Una muestra repasa en Donostia a los «Homosexuales en la Historia»
Alejandro Magno, San Agustín, Leonardo Da Vinci o Tchaikovski son solamente algunos de los personajes incluidos en la exposición «Homosexuales en la Historia», que ha organizado en Donostia la asociación vasca de gays y lesbianas Gehitu con motivo de la conmemoración, hoy, de su día internacional. La muestra estará abierta al público en un local de la Biblioteca Central de Alderdi Eder, desde mañana y hasta el próximo 14 de julio.
GARA | DONOSTIA
La exposición «Homosexuales en la Historia», que estará abierta al público en un local de la Biblioteca Central de Donostia desde mañana y hasta el 14 de julio, fue presentada ayer en rueda de prensa por Sergio Iñiguez y Koldobike Mujika, representantes de Gehitu, el colectivo que agrupa no sólo a gays y lesbianas, sino también a transexuales y bisexuales de Euskal Herria.
Distribuida en un total de 26 paneles, la mitad dedicados a hombres y la otra mitad a mujeres, la exposición presenta a destacadas figuras históricas de ámbitos como la ciencia, la literatura, la música, el arte, la política o la religión, unidas todas ellas por su condición común de haber amado en algún momento de sus vidas a personas de su mismo sexo.
Según explicó Sergio Iñiguez, la muestra pretende contribuir a informar y normalizar la homosexualidad en el mundo actual, además de «recuperar el recuerdo» de algunos hombres y mujeres «devolviendo a sus biografías la historia, tantas veces olvidada, de su sexualidad».
Variedad equilibrada
A pesar de que el término homosexual no fue utilizado hasta el siglo XIX, ni ha tenido el mismo significado o consideración en los distintos periodos históricos, los organizadores han intentado buscar un equilibrio en la selección de estos personajes, con el fin de representar tanto las distintas etapas históricas como los diferentes ámbitos de actividad.
Así, la muestra recoge desde figuras anteriores a Cristo, como el conquistador Alejandro Magno o el filósofo Sócrates, hasta personajes del siglo IV como San Agustín, o famosos de los siglos XVI y XVI, como Miguel Ángel o Catalina de Erauso, sin olvidar otros más contemporáneos, como la escritora Gertrude Stein, el compositor ruso Tchaikowski o el dramaturgo Jacinto Benavente.
Entre todos estos personajes, llama especialmente la atención que hayan sido incluidos algunos como el citado padre fundador de la Iglesia Católica, quien, según consta en el panel que le dedica la exposición, reconoció en su obra «Confesiones» referencias «implícitas a los amores homosexuales» que supuestamente vivió antes de su conversión y el desarrollo de sus ideas religiosas.
Escasez de referencias
El representante de Gehitu hizo hincapié en el hecho de que existe un «salto inmenso» en la presencia de personajes homosexuales durante la Edad Media, debido a que durante esa etapa esta condición «fue reprimida de forma tal que apenas se encuentran referencias» históricas al respecto.
Iñiguez destacó que, al igual que ocurre en otros ámbitos, la Historia ha sido escrita «desde una perspectiva machista y heterosexista», de forma que «ha cerrado los ojos al hecho de que han existido amores ricos y complejos entre personas del mismo sexo», «ha intentado guardar un discreto silencio» o, en el mejor de los casos, «ha hecho referencias a través de eufemismos evasivos».
Koldobike Mujika concluyó, por su parte, que este tipo de iniciativas pretenden contribuir a erradicar la homofobia y a que la sociedad actual «viva con naturalidad» esta opción sexual que «durante siglos ha sido condenada al ostracismo», algo que, en su opinión, «requerirá varias generaciones».
Clasicismo con erótica gay es como su propio autor, Iñaki Saratxaga, define los dibujos que se muestran en la galería perteneciente al artista Txema Burgos en el barrio bilbaino de San Francisco. Saratxaga muestra un total de trece dibujos sobre papel, realizados a lápiz y granito, que reflejan posados eróticos entre personas del mismo sexo. «Ero-apuntes» se puede visitar hasta el próximo día 4 de julio.
«La premisa era la del dibujo académico pero con esta variente -explica Saratxaga-. Es hora de que se desdramaticen las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo». La muestra es una adhesión reivindicativa al colectivo de gays y lesbianas. Saratxaga reconoce que no es un trabajo fácil de exponer y, si bien alguno de sus dibujos había sido presentado con anterioridad, la serie en su totalidad es la primera vez que se muestra en público. El pintor y fotógrafo pretende llevarla a Londres, donde considera que «existe más mercado respecto a estos temas». El artista es conocedor de la capital británica, ya que trabajó allí durante la década de los 90.
Saratxaga subraya que los dibujos son un ejercicio académico y clásico de las Bellas Artes. Su trayectoria artística se remonta a los 15 años, cuando comenzó a dibujar con el profesor Manuel Balsa, a quien, recuerda, llamaban «El Ruso», por haber impartido clases en la Unión Soviética.
«La maternidad es otro de los ejercicios de las artes plásticas y yo lo he trabajado en varias ocasiones como es el caso de la obra `Birtopaketa', que ha sido publicada más de una vez en el movimiento pro amnistía», apunta. Saratxaga utiliza su arte para dotarlo de contenido y reivindicación. Y en esta línea ha grabado y dirigido su documental «Un viaje al sur». «Se trata de un ejercicio, pero, en este caso, con la crucifixión, dotándolo de contenido político, y es que, si en este momento alguien estuviera crucificado, ése sería el pueblo palestino y el iraquí», reflexiona.
En la película, partiendo de una fotografía que refleja un cristo crucificado, Saratxaga ha recogido la opinión de ciudadanos de diversas ciudades del Estado español. El documental ha sido seleccionado en festivales como el de Bolivia, México, Colombia y recientemente en El Ojo Cojo de Madrid.
Josune VELEZ DE MENDIZABAL
Considerada por unos «la Lucrecia Borgia» egipcia y admirada por otros como faraona ejemplar, Hatshepsut fue la reina más famosa y la que gobernó durante más tiempo (1502-1482 a.C.) en el Antiguo Egipto.
Para legitimarse como reina, tomó para sí todos los símbolos asociados al faraón; así, solía vestirse con ropas de hombre y llevaba barba postiza, algo que puede comprobarse en los relieves existentes en el templo de Deir El Bahari en la antigua Tebas, hoy Luxor.