obuses desde sus tanques. Sus impactos en varias casas y las heridas con fragmentos de obuses que presentaban muchas de las víctimas eran testigos de ello.

Más al sur, en Jan Junes, otros tres palestinos, entre ellos un dirigente de la Yihad Islámica, murieron en una incursión israelí en el poblado de Juza, cerca de la frontera israelí. Los tres activistas se defendieron a tiros, mientras sus compañeros caidos en el barrio de Shejaeya, milicianos de Hamas y de la Yihad, trataron de repeler la agresión con lanzagranadas RPG.

Horas antes, de madrugada, un miliciano del brazo armado de la Yihad Islámica moría al impactar en el coche en el que viajaba en la ciudad de Gaza un misil lanzado por un avión israelí. El Ejército judío se apresuró a desmentir el ataque.

Territorio aislado

Ataques que presagian el futuro que reserva Israel a la Franja de Gaza, un territorio minúsculo aunque poblado por millón y medio de palestinos aislados del resto del mundo por el Estado sionista.

«Operaciones de rutina», en el vocabulario del Ejército israelí, que coincidieron con la aprobación por parte del presidente de la Autoridad Palestina (ANP), Mahmud Abbas, de un decreto por el que anuncia la obligatoriedad de un permiso para llevar armas o explosivos.

Ni qué decir tiene que el decreto sólo tendrá vigor en Cisjordania. Fuentes de la ANP aseguraron que el decreto será de aplicación también a las milicias armadas vinculadas a al-Fatah, aunque estas últimas ni siquiera consideraron la necesi- dad de valorar la medida.

Por contra, las Brigadas de Ezzedin Al Qassam, brazo armado de Hamas, reaccionaron asegurando que «los grupos de la resistencia (palestina) no esperarán a ningún decreto para ir a combatir la invasión».

En abierto desafío a Mahmud Abbas, calificaron el decreto de «mera tinta sobre papel que no vale siquiera lo que la tinta empleada para redactarlo».